Con todo y los reparos que hay al proyecto de ley de presupuesto para 2026, por tener un monto abultado que, si bien fue recortado en 10 billones de pesos (quedó en $546,9 billones), aún no convence a la mayoría de los parlamentarios. La iniciativa gubernamental llega a su recta final con el tiempo en contra y con cambios sustanciales, como el de la reducción en 2 billones de pesos en la asignación para el servicio de la deuda pública y con una peluqueada de 8 billones en gastos de funcionamiento. Por el contrario, sube la inversión, pero no siempre en componentes que benefician a la población, como debería ser.
La fecha límite para ser aprobado el presupuesto 2026 es el 20 de octubre a media noche, y en este martes, 14 de octubre, la situación aún no pintaba como algo que anda sobre ruedas, pues, aunque circula una ponencia para el segundo y último debate, es bien sabido que al documento le introducen cambios hasta el último momento.
Los congresistas que participan en el equipo de ponentes y coordinadores ponentes, para elaborar la ponencia que será sometida a estudio y votación en las plenarias de Senado y Cámara, apenas estaban reunidos con los representantes del Gobierno para darle las últimas puntadas al documento, de manera que pueda ser anunciado en la sesión de este martes, y dejar así el margen de los días miércoles y jueves para estudio, debate y posible aprobación.
Esto, teniendo en cuenta que los integrantes del Congreso suelen participar de martes a jueves, mientras que los viernes se regresan a sus regiones. Más aún en esta temporada, en la que está en pleno furor la campaña electoral para los comicios de marzo, cuando el Parlamento podría ser renovado por los electores.
La disyuntiva con el presupuesto 2026 está en la cantidad de reparos que hay alrededor de las asignaciones presupuestales para los distintos sectores de la economía. No en vano, para el primer debate que se surtió dentro del trámite fueron allegadas 195 proposiciones, mucho más del número de artículos que tiene la propuesta del Gobierno.
De hecho, durante el primer debate, se suprimieron varias disposiciones generales que causaban controversia, entre ellas, aquellas que permitían al Ejecutivo realizar modificaciones presupuestales durante la fase de ejecución, así como normas sobre el manejo del Fondo de Pensiones Territoriales (Fonpet) y la reprogramación de vigencias futuras.
Los que ponen el sombrero
En el trámite de construcción de las ponencias para votación, del presupuesto de cada vigencia, es habitual que los sectores pongan el sombrero para pedir más, pero, en esta ocasión, en la que la situación fiscal del país no da para tanto, es aún más marcada la tendencia.
Por ejemplo, en el Congreso de la República aparece con una adición de 80.000 millones de pesos, algo que no deja de causar suspicacias en plena época preelectoral y con la situación fiscal que enfrenta el país.
Según confirma la parlamentaria Saray Robayo, quien además hace parte del equipo constructor de la ponencia, se han radicado más de 150 proposiciones y, hasta el momento, “se ha aumentado la asignación para sectores como deporte, para ICA ―aunque hay que mencionar que en ICA el recorte de funcionamiento es de 30.000 millones de pesos. No obstante, estamos pidiendo al ministro que contemple la necesidad de recursos para fortalecimiento técnico del agro―“, afirmó Robayo.