En una alerta que se extiende por todo el país, la Consumer Product Safety Commission (CPSC) de los Estados Unidos, ha señalado que determinados modelos de hervidores eléctricos portátiles para automóvil representan un riesgo serio de quemaduras.
¿Cuál es el producto que fue retirado del mercado?
La advertencia se dirige hacia el modelo FCC 390 Pro de la marca Blongky, vendido a través de plataformas como Amazon y Walmart, lo que hace que haya podido llegar a un gran número de consumidores.
De acuerdo con la CPSC, este dispositivo en particular posee un defecto en el mecanismo de la tapa, ya que esta puede abrirse de forma inesperada durante el uso, provocando la expulsión de agua hirviendo o vapor caliente.
Tales fallas han derivado en al menos nueve incidentes reportados, e incluso un caso de quemadura de segundo grado.
Estas cifras convierten la situación en una amenaza tangible para la seguridad de los usuarios, pues parece no tratarse de un incidente aislado sino de un problema de diseño que compromete el uso seguro del producto.
¿Qué deben hacer los consumidores que han adquirido el producto?
Los consumidores que hayan adquirido este modelo deben actuar con urgencia.
La CPSC recomienda que, en caso de identificar que su hervidor corresponde al modelo FCC 390 Pro, se suspenda su uso de inmediato y se proceda a su eliminación, siguiendo las indicaciones locales para residuos peligrosos.
Según, lo que se registra en el Diario Librero, aunque la empresa Blongky fue requerida a iniciar un retiro del mercado, hasta la fecha no ha implementado formalmente dicha acción, lo que deja la responsabilidad en los usuarios y en su capacidad de reconocer el riesgo.
Este episodio apunta a un dilema mayor: la proliferación de dispositivos eléctricos disponibles a través de plataformas de venta masiva que, por su naturaleza portátil y uso en contextos no domésticos (como automóviles), podrían agregar riesgos adicionales.
En este caso, el uso dentro del vehículo del hervidor eléctrico, un entorno que no está necesariamente preparado para estabilidad térmica y uso prolongado de agua, incrementó el peligro.
Desde luego, el fallo en el mecanismo de cierre es un defecto de fábrica, pero el contexto activo del uso comercializado agrava sus consecuencias.
Para el consumidor medio, esto significa que no basta con confiar en la marca o en la plataforma de compra: es fundamental verificar que tanto el modelo como la versión sean seguros, revisar alertas de producto y, en caso de duda, desechar el artefacto pese a haber funcionado aparentemente bien.
Las quemaduras por vapor o agua caliente pueden dejar secuelas serias, y al tratarse de un dispositivo que se conecta al sistema del vehículo y opera en condiciones diversas, el margen de error es mayor.