En la madrugada de este 19 de septiembre de 2025, el volcán Kīlauea, ubicado en la isla de Hawái dentro del Parque Nacional de los Volcanes, mostró una nueva erupción que llamó la atención de científicos y residentes por la magnitud de sus fuentes de lava.

Observatorios oficiales reportan que algunas de estas fuentes superaron los 150 metros de altura, acompañadas por una columna eruptiva que llegó a los 3.000 metros sobre el nivel del suelo.

El Observatorio de volcanes de Hawái (HVO) dependiente del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) señala que la actividad comenzó cerca de las 3:11 a.m., hora local, desencadenando lo que se considera uno de los episodios más destacados en la secuencia eruptiva que inició en diciembre de 2024. Los registros visuales y las mediciones satelitales coinciden en que la altura de las fuentes de lava y la intensidad de los gases alcanzaron niveles inusuales.

Erupción Volcánica | Foto: Getty Images

Según informes del USGS, los vientos predominantes vienen del noreste, lo que ha dispersado las emisiones volcánicas hacia zonas suroccidentales del parque, sin que hasta ahora los aeropuertos de la isla se vean afectados.

Las autoridades han mantenido el nivel de alerta en vigilancia, lo que significa que aunque hay actividad significativa, por el momento no existe un peligro inminente para localidades pobladas fuera del parque.

Los científicos recuerdan que los eventos eruptivos de Kīlauea suelen ser episodios breves, generalmente concentrados en el cráter Halemaʻumaʻu. Desde finales de 2024 se han documentado varios de estos episodios, cada uno con variaciones en altura de lava, volumen de flujos, emisiones de ceniza y gas.

Uno de los episodios recientes, el episodio 32, generó fuentes que alcanzaron unos 100 metros desde uno de los respiraderos norte y canales de lava que se extendieron a lo largo del fondo del cráter.

Fuente de lava que se eleva más alto | Foto: © Mike Lyvers 2025

Aunque los flujos de lava no han salido del perímetro del cráter principal ni representan amenaza directa para comunidades cercanas, la caída de ceniza, pequeños fragmentos volcánicos y la exposición al dióxido de azufre son riesgos latentes.

El HVO advierte del “vog”, neblina volcánica que se forma por gases como el dióxido de azufre , que puede afectar la respiración y salud de personas sensibles si las condiciones atmosféricas favorecen su acumulación.

Habitantes y visitantes del Parque Nacional de los Volcanes han sido instados a mantenerse alejados de las áreas cerradas por seguridad, particularmente del cráter y sus bordes, pues además de la lava caliente existen riesgos de desprendimientos de roca, explosiones locales y emisiones súbitas.

Los observadores han documentado acumulaciones de tefra, fragmentos sólidos volcánicos sobre caminos y bordes de cráteres, que aunque en su mayoría permanecen dentro del parque, pueden complicar la visibilidad y el tránsito.

Los expertos del USGS continúan monitoreando la deformación del terreno, la actividad sísmica y los cambios en la emisión de gases para evaluar si esta erupción representa un cambio en el patrón o simplemente un episodio más dentro de una serie de episodios intensos dentro de la erupción continua del Kīlauea.

Por ahora, la vigilancia permanece alta, y se recomienda a la población mantenerse informada mediante los canales oficiales del servicio geológico.