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Bienestar

Lo bueno de ir con amigos al gimnasio

Un estudio reciente reveló que las personas que hacen ejercicio en compañía de amistades queman más calorías y se animan a hacer su rutina con mayor juicio.

18 de abril de 2017

Normalmente, a esta altura del año, muchas de las personas que en enero se inscribieron al gimnasio con la meta de bajar esos kilos de más y mejorar su estado físico ya han tirado la toalla. La disciplina que requiere una rutina de ejercicio no es para todo el mundo y la queja constante de no tener tiempo suficiente para dedicarle a la actividad física diaria provocan esta situación. Pero hay formas de no desfallecer en el intento y una de las más fáciles es ir acompañado al gimnasio.

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Así lo reveló un estudio reciente hecho por científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés), según el cual una de las mejores formas de mantenerse en forma y seguir una rutina de ejercicio al pie de la letra es conformar un grupo de amigos que les guste hacer deporte. “Ir al gimnasio es algo contagioso. Estar cerca de una persona que haga lo mismo y te motive a correr más rápido y quemar más calorías es valioso”, dice Christos Nicolaides, coautor del trabajo.

Nicolaides afirma que en promedio una persona corre un kilómetro más de lo normal si está acompañado o aumenta hasta tres minutos el tiempo de su rutina, pues ese amigo lo estimula a correr una distancia extra. Por eso los resultados pueden llegar a ser muy satisfactorios. Así lo comprobó el autor y su equipo de investigación tras monitorear a 1.1 millones de personas que hacían ejercicio regularmente. Les hicieron seguimiento por medio de dispositivos que miden la distancia recorrida, duración, intensidad de la rutina y la cantidad de calorías quemadas. Finalmente, les preguntaron sobre la influencia de sus amigos en su rutina y pudieron evidenciar que quienes practicaban en grupo obtenían mejores resultados.

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Lo anterior, dicen los expertos, se debe una especie de contagio social que puede influir positivamente o negativamente. Algo así como el viejo refrán, “dime con quién andas y te diré quién eres”. Un estudio previo reveló por ejemplo que tener un amigo con sobrepeso aumentaba hasta 57 por ciento su riesgo de obesidad. De igual forma, una investigación encontró que la felicidad también es contagiosa y que mientras más tiempo pase una persona con alguien de pensamiento positivo, más optimista y feliz será.

El estudio también reveló que a veces no solo el hecho de sentirse motivado por el compañero de rutina hace que el rendimiento sea óptimo. También el sentido de competitividad ayuda a que una persona dé lo mejor de sí “para superar a su amigo sin ánimo de pelea”, añade Nicolaides, quien señaló además que los hombres motivan mucho a otros de su mismo género, mientras que las mujeres lo hacen moderadamente en cualquiera de los dos casos. Lo curioso es que los hombres casi no influyen en las mujeres. El trabajo apareció publicado en la revista Nature Communications.