En una decisión que expertos calificaron como drástica y potencialmente regresiva para la salud pública, el panel asesor federal sobre vacunas puso fin a la recomendación de aplicar la vacuna contra la hepatitis B a todos los recién nacidos durante las primeras 24 horas de vida.
Con el cambio, y salvo que la madre sea portadora del virus, la administración de la vacuna queda sujeta a la decisión individual entre los padres y el proveedor de salud.
¿Por qué se cambia la vacuna contra la hepatitis B?
La votación del Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP), el grupo de expertos que asesora al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), terminó 8 a 3 a favor de reemplazar la recomendación universal por un enfoque de shared clinical decision-making (decisión compartida). Según el comunicado del CDC, para los lactantes cuyas madres dieron negativo en la prueba de hepatitis B, los padres y los médicos deben sopesar riesgos y beneficios antes de aplicar la primera dosis.
Para generaciones de epidemiólogos y pediatras, la dosis al nacer fue una pieza clave para reducir las infecciones pediátricas por hepatitis B, una enfermedad viral que puede volverse crónica y aumentar el riesgo de cirrosis y cáncer de hígado. Desde la adopción de la estrategia universal en 1991, esta contribuyó a una caída drástica de los casos infantiles. Críticos de la votación advierten que revertir la recomendación universal podría aumentar la confusión, reducir el acceso a la vacuna en comunidades vulnerables y, en última instancia, traducirse en más infecciones prevenibles.
La decisión del ACIP llega en el contexto de una reconfiguración del comité por parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos, bajo la supervisión del secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., una figura cuyo enfoque hacia las vacunas ha generado controversia pública. Varios especialistas, consultados por medios como The Guardian, señalaron que la evidencia científica que respalda la vacunación neonatal no fue descalificada de forma concluyente durante las audiencias y que la nueva recomendación se aparta de décadas de práctica basada en población.
Las reacciones contra la medida anti vacuna
Organizaciones médicas y funcionarios estatales reaccionaron con dureza: algunas sociedades científicas dijeron que continuarían recomendando la dosis al nacer, y gobernadores y departamentos de salud advirtieron que la medida podría debilitar programas públicos como Vaccines for Children, que facilitan el acceso a inmunizaciones a familias de bajos recursos.
El propio comunicado del ACIP indica que las aseguradoras continuarán cubriendo la vacuna bajo la nueva guía, pero los críticos sostienen que la cobertura por sí sola no resuelve barreras logísticas, educativas y de confianza que afectan la aceptación vacunal.
La recomendación del ACIP no es en sí misma una política final, pues corresponde ahora al director del CDC revisar la decisión y determinar si la incorpora a la vacunal federal.
Mientras tanto, pediatras y departamentos de salud locales deberán decidir cómo aplicar la nueva orientación y cómo comunicarla a los padres en el punto de atención, una fase que expertos consideran crítica para evitar malentendidos que puedan traducirse en retrasos o en la pérdida de oportunidades de inmunización.
Los especialistas recomiendan hablar con el pediatra sobre el estado de hepatitis B de la madre, riesgos familiares o de convivencia y los beneficios conocidos de la protección temprana contra la infección.
Expertos señalan, además, que la confianza pública y la claridad en la comunicación serán determinantes para que la medida no reduzca coberturas ya establecidas.