Desde que comenzó el presente siglo, la inflación había dejado de ser un motivo de preocupación para los colombianos. Aunque no sufrieron las hiperinflaciones del vecindario, sí alcanzaron a tener encarecimientos del costo de vida de más del 40 por ciento. No obstante, ese temor volvió en 2021, cuando el nivel de precios superó el 13 por ciento.
Aun cuando la inflación ha descendido, desde septiembre de 2024 se ha estabilizado alrededor del 5 por ciento y no ha logrado bajar de ese nivel. Algunos expertos señalan que el aumento del salario mínimo, muy por encima del costo de vida, causó presiones sobre varios precios. Sin embargo, también es claro que algunos productos o servicios de la canasta familiar son responsables de que mercar cada vez sea más caro.
Del 5,51 por ciento de inflación anual que registró el país en octubre, 0,66 puntos fueron aportados por lo que se conoce técnicamente como arriendo imputado –el valor del arriendo que pagarían los hogares que viven en techo propio–, para así estimar su gasto en este rubro, y 0,58 puntos por las comidas fuera de casa. Si bien son los dos gastos que más aportan a la inflación, no son los que más suben –a octubre sus precios aumentaron 0,57 y 0,47 por ciento anual, respectivamente–, pero sí son los que tienen mayor peso en el bolsillo de los colombianos.
De los 188 productos de la canasta familiar, los diez que más aumentaron su precio en el último año son todos alimentos, con excepción de los artículos de oro y plata. Al ser alimentos, muchos se afectan por el vaivén de las cosechas, las inclemencias del clima y el encarecimiento de los fertilizantes. Eso explica lo que ha pasado con la yuca, la zanahoria y la cebolla.
La primera es antagonista de la papa, pues sirve como sustituta y, cuando una sube, la otra baja. Precisamente, la papa es el producto de la canasta familiar que más bajó de precio en el año terminado en octubre, con una variación de -32,63 por ciento. Luis Ernesto Gómez, cultivador de papa, dice que este alimento vital en la dieta de los colombianos lleva seis meses barato y ocho vendiéndose por debajo de su precio de producción. Lo atribuye a la creciente importación de papa prefrita congelada y procesada. A eso se suma una sobreproducción local y la falta de campañas de promoción del consumo.
Álvaro Palacio, presidente de Asohofrucol, gremio de los cultivadores de hortalizas, atribuye el encarecimiento de la cebolla y la zanahoria al hecho de que se cultivan a cielo abierto, lo que las deja a merced de las fuertes lluvias o sequías prolongadas. Boyacá tiene las mayores áreas sembradas del país de ambos alimentos, que al ser cultivos de ciclo corto tienen mucha rotación, y con el reciente aumento de las cosechas sus precios se han corregido en los últimos meses.
La explicación para el alza del café, el segundo artículo que más sube, es la misma de los productos de oro: los altos precios internacionales. En el caso del grano, la expectativa es que no baje, pues la demanda global es mayor que la oferta y es factible que se mantenga ese desbalance. Por su parte, el oro se ha convertido en un refugio ante la alta incertidumbre por la guerra arancelaria y la caída en el precio del dólar.
Así, la inflación se consolida en el país como un problema duro de corregir.