La mayoría de las personas suele pensar que, al apagar el teléfono, la batería debería conservarse intacta hasta volver a encenderlo. No obstante, es común que, tras horas o incluso días sin utilizarlo, el porcentaje de carga disminuya.

Aunque a simple vista podría parecer un fallo en el sistema, los expertos explican que este comportamiento es totalmente normal y tiene que ver con el funcionamiento interno de las baterías actuales, así como con algunos procesos que continúan operando incluso cuando el dispositivo está aparentemente apagado.

La batería es uno de los componentes más sensibles de cualquier smartphone. | Foto: Getty Images

Este fenómeno, que puede resultar contradictorio a primera vista, tiene una explicación relacionada con la propia química de las baterías de iones de litio presentes en la mayoría de smartphones, tablets y portátiles.

De acuerdo con el sitio web Xataka Movil, en realidad, el teléfono nunca se apaga por completo: siempre hay componentes del hardware que continúan funcionando y consumiendo energía mínima para preservar configuraciones esenciales, lo que provoca un drenaje de carga gradual incluso en estado de apagado.

Incluso con el dispositivo totalmente apagado durante días, en el interior de la batería continúan ocurriendo reacciones químicas entre electrodos y electrolitos. Estos procesos, aunque lentos, generan un consumo constante que termina reflejándose en una disminución del porcentaje de carga.

Además de esa actividad química permanente, la batería sigue proporcionando energía a ciertos componentes esenciales del teléfono. Algunos elementos, como el reloj interno o los circuitos encargados de gestionar el arranque del equipo, requieren una cantidad mínima de electricidad para mantenerse operativos. Ese consumo residual, aunque discreto, contribuye a que la carga se reduzca con el paso del tiempo incluso sin que el móvil esté en uso.

Este desgaste ocurre porque los componentes internos de la batería van perdiendo capacidad para retener la energía. | Foto: Montaje: Semana (Getty Images)

A lo anterior se le suma la denominada autodescarga natural, un fenómeno propio de este tipo de baterías que hace que liberen energía de manera gradual aunque no estén conectadas ni activas.

Este efecto es imperceptible en el día a día, pero se vuelve más evidente cuando el dispositivo permanece apagado durante semanas o meses. Con el tiempo también se deteriora la capacidad máxima de la batería, por lo que, al volver a utilizar el teléfono, la autonomía puede ser menor incluso si se ha cargado al 100%.