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Tierra de contrastes

La Guajira es uno de los destinos más exuberantes de Colombia. Dos libros enseñan su belleza e invitan a conocerla más a fondo.

15 de diciembre de 2003

En La Guajira queda el punto más septentrional de Colombia. Sus coordenadas: 12 grados 28 minutos de latitud norte. Esto la convierte también en el extremo norte del continente suramericano. Limita al sur con el departamento del Cesar, al oeste con Magdalena y al sureste con Venezuela. Además, es hermosa. Desde que los primeros europeos pusieron pie en estas tierras, la península ha encantado a viajeros y seducido la imaginación de escritores, músicos y poetas. Sin embargo, hasta hace muy poco era un sitio sin explorar y del cual se sabía muy poco. Recientemente el turismo hacia la región ha empezado a desarrollarse y con ello el resto de colombianos han podido conocer uno de los lugares más encantadores y mágicos del territorio nacional.

Dos libros sobre La Guajira que acaban de salir al mercado buscan dar a conocer aún más esta fascinante tierra. El primero está editado por I/M editores y realizado por el biólogo Juan Manuel Díaz y la antropóloga Weildler Guerra, con fotografías de Natalia González y Francisco Forero. El otro texto, también presentado en formato de lujo, fue realizado por los fotógrafos Patricia Plana y Mauricio Mendoza y cuenta con el sello de Consuelo Mendoza Ediciones. Este libro muestra el departamento desde su historia, sus paisajes, sus gentes y su potencial económico.

Estas imágenes muestran el privilegio de una geografía llena de contrastes: desde altas montañas coronadas por las nieves perpetuas hasta playas de arena blanca. Climas de páramo, de selva tropical y de desierto, todo en una superficie de apenas 20.000 kilómetros cuadrados, lo que equivale al 18 por ciento del territorio emergido de Colombia. En efecto, La Guajira encierra en sus límites al pico Codazzi con una altura de 5.500 metros, el más alto del departamento, ubicado en la cima de la Sierra Nevada de Santa Marta; la serranía del Perijá que representa la última ramificación de la cordillera de los Andes, con sus bosques de niebla y páramos; también están los humedales, áreas de transición entre los sistemas terrestres y acuáticos que incluyen pantanos y ciénagas; el amplio litoral del Atlántico, de una extensión de 470 kilómetros, que representa la tercera parte de la línea costera Caribe de todo el país. También queda en evidencia la belleza del Cabo de la Vela, con una superficie de 70.000 hectáreas y que en opinión de quienes lo han visitado es uno de los lugares más fascinantes de todo el país. A todo esto se suma la variada fauna y flora, y el que agregan a todo esto una sociedad pluriétnica conformada principalmente por indígenas wayúu.

SEMANA presenta un abrebocas fotográfico para que durante estas vacaciones los colombianos se animen a visitar uno de los lugares más exuberantes de su geografía.