Andreas Schleicher, director de Educación y Habilidades de la Ocde y creador de las pruebas Pisa, conversó con SEMANA a propósito de su participación en el foro ‘Mide, aprende, mejora: medir lo que importa’, organizado por la Fundación Empresarios por la Educación, organización dirigida por Andrea Escobar Vilá.
Sobre el evento y la presencia de Andreas Schleicher, Escobar aseguró que es “una oportunidad muy especial en estos momentos donde Colombia debe hablar de calidad educativa y para hablar de calidad educativa pasa por un tema importantísimo y es entender que medir no es un fin en sí mismo, sino es el punto de partida para darle herramientas a que el sistema pueda responder y mejorar en calidad educativa”.
“Traer a Colombia Andrea Schleiker es esa oportunidad, regresarle a Colombia conversaciones de alto nivel técnico que nos permita, como dice Andreas, medir lo que importa. Esta es una oportunidad de compartir ideas, experiencias con un eje en el centro que los establecimientos educativos puedan contar con mayor información para que los niños y niñas puedan aprender.
SEMANA: ¿Cuál es su evaluación general sobre la educación en Colombia? ¿Cómo está comparada con otros países en términos de evolución educativa?
Andreas Schleicher: Lo que me interesa es que Colombia es uno de los pocos países en América que ha mostrado una mejora consistente en los últimos 20 años, logrando que más personas accedan a la escuela y al mismo tiempo mejorando la calidad de los resultados de aprendizaje. El progreso puede no ser rápido ni dramático, pero ha sido constante, y eso es muy importante. En muchos países de América Latina el sistema educativo es muy volátil; avanza y retrocede. Colombia ha seguido una trayectoria y dirección clara, y esa es una base muy buena. Académicamente, todavía hay mucho por mejorar, pero hay fortalezas, especialmente en competencias socioemocionales. Los estudiantes colombianos muestran una mayor resiliencia en Pisa que muchos de otros países, buen nivel y capacidad de hacer cosas, y buena salud psicológica, aspectos vitales en el mundo actual.
SEMANA: ¿Cuáles considera que son las debilidades y las fortalezas del sistema educativo colombiano?
A.S.: El gran reto para los estudiantes colombianos es ir más allá de la simple reproducción de contenidos. En Pisa, cuando las preguntas requieren recordar información, los estudiantes colombianos se desempeñan bastante bien. Pero cuando deben extrapolar y aplicar conocimientos en situaciones nuevas, muchos tienen dificultades, y esto es cada vez más importante. La educación está demasiado centrada en enseñar respuestas y no en enseñar a formular las preguntas correctas.
Por otro lado, Colombia necesita atraer a maestros talentosos y asignar recursos adecuados para los entornos más desafiantes. La diferencia entre escuelas públicas y privadas existe, pero es menor de lo que se piensa. El problema más grave es que muchos jóvenes quedan “fuera del sistema”.
En cuanto a fortalezas, la dinámica de mejora continúa a pesar del contexto económico desafiante y las cualidades socioemocionales de los estudiantes son aspectos muy valiosos. Las habilidades blandas del siglo XX se están convirtiendo en habilidades duras para el siglo XXI, y esto no debe ser subestimado.
SEMANA: El Gobierno colombiano actual ha mostrado cierta resistencia respecto a las pruebas Pisa, ¿por qué cree que eso sucede?
A.S.: Es difícil juzgar desde afuera, pero lo fundamental es entender que “lo que se mide es en lo que se pone la atención”. Si no medimos algo, es complicado mejorar en eso.
Los resultados deben interpretarse en contexto; no tiene sentido comparar a Colombia directamente con Japón, por ejemplo, sin considerar las diferencias contextuales.
No se trata solo de Pisa, sino de construir una cultura de evaluación que ayude a mejorar la práctica educativa día a día. Muchos maestros en Colombia no perciben una sobrecarga de evaluaciones, sino que buscan herramientas útiles para enseñar mejor.
SEMANA: ¿Qué recomendaciones específicas le haría usted al Gobierno colombiano para que el sistema educativo colombiano siga avanzando?
A.S.: Primero, incluir a todas las partes interesadas en el diseño y orientación de la evaluación, especialmente a los maestros, para que comprendan qué evalúa Pisa y por qué.
Como mencioné, muchos estudiantes colombianos luchan porque Pisa evalúa su capacidad para pensar creativamente, pero la instrucción sigue muy centrada en el contenido.
La evaluación debe integrarse con el propósito de mejorar la enseñanza y el aprendizaje. Además, es clave fomentar el intercambio y el aprendizaje entre regiones con buenos resultados y las que enfrentan dificultades para que la evaluación no sea solo información, sino un puente para mejorar.
Por ejemplo, en Brasil, los liderazgos escolares se desarrollan incentivando a quienes quieren avanzar a trabajar en escuelas más desafiantes, con apoyo y acompañamiento, y esa experiencia se ve como un reconocimiento, no un castigo. Programas así deben imitarse.
SEMANA: Usted menciona el aprendizaje entre pares como un punto clave. ¿Podría compartir un ejemplo internacional que considere valioso para que Colombia lo tome en cuenta?
A.S.: Un buen ejemplo es São Paulo, Brasil, donde la evaluación sirve para intercambiar conocimientos entre escuelas exitosas y las que tengan problemas. Además, el desarrollo profesional de líderes escolares está vinculado a trabajar en los contextos más difíciles, con apoyo y reconocimiento. Similarmente, maestros progresan en su carrera asumiendo responsabilidades en escuelas menos favorecidas.
Otro ejemplo es Vietnam, los estudiantes rurales o en desventaja tienen resultados similares al promedio nacional, lo que muestra que las brechas pueden cerrarse con buenas políticas y apoyo. Solo podemos mejorar lo que podemos ver y para eso es imprescindible la evaluación con consecuencias para incentivar la mejora y el trabajo colaborativo.
SEMANA: En la cadena educativa, los padres también son un eje importante. ¿Qué mensaje les daría especialmente a aquellos que están luchando para apoyar la educación de sus hijos en entornos difíciles?
A.S.: Es fundamental entender que las escuelas no pueden suplir lo que no viene del hogar. El éxito solo llega cuando los padres están involucrados de verdad como parte del sistema educativo. Puedo dar un ejemplo de una escuela en Yunnan, China, en una zona muy pobre, donde los padres, a pesar de no tener educación formal, apoyaban mucho a sus hijos y eso se reflejaba en mejores resultados.
La maestra hablaba con cada padre unas dos veces por semana para involucrarlos, y aunque era mucho trabajo, ella decía que sin ese apoyo de los padres ella no podría hacer su trabajo. En Colombia veo una tendencia hacia la educación como un servicio en el que los padres son clientes y los estudiantes consumidores, pero eso crea distancia y debilita el tejido social de la educación. Todos deben estar juntos en esta labor.
Por ejemplo, en Japón, los maestros dedican el 40 por ciento de su tiempo a trabajar con padres y estudiantes fuera del aula, lo que mejora mucho los resultados. En Brasil, directores escolares llaman diariamente a los padres de estudiantes ausentes para involucrarlos y reducir la deserción. Se necesita invertir más en la relación con los padres.
SEMANA: Frente a la integración responsable de la inteligencia artificial en la educación, ¿Cuáles serían sus recomendaciones tanto para maestros como padres y responsables dentro del sistema educativo que enfrentan dificultades con esta tecnología?
A.S.: Lo primero es entender que la IA no es un poder mágico, sino un amplificador: puede potenciar muy buenas prácticas pedagógicas, pero también malas. Un maestro puede volverse un simple transmisor de contenidos estandarizados generados por IA o puede usarla para ser creativo e innovador en el aula.
La IA puede hacer el aprendizaje más equitativo, llegar a zonas remotas con entornos educativos de calidad, pero también puede ampliar desigualdades si no se regula bien. Lamentablemente, aún no hemos establecido un buen marco regulatorio ni somos suficientemente conscientes de sus riesgos y beneficios.
Un problema real es la disminución en la lectura crítica y compleja, influida por la sobreexposición a fragmentos simplificados de información. Hay que asegurarse de que la IA no convierta a los estudiantes en consumidores pasivos de contenido, sino en creadores activos. El Gobierno debe tomar un rol proactivo regulando el uso de la tecnología, como por ejemplo limitando la distracción causada por los smartphones en clase.
SEMANA: ¿Qué podría esperarse sobre los resultados de las pruebas Pisa más recientes?
A.S.: Espero que Colombia no aguarde hasta que la Ocde publique los resultados para empezar a analizarlos. Es fundamental que el país prepare su propio análisis detallado, evaluando los resultados por región, género, contexto social, etcétera, para tener una imagen matizada. También espero que se estudien las experiencias de otros países que han enfrentado desafíos similares para encontrar soluciones.
El objetivo es que los resultados no solo generen titulares sobre rankings, sino respuestas efectivas de la sociedad y los responsables. Confío en que, con un análisis objetivo y desapasionado, se lograrán avances significativos. Los datos deben ser nuestros aliados para entender el contexto y actuar, no para intimidar ni generar debates polarizados.