El magistrado Diego Corredor, integrante de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, ratificó la condena de cinco años de prisión contra Ricardo Munar y Fernando Rivera, los empresarios que terminaron procesados por enriquecimiento ilícito de particulares, después de fungir como socios del polémico textilero israelí Alberto Aroch.
Este caso inició después de que la Fiscalía presentara un informe de la Unidad de Información y Análisis Financieros, el cual puso de presente que la señora María del Carmen Carvajal consignó 2.200 millones de pesos en efectivo a una cuenta corriente de una empresa, el 28 de diciembre de 2007.
El ente investigador destacó que sobre Carvajal pesaban antecedentes por lavado de activos y tráfico de estupefacientes, pero, además, aportó dos certificaciones de origen de fondo, según la Fiscalía, “una de ellas firmada por el señor Alberto Aroch Mugrabi, representante legal de la empresa Moda Sofisticada Ltda.”.
En ese momento, la Fiscalía resaltó que la sociedad Moda Sofistica presentaba un incremento patrimonial significativo al pasar de casi 9.000 millones de pesos en 2001, a más de 22.000 millones de pesos en el año 2006.
La Corte Suprema destacó en su fallo: “La responsabilidad penal de los procesados devino, primordialmente, del ejercicio de funciones en las distintas empresas ‘fachada’ constituidas a lo largo de los años, entre ellas, Moda Sofisticada y Vital Jeans, representada legalmente por Ricardo Munar Fernández y Blu Fashion, gerenciada por Fernando Rivera Cifuentes”.
La Fiscalía también reveló en la investigación que la existencia de sociedades ficticias y andamiajes financieros que no se habrían apoyado en actividades lícitas, al parecer, provocaron el enriquecimiento ilícito a favor de un tercero: el controvertido empresario Alberto Aroch Mugrabi.
La Fiscalía llegó a esa conclusión después de que interceptó las comunicaciones de Ricardo Munar, en las que se reveló que Aroch Mugrani era el jefe y dueño de las sociedades Blu Fashion y Mundialtex, y se logró determinar que Moda Sofisticada y Blu Fashion eran la misma empresa.
La Corte Suprema también precisó: “En esa operación y manejo de las distintas empresas, los procesados, conscientemente, desarrollaron diversas actividades ilícitas, sobre las cuales la sentencia de instancia mostró las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ocurrieron, pues realizaban maniobras tendientes a circular importantes sumas de dinero, muchas veces en efectivo, sin justificación lícita”.