Park View Kayak Launch, en Miami Beach, acumula varios años consecutivos apareciendo en los reportes de contaminación bacteriana más graves de Florida. Según un análisis de la SurfRider Foundation, en el 90% de las pruebas realizadas en este punto se encontraron niveles de bacterias fecales que superan los estándares permitidos.

Esta situación ha obligado a las autoridades de salud a recomendar evitar el contacto con el agua en la zona, mientras se mantienen medidas de monitoreo permanente que confirman que el problema no ha sido superado.

La alerta en Park View no es un caso aislado. Un informe reciente de Environment America reveló que más de la mitad de las playas de Florida registraron al menos una jornada con contaminación fecal peligrosa para la salud humana. Algunas llegaron incluso a presentar resultados insalubres en casi una cuarta parte de las pruebas, lo que refleja un patrón preocupante para el litoral estatal.

Canoas y kayaks de alquiler esperan junto a un área de lanzamiento en el Parque Estatal Long Key. | Foto: Getty Images

Durante el reciente fin de semana del Labor Day, varias playas de la costa este recibieron advertencias por contaminación fecal, alterando los planes de miles de turistas y residentes.

Aunque en muchos casos las banderas rojas son temporales, la reiteración de estas alertas pone en entredicho la capacidad de respuesta de las autoridades locales frente al deterioro ambiental.

El riesgo sanitario también se ve agravado por la presencia de bacterias marinas como Vibrio vulnificus, conocida como la “bacteria carnívora”.

Hasta mediados de este año se confirmaron al menos once casos y cuatro muertes en Florida vinculadas a infecciones asociadas a este microorganismo, que se desarrolla en aguas cálidas y salobres y que representa un riesgo adicional para quienes entran al mar o consumen mariscos crudos.

Rampa pública para embarcaciones, río Potomac, Maryland (EE. UU.) | Foto: Getty Images

A este panorama se suma la proliferación del sargazo en la costa, un alga cuya descomposición genera sulfuro de hidrógeno y puede favorecer la expansión de bacterias nocivas. Un estudio citado por The Guardian advierte que este fenómeno atmosférico y oceánico está creando una “tormenta patógena perfecta”, con efectos directos sobre la salud pública y la actividad turística en el estado.

Aunque se han diseñado planes de remediación, la infraestructura obsoleta, con tuberías dañadas y sistemas de drenaje deficientes, dificulta mejorar la calidad del agua.

Programas como Florida Healthy Beaches y organizaciones como Miami Waterkeeper mantienen actualizados a los ciudadanos a través de reportes en línea y aplicaciones como Swim Guide, que permiten verificar el estado de cada playa antes de visitarla.

La situación en Park View simboliza los desafíos que enfrenta Florida: preservar sus costas mientras protege la salud de sus residentes y visitantes. Solo mediante inversiones sostenidas en infraestructura, mayor control ambiental y transparencia en la información podrá recuperarse la confianza en un recurso natural que es clave para la economía del estado.