El acné es un trastorno común de la piel que provoca granos, los cuales se forman cuando los folículos pilosos que se encuentran debajo de la piel se tapan. Es un padecimiento muy común entre los adolescentes, aunque puede afectar a personas de todas las edades.
Si bien hay tratamientos para aliviar o curar esta afección, los granos pueden ser persistentes y aparecer una y otra vez. Normalmente estas erupciones cicatrizan lentamente, y cuando uno empieza a desaparecer, otros se hacen evidentes.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, no se sabe exactamente cuál es la causa del acné. “Es probable que los cambios hormonales, tales como los que ocurren en la adolescencia o el embarazo, tengan alguna relación con su aparición”, indica.
Si bien cualquier persona puede enfrentarse a esta situación, es más común en los adolescentes y los adultos jóvenes. No se trata de algo grave, pero puede dejar cicatrices, precisa la citada fuente.
Existen diversos tipos de acné, según el nivel de agresividad con el que ataque la piel, explica el portal especializado Cinfasalud, de España. El más común es el vulgar, que es el menos grave y que aparece en la adolescencia. Otro tipo es el quístico, que es una de las formas más graves y se caracteriza por la aparición de quistes, pápulas y pústulas que provocan mucho dolor. Las lesiones, además, son de un tamaño superior que el anterior.
Como ocurre con diversos padecimientos en el cuerpo, el acné también puede estar muy relacionado con la alimentación, aunque no existe suficiente evidencia científica al respecto. Algunos de los productos de los cuales se debería limitar su consumo son los siguientes.
Lácteos enteros: Información del portal Mejor con Salud, escrita por Daniela Echeverri castro, indica que el consumo habitual estos alimentos incidiría en la aparición recurrente de granos, debido a que contiene precursores de la testosterona, una sustancia que participa en la producción de sebo y que se desequilibra por algunos de estos productos.
Embutidos: Las carnes embutidas y las comidas procesadas son ricas en grasas saturadas, añadidos químicos y harinas refinadas que afectan la salud de la piel. Incluir esta variedad de alimentos en la dieta puede empeorar los casos de acné crónico, precisa el mencionado sitio web.
Carbohidratos: Según el portal de bienestar y salud Tau saúde, una ingesta elevada de azúcares, leche y sus derivados o de carbohidratos con bajo contenido de fibra, favorecen el aumento de glucosa en la sangre, que a su vez ocasiona elevación de la insulina, lo que promueve un descontrol en los niveles de andrógenos en el organismo y de la globulina fijadora de hormonas sexuales incrementando la producción de sebo en el cuerpo.
Huevo: Si bien el huevo es un alimento favorable y recomendado para cualquier tipo de dieta, ya que contiene aminoácidos y vitaminas esenciales que mejoran la salud, no se debe consumir la yema de manera excesiva. Esta parte tiene un alto contenido de grasa que puede incidir en la liberación de sebo en la piel. Por eso, para que su consumo sea más seguro, lo ideal es prepararlo solo con las claras.
Lo recomendado
De manera contraria, en la alimentación se deben incluir alimentos ricos en fibras que ayudan a regular el azúcar en la sangre, pues ésta se ha relacionado con el incremento de los andrógenos y otros factores en el organismo que aumentan la cantidad y la severidad del acné.
De esta lista hacen parte el arroz integral, pasta integral, pan de trigo integral, quinoa, avena en hojuelas, salvado de trigo, salvado de avena, harina de centeno, semillas (chía, calabaza y girasol), lentejas, fríjoles, garbanzos, soya, frutos secos, frutas y vegetales en general.
También se deben consumir productos que contengan ácidos omega 3, un tipo de grasa monoinsaturada que forma parte de las células de la piel y es responsable de la salud de la membrana celular, manteniendo la piel suave, hidratada y flexible. Asimismo, poseen propiedades antiinflamatorias que ayudan a disminuir y a mejorar las lesiones provocadas por el acné, precisa Tua Saúde.
Tampoco deben faltar en la dieta los probióticos, alimentos ricos en vitaminas A, E y C y consumir mucha agua para eliminar toxinas del organismo y mantener la piel hidratada y en buena condición.
