Más de 40 hombres tácticos listos para actuar, inteligencia operando las 24 horas y varios infiltrados suministrando la información clave para dar luz verde al operativo. Así fueron las horas previas al bombardeo de la fuerza pública contra las disidencias de las Farc de alias Iván Mordisco en el Guaviare. En el ataque murieron 20 personas, cuyas identidades y edades están por verificar.
La letal acción de las autoridades militares se ejecutó en la vereda Itilla de Calamar, Guaviare. Se tenía información de que en el punto estaba reunida la cúpula del bloque Amazonas de las disidencias de las Farc, de alias Iván Mordisco.
En un campamento incrustado en zona selvática se encontraban –según información de la Dirección de Investigación Criminal (Dijín), la Dirección de Inteligencia (Dipol) y la unidad contra el terrorismo Grate– alias Pescado, jefe del frente 39; alias Jimmy Parra, jefe del frente 44; alias Gerson, segundo al mando de la estructura 19, y alias Pardo, segundo cabecilla de la estructura Armando Villa. Fuentes de inteligencia revelaron a SEMANA que la cumbre criminal tenía como propósito acatar las órdenes que había dado Mordisco de repotenciar el frente 39, que hace presencia en el Meta, para acabar con los hombres de alias Calarcá, quienes conforman las estructuras Marco Aurelio Buendía, Jhon Linares e Isaías Carvajal.
El afán de Mordisco de configurar la guerra contra Calarcá –según las fuentes– obedece a la muerte y captura de varios de sus cabecillas en 2024, lo que obligó a que alias Pescado, un temido cabecilla en el departamento de Arauca, fuera enviado al Meta y Guaviare para fortalecer la estructura 39, conocida como bloque Amazonas. En agosto de 2024 murió en medio de una ofensiva de la fuerza pública alias Gaby, quien llevaba 11 años en actividades criminales en las extintas Farc y en las disidencias. A esta persona la acusaban de actividades de terrorismo y secuestro.
Luego, la fuerza pública capturó a alias Robledo, otro cabecilla del frente 39, que tenía como propósito arrinconar a Calarcá. “Al ver debilitadas sus estructuras, Mordisco le ordenó a Pescado que se fuera de Arauca para el Meta a reconfigurar el bloque Amazonas”, le dijo una fuente de inteligencia a SEMANA. En medio de los operativos en los que murió Gaby y fue capturado Robledo, la policía judicial encontró dispositivos electrónicos, como celulares, con información clave de las disidencias de las Farc. Esto les permitió a los investigadores poner en el mapa los movimientos de Pescado y sus hombres.
¿Por qué Pescado?
Fuentes de inteligencia confirmaron que alias Pescado es un hombre despiadado; militarmente, uno de los más operativos para Mordisco y está encargado de mantener la guerra contra el Frente de Guerra Oriental del ELN.
Este sujeto, según inteligencia, se trasladó sigilosamente por tierra desde Arauca al Meta con los cabecillas alias Efrén y alias Braulio, jefes del Comando Conjunto de Oriente, que comprende los departamentos de Boyacá, Arauca y Casanare. La idea de Pescado era que los más de 500 hombres del bloque Amazonas enfilaran sus capacidades contra Calarcá, quien les viene ganando terreno. Pescado tenía antes del bombardeo 130 hombres del frente 39 bajo su mando; los restantes 370 iban a ser suplidos por Jimmy Parra, Gerson y Pardo.
Traición
Con la información recuperada en las acciones contra Gaby y Robledo, inteligencia obtuvo los perfiles de personas de los anillos de seguridad de Pescado, Jimmy Parra, Gerson y Pardo. Con la experiencia de décadas que ha tenido la fuerza pública en infiltrar a los grupos criminales, los agentes lograron que varios de esos perfiles se cambiaran de bando y comenzaran a mantener informada a la fuerza pública sobre los movimientos de los cabecillas.
Los infiltrados alertaron a la inteligencia de que en zona selvática de Calamar, Guaviare, se estaban dando movimientos importantes de personal armado y que estaban llegando varios duros con sus esquemas de seguridad. Dicha información fue compartida con las Fuerzas Militares, que, por decisión del alto mando, 20 días antes del bombardeo decidió insertar a unos 300 metros del campamento a 40 hombres tácticos, del Comando Conjunto de Operaciones (Ccoes), para que monitorearan los movimientos de los criminales.
Las fuerzas especiales reportaron que hacer una acción directa era complejo, pues en el campamento había entre 80 y 120 criminales fuertemente armados y, por obvias razones, si entraban en combate, las posibilidades de terminar con éxito la operación eran mínimas. Con los comandos en tierra y la inteligencia esperando contacto de los infiltrados para que confirmaran quiénes se encontraban en el campamento, la misión entró en una etapa sensible en la que, en cualquier momento, los tácticos podían ser descubiertos por los estrictos patrullajes que hacía la seguridad de la cúpula del bloque Amazonas.
El martes, los infiltrados confirmaron la presencia de los cuatro cabecillas en el campamento. La decisión era si entraban con los tácticos o lanzaban una operación Beta (bombardeo). El propio presidente Gustavo Petro en su cuenta de X reveló que había ordenado el bombardeo en el Guaviare. Aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea ejecutaron la letal acción, dejando como resultado la muerte de 20 personas de la seguridad de los cabecillas.
Las autoridades verifican si la cúpula criminal fue informada sobre la operación y por eso no se tiene el reporte de que entre los muertos estén Pescado, Jimmy Parra, Gerson o Pardo.
Polémica
Con esta reactivación de los bombardeos, ha estado en el centro de la polémica la posible muerte de menores de edad en este operativo. Las Fuerzas Militares han hablado de tres niños recuperados y hasta han advertido que todos los fallecidos eran “objetivos legítimos”, es decir, estaban uniformados y bajo órdenes, sin importar la edad. La Fiscalía se encuentra verificando cuántos de los 20 cuerpos corresponden a menores de edad. Sin embargo, el viernes, al cierre de esta edición, las disidencias de Iván Mordisco afirmaron que en el ataque murieron niños. “Sí hay menores de edad en los dos bombardeos; en total, suman nueve. Pronto haremos públicas las evidencias”, fue la escueta información del grupo ilegal.
En ese sentido, el procurador Gregorio Eljach indicó que se está a la espera de los resultados de Medicina Legal sobre las identidades y edades de las personas fallecidas en la acción de las Fuerzas Militares. Sin embargo, aclaró que el DIH protege a la fuerza pública en estos casos. “Cuando se trata, previo el principio de prevención, que existan menores de edad que están alzados en armas, que son delincuentes, que son criminales, que están del otro lado de la ley, es legítimo y legal actuar contra esos grupos”, dijo el jefe del Ministerio Público.
A su turno, el presidente Gustavo Petro, el pasado jueves, dijo que asumía directamente la responsabilidad de los daños colaterales de los resultados del bombardeo, casi como una advertencia de la presencia de menores de edad en el ataque, un hecho que no es menor. Vale recordar que un bombardeo en el que murieron menores de edad le costó al pasado Gobierno el cargo al entonces ministro de Defensa, Guillermo Botero. La polémica está servida, todo se ha manejado con estricto hermetismo, Medicina Legal no ha dado información y se podría acercar un escándalo.