El Ejército pasa por uno de sus peores momentos. A los cerca de 70.000 millones de pesos que están a punto de perderse, luego de contratar, a través del Ministerio de Defensa, a una empresa estadounidense para hacerles mantenimiento a los helicópteros rusos M-17, que terminó en un litigio jurídico en el que pidieron declarar la caducidad del contrato por incumplimiento de lo pactado con el contratista gringo, ahora quedan al descubierto otras presuntas fallas jurídicas y de planeación en la División de Asalto Aéreo en el Ejército (Davva).
La posible mala planificación del contrato de los M-17 sería tan solo uno de los graves casos que se estarían presentando en el interior de la Davva. SEMANA obtuvo documentos secretos del Ejército en los que se relevan otros posibles hechos de corrupción en la unidad, esta vez con el mantenimiento de motores de aviones.
El documento además advierte que desde agosto de 2023, en la misión de trabajo n.° 080, el control interno del Ejército, que verificaba posibles irregularidades en la adquisición de repuestos, mantenimiento, capacitación de personal para los helicópteros Black Hawk y los M-17, encontró posible corrupción que habría llevado a la crítica condición en la que se encuentra la flota rusa en la actualidad.
En otra misión de trabajo conocida por SEMANA, la n.° 046/2024, el control interno de la institución destapó presuntos y graves hechos de corrupción al auditar dos contratos para el mantenimiento y adquisición de repuestos para motores de los aviones Cessna Caravan, King Air, Casa 212 y Twin Commander.
Entre los hallazgos, la inspección interna encontró uno de los hechos más graves: el motor de un avión duró prácticamente desaparecido durante un año. Según los documentos, el motor 7980IC, del avión Commander 1108, fue retirado el 18 de agosto de 2022 de la aeronave, pero solo hasta el 22 de agosto de 2023 fue entregado con acta al almacén, y el 22 de agosto del mismo año, ingresó al sistema contable y financiero SAP.
La auditoría encontró un sorprendente hallazgo con este motor. El documento señala que la pieza mecánica estuvo un año sin ninguna supervisión, control, ni verificación física y real por parte de la brigada BAMA1, recomendando que se iniciara una actuación disciplinaria.
Una situación similar ocurrió con otro motor (79807C) de un avión del Ejército-1108, que estuvo durante cuatro meses sin ninguna supervisión, control, ni verificación física y real por parte de la BAMA1. “Se evidenció que el mismo (79807C) fue removido de la aeronave EJC-1108 el 28 de agosto de 2023, pero hasta el 7 de noviembre de 2023 fue entregado con acta al almacén y, posteriormente, el 10 de noviembre de 2023 fue ingresado al sistema SAP, observando que el bien fiscal en el tiempo de cuatro meses estuvo sin ninguna supervisión”, señala el documento en poder de SEMANA.
Otro hecho extremadamente delicado para control interno del Ejército fue el caso del motor 06531C, del avión EJC-1129, el cual la Davva reportó que había sido enviado al exterior para un mantenimiento mayor, pero, al hacer la revisión de la documentación, los soportes no coinciden. “Se genera duda frente a la veracidad de la exportación y el mantenimiento del mismo”, dice el documento.
El seguimiento que hizo control interno con el inspector de motores constató que el motor fue removido de la aeronave EJC 1129 el 4 de diciembre de 2023, pero la declaración de exportación 376 del 15 de noviembre de 2023 señala que el motor salió de Colombia para mantenimiento, algo que en realidad resulta inexplicable.
Otro de los graves hallazgos revela información confusa. Según la auditoría, el Ejército envió para mantenimiento fuera del país motores de cuatro aviones Gran Caravan, “pero los motores a exportar son de Twin Commander, evidenciándose incongruencias en la trazabilidad documental”.
La inspección a la División de Asalto Aéreo del Ejército les dedicó también un capítulo especial a los motores TPE-331 para los aviones Twin Commander. Allí se indica que hay inconsistencias y debilidades en la determinación de la cantidad de los motores. Aunque la Davva asegura tener 22 motores TPE-331, en un documento de estudio para contratar la adquisición de servicios de mantenimiento, la misma División de Asalto Aéreo dice tener 21 motores. La pregunta es: ¿dónde está el motor faltante?
Pero como si los hallazgos en materia de mantenimiento no fueran delicados, en la parte de cumplimiento de los contratos el Ejército parece no tener control de lo que ocurre en la División de Asalto Aéreo, que desde hace años ha sufrido de mala reputación por posibles irregularidades y corrupción interna. La auditoría refiere que algunos contratistas que han sido seleccionados para hacer los mantenimientos, en las actas de recibo de satisfacción por parte de la Davva, como la 396 del 22 de diciembre de 2023, “no se relacionan los servicios de mantenimiento efectuados a los motores de acuerdo a las especificaciones técnicas de obligatorio cumplimiento”.
También alerta la auditoría sobre posibles hechos de corrupción y entrega de contratos a dedo por parte de la Davva: “Durante la etapa de solicitud de cotizaciones se observa una limitación en la participación de posibles interesados, establecida a través de requisitos como una visita técnica obligatoria”.
Para los inspectores, esta exigencia específica de la Davva posiblemente vulneró la libre competencia, afectando el principio de transparencia y selección objetiva que rige la contratación pública.
El informe además hace serios reparos a la División de Asalto Aéreo, como que “no hay publicidad de todos los documentos que forman parte de la supervisión que corroboren que el contratista cumplió con las especificaciones técnicas del contrato”. Además, la auditoría denuncia posibles irregularidades dentro de la propia Davva con el nombramiento de los comités de adquisiciones. “No reposa resolución de nombramiento y notificaciones de cada uno de los miembros del comité (...) No sigue (Ejército) los lineamientos establecidos en el Código de Procedimiento Administrativo y contencioso”, se lee en el documento.
Para la auditoría, la larga lista de incumplimientos a las normas de contratación encontradas lleva a que se presenten falencias en el análisis de la trazabilidad del comité estructurado.
Frente a los desembolsos que les hace la Davva a los contratistas, el informe señala que se ha demostrado que en los contratos se habla de pagos parciales, pero al hacer la revisión se evidencia que se hacen únicos pagos. “No refleja de forma clara la ejecución del contrato ni se soportan los documentos que el contratista cumplió”, añade el documento.
En el informe auditor revisado por oficiales, suboficiales y civiles, y entregado al entonces comandante de la División de Asalto Aéreo, el general Carlos Enrique Carrasquilla Gómez, se le informa que debe tomar acciones disciplinarias, administrativas y penales contra el personal presuntamente involucrado.
Asuntos internos del Ejército encontró posibles fallas en la etapa de estructuración y ejecución de los contratos que pueden llevar a riesgos de corrupción; incumplimientos en los deberes de los militares como integrantes de la primera línea de defensa, permitiendo el tránsito de bienes por los talleres sin ejercer control alguno.
También se le denunció al general Carrasquilla que no existía un sistema de control efectivo de la información documental, que existía debilidad en los programas anticorrupción del Ejército, negligencia en el registro en el sistema contable y financiero SAP.
Por estas razones, la auditoría le ofició a la Jefatura de Estado Mayor Generador de Fuerza estudiar, analizar y determinar el inicio de acciones legales.
Tras los hallazgos encontrados, también se le pidió al Ejército, por medio de la contrainteligencia, efectuar estudio de credibilidad y confianza a un alto número de oficiales y suboficiales, entre ellos al comandante de BAMAV1, el coronel Javier Martínez.
Es de anotar que el general Carlos Enrique Carrasquilla Gómez era el comandante de la División de Asalto Aéreo para el momento en el que se firmó el polémico contrato para el mantenimiento de los helicópteros MI-17.
En la actualidad, el general Carrasquilla se encuentra como oficial de enlace con el Comando Sur de los Estados Unidos y fue seleccionado para el curso de ascenso de brigadier general a mayor general.
Por su parte, el Ejército indicó que se adoptaron las medidas correctivas y que las aéreas comprometidas dieron cumplimiento al ciento por ciento de las recomendaciones emitidas y, en otros casos, se determinó como auto inhibitorio, en control no se encontró mérito para dar inicio a las acciones disciplinarias.