El paso del cometa 3I/Atlas por las cercanías del Sol continúa dejando preguntas y, sobre todo, revelaciones inesperadas en que una de las más recientes provienen del Observatorio ALMA, en Chile, donde señalaron la presencia abundante de moléculas clave para la química prebiótica.
El hallazgo no solo reabrió el debate sobre los ingredientes primordiales de la vida, sino que además provocó una reacción singular del astrofísico de Harvard Avi Loeb, quien comparó al objeto con una suerte de “visitante” cósmico cuya intención podría ser amistosa o peligrosa, señalándola como “¿Es 3I/Atlas un jardinero amigable o un asesino en serie?”.
Un coctel químico que no encaja en los moldes conocidos
Todo comienza con las recientes observaciones dirigidas por el científico Martín Cordiner, del Centro Goddard de la Nasa, que revelaron cantidades inesperadamente elevadas de metanol y cianuro de hidrógeno alrededor de 3I/Atlas.
Aunque ambos compuestos existen en cometas del sistema solar, la proporción detectada en este objeto foráneo es tan poco habitual que hasta ahora solo un cometa, el C/2016 R2, había mostrado niveles similares.
Cordiner explicó a New Scientist que estas moléculas suelen aparecer en cantidades muy reducidas en los cometas locales. En cambio, en este viajero interestelar parecen multiplicarse, lo que sugiere un origen o una historia química diferente a la de los cuerpos helados que la humanidad conoce mejor.
Avi Loeb retomó estos datos y los situó dentro de un marco más amplio: recordó que tanto el metanol como el cianuro de hidrógeno se forman sobre granos de hielo en regiones extremadamente frías del espacio interestelar y pueden convertirse en materia prima para moléculas esenciales, como aminoácidos o bases nitrogenadas.
“El metanol es un componente básico de los aminoácidos y azúcares (como la ribosa, un componente del ARN y el ADN), fundamentales para la química orgánica de la vida, tal como la conocemos”, señaló Loeb.
En otras palabras, se trata de ingredientes que con el tiempo y las condiciones adecuadas, pueden encaminarse hacia la construcción de vida tal como se entiende en la Tierra.
ALMA registró estas señales en diversas fechas entre agosto y octubre de 2025, detectando un patrón curioso, la producción de metanol aumentaba a medida que el cometa se acercaba al Sol, mientras que el cianuro de hidrógeno parecía disminuir en esa misma dirección.
Parte del metanol incluso aparecía lejos del núcleo, en la nube de gas circundante, mientras que el cianuro provenía directamente del interior del cometa.
Este desequilibrio, con el metanol creciendo de manera desproporcionada frente al HCN, es precisamente lo que llamó la atención de Loeb.
Loeb abre la puerta a una pregunta inquietante: ¿sembrador de vida o portador de muerte?
El científico aprovechó los resultados para plantear una comparación provocadora: ¿qué tipo de visitante es 3I/Atlas? ¿Un “jardinero” que esparce moléculas beneficiosas por el cosmos, o un posible “asesino en serie” que transporta sustancias tóxicas?
“Un grupo diverso de microorganismos, como bacterias y levaduras, conocidos como metilotrofos, utiliza el metanol como única fuente de energía”, recordó Loeb.
El cianuro de hidrógeno, destaca Loeb, tiene una dualidad intrigante: puede ser letal en grandes cantidades, pero en dosis bajas actúa como señal química en plantas, animales y microbios y es capaz de originar compuestos orgánicos esenciales.
Su propia historia en la Tierra da cuenta de esa ambivalencia, desde su papel en la formación de moléculas biológicas hasta su uso como arma durante la Primera Guerra Mundial.
“En la Primera Guerra Mundial, el cianuro de hidrógeno fue utilizado como arma química venenosa por Francia, Estados Unidos e Italia”, destacó Loeb.
Y es esa doble cara, la del nutriente y la del veneno, la que Loeb utiliza para construir su metáfora, si un objeto interestelar se acercara sin aviso a un planeta habitado, ¿sería visto como una oportunidad para sembrar vida o como una amenaza?
Según el físico, la extraordinaria abundancia de metanol frente al cianuro podría sugerir que 3I/Atlas se inclina hacia el lado “benévolo”. En sus palabras, este desequilibrio químico parece más compatible con un “visitante amigable” que con un portador de toxinas.
“La proporción anómalamente grande de producción de metanol a cianuro de hidrógeno por parte de 3I/Atlas sugiere una naturaleza amigable para este visitante interestelar”, concluyó el astrofísico.