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Visa para un sueño

Conseguir entrar a la mayor parte del mundo se ha convertido en una pesadilla sin fin para los colombianos.

10 de noviembre de 2002

Viajar se volvio un lio. Cada día más colombianos se quejan de la cantidad de papeles que deben reunirse para sacar una visa, del tiempo que hay que invertir en colas a la intemperie, de los cada vez más altos costos de estos trámites y de la anticipación con la cual se debe planear cualquier salida del país, algo que hasta hace muy pocos años se podía resolver en un par de días si la persona contaba con un pasaporte vigente. El consulado de Estados Unidos otorga citas con un año de anticipación. Si alguien solicita hoy una visa para España seguramente lo atenderán en enero del año entrante. Incluso conocidos periodistas, que normalmente no tienen estos inconvenientes porque les otorgan visas con gran facilidad, han denunciado esta situación. Uno de ellos es D'Artagnan, quien en días pasados se pronunció al respecto: "Cientos de embajadas con sede en Bogotá maltratan a aquellos ciudadanos que hacen fila para intentar conseguir una visa que debe otorgar el país en que el viajero está interesado, a fin de poder desplazarse".

Un ejemplo que ilustra esta situación es el de Ana y Laura Martínez, dos estudiantes en vacaciones que pensaban visitar a un pariente en Estocolmo, Suecia. De nada les sirvió hacer el trámite en un plazo prudencial y cumplir al pie de la letra con los requisitos que solicitaba la embajada para otorgarles la visa. Después de una serie de infructuosas visitas al consulado sueco en Bogotá, y luego en Londres, se quedaron con los tiquetes comprados y las ganas de conocer un país que, al menos en teoría, siempre se ha preciado de recibir a ciudadanos de todo el mundo e incluso de darles refugio.

Pero poseer visa tampoco es garantía de que se tendrá un viaje placentero. Juliana Serrano estaba acostumbrada a viajar a Estados Unidos para asistir a eventos relacionados con su profesión y para ello utilizaba su visa de turismo. Pero hace un mes estuvo a punto de ser deportada en el aeropuerto de Atlanta porque la funcionaria de inmigración consideró que para oír un par de conferencias y dedicarle la mayor parte del tiempo a hacer compras y turismo debía tener una visa de trabajo. Según estadísticas del DAS han sido inadmitidos en otros países 294 colombianos en lo que va corrido del año, 30 personas en promedio cada mes. "Las autoridades migratorias se han vuelto muy rigurosas, sobre todo con los colombianos", afirma Ana Padilla, de inmigración del DAS en el aeropuerto,

Otro caso común es la creciente limitación del tiempo de estadía que permiten los diferentes países que exigen visa. A Matilde Romero le dañaron su viaje porque le otorgaron un permiso para estar en Guatemala muy corto, lo que le impidió pasar más tiempo con sus familiares que viven en ese país.

Una familia colombiana que iba a Orlando "para visitar a Mickey Mouse" por poco se queda con los crespos hechos porque la funcionaria de inmigración del aeropuerto de Miami dejó entrar a la mamá y al hijo pero le negó la entrada al padre. Después de tenerlo confinado en un cuarto sin saber qué era lo que estaba sucediendo por fin lo dejaron entrar a Estados Unidos, pero este hecho y la sensación de impotencia y humillación a la que se vio sometido amargó sus vacaciones.

Si el viajero tiene un homónimo que está siendo buscado por las autoridades puede meterse en problemas muy graves por culpa de esta desafortunada coincidencia. A Natalia Román una multinacional la invitó a un congreso médico. En inmigración del aeropuerto de Houston le comunicaron que su nombre figuraba en las listas de criminales buscados en el mundo. Después de dos angustiosas horas buscando demostrar que se trataba de otra persona las autoridades decidieron dejarla entrar.

Cada vez son más los gobiernos que exigen visa. A la ya larga lista se sumaron naciones europeas, como España, Italia y Alemania, y varias de América Latina, como Costa Rica y Guatemala. "Los países que más molestan son los que antes no exigían visado y ahora lo hacen, explica Ana María Puerta, funcionaria de la agencia de viajes Reyes Tours. Esto se debe a que no cuentan con la infraestructura para recibir de la noche a la mañana tantas solicitudes".

Esto ha generado un círculo vicioso y el caso de los países de Europa que comparten la visa Schengen lo muestra de manera clara. Como los consulados tienen tanto trabajo muchos de ellos no dan citas para turismo durante largos períodos (Italia, según las agencias de viajes, envió una comunicación informando que entre marzo y septiembre no recibiría solicitudes para turistas). Entonces los viajeros que quieren ir a Italia en esa época deciden tramitar visas en embajadas de otros países vecinos para luego cruzar la frontera. Por ese motivo presentan en el consulado un plan de viaje ficticio para que les otorguen la visa de un país que en realidad no piensan visitar. Conscientes de este tipo de fraudes los consulados ahora dedican más tiempo a examinar las solicitudes, lo que hace aún más engorroso el proceso para obtener visa.

Pero a veces los fraudes son mucho más graves: se presentan extractos bancarios o certificados de ingresos falsos, certificados laborales de empresas donde no los conocen y otros tipo de irregularidades. "El 20 por ciento de las solicitudes que recibimos son falsas", dice Nöel Saez, cónsul de Francia en Bogotá. Esta situación los ha obligado a verificar telefónicamente toda la información que suministran los aspirantes al documento. El consulado no tiene la infraestructura ni el personal suficientes para analizar con prontitud todos estos papeles y por eso ahora la expedición de la visa se demora más de ocho días, algo que no ocurría hace un par de años, cuando esta autorización se tramitaba de un día para otro.

Esta situación tiende a empeorar pues el tratado Schengen, que cobija a 15 países de la Unión Europea, ha establecido que a partir del 15 de noviembre los procesos tardarán como mínimo 10 días y no se harán excepciones de ningún tipo. Por ejemplo, la muerte inesperada de un ser querido o una cita de negocios urgente. "Es una medida injusta pero no podemos hacer nada porque las autorizaciones las envían desde Estrasburgo y hasta que ellos no las otorguen nosotros no podemos imprimir las visas", dijo el funcionario francés.

Viajar a Australia, otro destino favorito de los colombianos, es aún más complicado pues este país no tiene representación diplomática en Bogotá. Por ese motivo deben hacer todo el trámite a través del consulado australiano en Santiago de Chile, lo que alarga aún más el tiempo requerido para viajar a esa nación. "Los viajeros internacionales hoy deben ser más precavidos", señala Norberto Carrasco, de la agencia de viajes Aviatur. Planear un viaje requiere tiempo a menos que el país no exija visa, pero esa lista es cada vez menor (ver mapa). Atrás quedaron los tiempos en que cualquiera decidía irse a Europa el día antes del viaje. Hoy es al revés. "Hay gente que recibe la visa el mismo día que viaja o que ni siquiera la recibe y se queda con el tiquete comprado, que es un requisito para poder sacar la visa", dice Ana María Puerta.

Con estos inconvenientes cada vez mayores no falta el caso de personas que, como Guillermo Jaramillo, no quieren volver a Europa o Estados Unidos sólo por evitarse lo que él considera una humillación. "Como decía Ernesto Samper, yo no necesito visa para ir a Chaparral", anota irónicamente después de haber soportado un par de veces largas colas en andenes bajo la lluvia para obtener una visa de turista.

Sin embargo su caso no es el más común. De acuerdo con datos suministrados por consulados y agencias de viajes los colombianos no han dejado de ir a estos destinos. Lo único que sí ha cambiado es la duración promedio de los viajes. "Antes la gente se daba el gusto de pasar temporadas de 45 días o dos meses visitando muchos países de Europa. Hoy sólo van a dos y se quedan cuando mucho 15 días", dice Ana María Puerta. Esto se debe en gran parte a la crisis económica.

Como están las cosas, quienes insistan en pasar sus vacaciones fuera del país no tienen más remedio que someterse a estas nuevas reglas de juego y, sobre todo, a no dejar para última hora las vueltas y los trámites de las visas. Además quien viaja debe tener presente que su presupuesto de vacaciones aumentará en varios cientos de miles de pesos por conceptos de la visa y de los cada vez más onerosos impuestos de salida del país. Y la próxima vez que usted piense en ir a Cancún recuerde que para ir a Santa Marta no necesita visa.