Olga Vives, exintegrante de Ventino, abrió su corazón a través de las redes sociales y contó acerca de un detalle muy personal que rodeaba su realidad. La cantante se sinceró con sus fieles seguidores, revelando la enfermedad que padecía desde hace años.

En un clip que subió a su cuenta oficial de Instagram, la artista mencionó que nunca había hablado del tema públicamente, pero que hacía esto como parte de su proceso. En las imágenes, se escuchó cuando indicó que fue diagnosticada con psoriasis.

Makis de Angulo, Camila Esguerra, Arelys Henao, Olga Lucía Vives y Natalia Afanador en los Premios Nuestra Tierra 2023 | Foto: Heidy León - SEMANA

En el post, Olga Vives comentó sobre los síntomas de esta enfermedad autoinmune, mencionando lo que la caracterizaba.

“Nunca había hablado de esto públicamente, pero hace unos años me diagnosticaron una enfermedad autoinmune. Más del 30 % de las personas que la tenemos padecemos depresión y ansiedad, mayor riesgo de demencia, infartos, derrames cerebrales, tres veces más riesgo de alcoholismo y hay mucha estigmatización y rechazo, por eso hoy les quiero contar mi historia con la psoriasis. Es una enfermedad autoinmune, inflamatoria, crónica, o sea que no se puede curar y genética. Puede afectar la piel, el cuero cabelludo, las uñas, y también las articulaciones”, dijo.

Aunque actualmente cuenta con exámenes y diagnósticos claros de los médicos, la celebridad fue enfática en que esto no sucedió al inicio, pues le habían dicho que tenía otra enfermedad.

“A mí me diagnosticaron hace aproximadamente 8 años porque me empezó a doler una uña y luego se me puso blanca. Después de que fui a muchos doctores que me decían que yo tenía un hongo, pero me mandaban tratamientos que no me servían y hasta comprometieron mi hígado en una ocasión, llegué a donde un médico que descifró el enigma”, relató.

La artista confesó que, en medio de todo el proceso, nuevos síntomas aparecieron y tuvo que lidiar con ellos, sometiéndose a tratamientos para llevar una mejor estabilidad en su realidad. Lo complejo ocurrió cuando su salud tuvo decaídas, pasando por dolores inesperados.

“Empecé un tratamiento tópico que me ponía y con el tiempo mejoró y ya después no hubo más seguimiento de la enfermedad. Uno o dos años después tuve un episodio de estrés muy grande y se me empezó a inflamar esta mano (la derecha), casi no la podía mover, me dolía hasta cargar un vaso de agua. Me acuerdo de que no podía bailar bien en los ensayos, dejé de tocar piano. Luego fue la rodilla izquierda, varias veces se me inflamó y cojeaba; también la planta del pie varias veces y siempre fue la misma historia”, comentó.

Olga Vives señaló que su caso nunca tuvo consecuencias graves, mejorando sus hábitos y dinámicas con el tema de la salud. Allí, agradeció a Dios y a quienes la acompañaron en este camino.

“Los médicos no le daban importancia o no me diagnosticaban bien hasta que llegó un médico que me dijo que era artritis por psoriasis. Ahí quedó todo, nunca empecé ningún tratamiento. Me inyectaban corticoides en las crisis para mejorar y bajar la inflamación. Con el tiempo comencé a mejorar, me dejaron de doler las articulaciones y las uñas. Mejoré mis hábitos de salud en general, gracias a Dios mi caso nunca ha sido severo porque no hago nada diferente a tener buenos hábitos, pero esto tampoco está bien porque no es suficiente”, concluyó.