VIDA MODERNA

¿Qué dice la ciencia sobre la orientación sexual?

Muchas son las opiniones y los debates que han surgido frente a la naturaleza de la orientación sexual de las personas. Pero ¿qué nos dice la ciencia sobre el tema?

3 de noviembre de 2012

Cuando alguien se pregunta si la homosexualidad es una elección o se nace con ella, usualmente se responde una de dos cosas, que la orientación sexual es una decisión individual o que es un aspecto inalterable de la personalidad.

Varios estudios hechos en gemelos e hijos adoptados han demostrado que la orientación sexual tiene un componente genético. Dichos estudios afirman que un hombre homosexual tiene más probabilidades que uno heterosexual de tener un hermano (biológico) homosexual. Del mismo modo, las lesbianas tienen más probabilidades de tener hermanas lesbianas que las mujeres heterosexuales.

Un estudio realizado en 1993 y publicado en la revista Science evidenció que familias con dos hermanos homosexuales tenían una alta probabilidad de tener ciertos marcadores genéticos en una región del cromosoma X conocida como Xq28. Esto es lo que denominó la prensa en su momento el descubrimiento del 'gen gay'.

La genética del comportamiento afirma que los genes no son completamente responsables de la conducta. Estos regulan la producción de proteínas y su existencia o ausencia puede tener un efecto en algunos rasgos como el ánimo o la tolerancia al alcohol. 
 
La cultura

 
Si una persona viene de una cultura donde el consumo de alcohol está prohibido, es más difícil que se vuelva alcohólica, independientemente de cómo su cuerpo metabolice la sustancia.

De este mismo modo, el ambiente también influye en las tendencias sexuales y en las relaciones románticas. A lo largo de la historia, los matrimonios han estado influenciados por las relaciones familiares y las necesidades económicas.

La cultura también afecta la percepción sobre la homosexualidad. Algunas sociedades la aceptan y otras la desaprueban, pero la toleran. Otras, sin embargo, la consideran una ofensa criminal que puede ser punible con pena de muerte. 

Lo que cada persona aprende sobre la homosexualidad mientras crece, afectará lo deseable o lo reprobable que después encuentre las relaciones entre personas del mismo sexo. 

Estudios polémicos

Un estudio publicado en 1991 en la revista 'Science' reveló que el hipotálamo, una estructura cerebral que controla la liberación de hormonas sexuales, tiene algunas diferencias entre los hombres homosexuales y los heterosexuales. En la investigación se encontró que una región del hipotálamo llamada INAH3 era dos veces más grande en los hombres heterosexuales.

Este estudio recibió algunas críticas porque en este se usó tejido obtenido de autopsias y se creía que todos los sujetos homosexuales estudiados habían muerto de sida.

Un estudio posterior de 2001 mostró que el VIH no tenía un efecto significativo en el INAH3. Los investigadores, que también usaron tejido cerebral obtenido de autopsias, no reportaron diferencias entre el tamaño de la zona INAH3 de los hombres homosexuales y heterosexuales. Sin embargo, mostró que las neuronas de esta área estaban más unidas entre sí en el cerebro de los hombres gay.

Más tarde, estudios del año 2008 hechos con imágenes cerebrales mostraron que las dos mitades del cerebro son más simétricas en los hombres homosexuales y las mujeres heterosexuales que en hombres heterosexuales y las lesbianas.

Estos estudios también han mostrado que existen conexiones entre una estructura cerebral llamada la amígdala, de los hombres gay, que se asemejan a las de las mujeres heterosexuales. En las lesbianas, por otro lado, estas conexiones se asemejan más a las de los hombres heterosexuales. Esta estructura tiene múltiples receptores de hormonas sexuales y se asocia al procesamiento de las emociones.

Otros estudios han encontrado que es más frecuente que las mujeres y los hombres gay sean zurdos o ambidextros. Algunos investigadores han sugerido que esta diferencia, que se puede observar en los fetos, está relacionada con el cuerpo calloso, la estructura que une los dos hemisferios cerebrales.

Gracias a estudios hechos en ratas se sabe que la exposición a las hormonas sexuales en el vientre materno, durante un período crítico del desarrollo cerebral, afecta la orientación sexual. Cuando los científicos manipulan los niveles hormonales durante esta época, los roedores adquieren comportamientos homosexuales más tarde en la vida.

¿Se puede cambiar la orientación sexual?

Hasta ahora, los intentos para 'curar' la homosexualidad al operar el cerebro nunca han funcionado. 

Según la Asociación Americana de Psicología, todas las grandes organizaciones de salud mental como la Asociación Americana de Psiquiatría, la Asociación Americana de Pediatría y la Asociación Americana de Trabajadores Sociales, han expresado su preocupación acerca de las terapias que buscan modificar la orientación sexual.

"Hasta la fecha no hay investigaciones científicas de rigor que muestren que las terapias con tal fin (a veces llamadas terapias 'reparativas' o 'de conversión') sean seguras o efectivas. Es más, es probable que la promoción de estas refuerce los estereotipos y contribuya a un clima negativo para las personas LGTBI que se desenvuelven en un medio más conservador y religioso", señalaron.

Por su parte, la Asociación Americana de Psiquiatría expresó que la validez, la eficacia y la ética de las terapias de "conversión sexual" son controversiales. La evidencia del éxito de estas terapias consiste en reportes anecdóticos de personas que dicen que cambiaron, otras que alegan que fueron perjudiciales para ellos y otras que admiten que cambiaron inicialmente pero luego volvieron a ser homosexuales.

La asociación además anota que reconocidas figuras que practican la terapia reparativa integran abiertamente antiguas teorías psicoanalíticas que le dan carácter de patología a la homosexualidad con creencias religiosas tradicionales.

Este instituto también emitió un comunicado en el cual apunta que los riesgos que tienen estas terapias son la depresión, la ansiedad y los comportamientos autodestructivos, ya que se puede reforzar el odio que el paciente pueda sentir hacia sí mismo.

Por su parte, la activista por las causas LGTBI y defensora del espacio público de Bogotá, Blanca Inés Durán, refiere que "estas terapias son tortura y no son científicas. Hace más de 30 años la ONU declaró que la homosexualidad no es una enfermedad y que no requiere tratamiento. Estas terapias lo que hacen es generar conflictos en la personalidad y en el autoestima ya que buscan hacer que la persona se crea que lo que siente está mal y la obliga a meterse al clóset".