Cuando faltaban apenas trece días para que se conociera el candidato presidencial del Centro Democrático para las elecciones de 2026, se generó un tsunami que cambió todas las reglas de juego en el uribismo para la elección de su aspirante.

Es evidente que en este partido hay grietas que vienen desde hace meses que hoy no se han cerrado y que, en cambio, parecieran develarse cada vez más. Previo al asesinato de Miguel Uribe Turbay había molestia con el exsenador por encuestas realizadas por los asesores que estaban a su lado, y por los ingresos que estaba teniendo su campaña. Tras su asesinato y luego de que su padre, Miguel Uribe Londoño, tomara sus banderas, algunas voces aseguran que eso ha continuado.

El expresidente Álvaro Uribe tendría la última palabra. | Foto: Guillermo Torres Reina

Uribe Londoño siguió siendo asesorado por Lester Toledo, que afirma haber trabajado con Nayib Bukele, lo cual ha generado ruido dentro del uribismo. Según varias voces, lo que dinamitó el proceso en el Centro Democrático fueron los reclamos que hizo Uribe Londoño sobre la firma encuestadora AtlasIntel, que informó que para prevenir cualquier juicio de valor en su contra con el proceso que llevaban con el uribismo, desistiría de ese rol. Incluso, Andrés Guerra declinó su aspiración presidencial y señaló que “no compartí su forma de actuar y lo que opinó de nuestro partido”, haciendo referencia a Uribe Londoño.

Andrés Felipe Guerra declinó su aspiración presidencial.

SEMANA conoció que personas afines a Toledo habrían tenido acercamientos con la firma, por lo que para evitar cualquier situación, los brasileños decidieron alejarse como lo anunciaron. De hecho, ese fue tema de discusión en un encuentro virtual que realizó el uribismo hace unas semanas y por eso le reclamaron a Uribe Londoño. Hasta entonces, el único que había tenido contactos con la firma brasileña era Gabriel Vallejo, director de la colectividad.

Miguel Uribe Londoño, uno de los precandidatos presidenciales por el Centro Democrático. | Foto: GUILLERMO TORRES

Cuando Miguel Uribe Turbay se encontraba con vida, se había llegado a un acuerdo que tuvo que salir a la luz en medio de la más reciente puja que se vive en la colectividad. En ese entonces se había dicho que si no se lograban poner de acuerdo entre los precandidatos para elegir un mecanismo para saber quién llevaría sus banderas para 2026, sería el expresidente Álvaro Uribe, líder del partido, junto a Vallejo, quienes elegirían a uno o dos candidatos para que compitieran en la consulta de la derecha en marzo. Y así parece que sucederá.

Ante la imposibilidad de elegir quién los representará a través de una encuesta –este mecanismo ya estaría descartado– se espera que antes del 6 de febrero de 2026 el exmandatario lance uno o dos nombres que puedan medirse en ese proceso, pero no todos están de acuerdo con esa idea.

Además, algunos miembros de la alianza que se está creando en ese sector tampoco creen oportuno que el uribismo lleve dos aspirantes cuando los demás van con uno.

Hay quienes creen que será perjudicial para los seguidores uribistas que haya dos candidatos en la consulta, pues eso podría dividir la votación.

Esas pujas que se viven en el uribismo tendrían incidencia externa, pero estarían influenciadas por personas cercanas al partido. Se habla del poder que sigue teniendo el exsenador José Obdulio Gaviria, quien está jugado con Juan Carlos Pinzón. Aseguran que Gaviria habría sido el que sugirió que la lista del partido al Congreso sea cerrada.

María Fernanda Cabal, otra carta del uribismo para la contienda presidencial de 2026. | Foto: Juan Sebastián Cruz Ruiz/Semana
Paloma Valencia también cuenta con el apoyo del Centro Democrático de cara a las presidenciales de 2026. | Foto: Guillermo Torres Reina

Uribe, por ahora, se ha mantenido al margen de estas discusiones y se ha limitado a que se cumplan los acuerdos, con el objetivo de que el proceso sea lo más transparente y claro posible para todos los precandidatos. El expresidente es un hombre que escucha y, aunque ha visto lo que sucede, por ahora no ha dado línea de lo que pasará. Pero todos en la colectividad consideran que será él quien termine decidiendo el rumbo del partido y quiénes podrían representarlo.