La administración de Estados Unidos suele publicar en sus redes sociales las operaciones militares que realiza en el Caribe y en el Pacífico, relacionadas con el despliegue de sus Fuerzas Armadas para hacer frente al narcotráfico que azota el continente.
Una reciente grabación muestra cómo un francotirador estadounidense de la Guardia Costera, desde un helicóptero sobre el océano del Pacífico, impacta una embarcación que, presuntamente, estaba transportando droga desde México hacia el país de Norteamérica.
De acuerdo con las autoridades y las declaraciones recopiladas por la prensa de Estados Unidos, en el operativo se incautaron alrededor de 9.000 kilos de cocaína.
En el video, el francotirador del Escuadrón Táctico de Interdicción de Helicópteros de la Guardia Costera dispara con precisión contra el motor del barco para dejarlo inhabilitado y evitar que las personas pudieran escapar.
Los hechos ocurrieron al sur de las costas de México, el pasado martes 2 de diciembre.
Para cuando la embarcación quedó inactiva, un barco de la Guardia Costera se acercó para detener a los sospechosos e inspeccionar.
La Guardia Costera ha asegurado, en varias oportunidades, que a lo largo de octubre se lograron incautar al menos 45.300 kilos de droga en el Pacífico.
“La Guardia Costera de Estados Unidos está acelerando sus operaciones en el océano Pacífico Oriental a medida que se transportan cantidades masivas de narcóticos ilegales desde América Central y del Sur”, indica la agencia en su página oficial.
Los militares están trabajando en conjunto con otras agencias y efectivos del país, lo que se ha fortalecido desde que el Gobierno de Donald Trump ordenó el envío de la flotilla a aguas internacionales, donde ahora se encuentra la Fuerza de Tarea Interinstitucional Conjunta Sur del Comando Sur de los Estados Unidos.
La orden se hizo efectiva en septiembre de este año. Desde ese momento, las fuerzas han bombardeado 23 embarcaciones que, pese a que no hay pruebas, la administración sostiene que traficaban droga.
En esos operativos han muerto más de 80 personas, lo que ha desatado un debate entre defensores de derechos humanos, opositores del Gobierno de Trump y del mismo Congreso, que ha solicitado las pruebas necesarias sin obtener respuesta.
El presidente no tiene las autoridades para ordenar ataques letales, a menos que se esté en medio de una guerra que así lo amerite. Sin embargo, no es el caso. Entonces, es el Congreso de Estados Unidos que, basado en las pruebas y las determinaciones para la seguridad nacional, puede dar el visto bueno para llevar a cabo acciones militares.