Bill Gates, considerado uno de los líderes más influyentes de la revolución tecnológica, ha logrado marcar un antes y un después en la manera en que el mundo interactúa con la informática.
No obstante, más allá de su rol como fundador de Microsoft, también se ha consolidado como un referente en temas de desarrollo social, ofreciendo un análisis sobre cómo la innovación y el conocimiento pueden contribuir a transformar las condiciones de vida en distintas regiones del planeta.
En el año 2014, Gates sorprendió a la opinión pública con una predicción alentadora: planteó que hacia 2035 la pobreza extrema prácticamente dejaría de existir. Su afirmación se basaba en la observación de una tendencia global en la que millones de personas estaban logrando superar las barreras económicas que durante décadas habían limitado su crecimiento, siempre y cuando no surgieran guerras u otros desastres de gran magnitud que frenaran dicho proceso.
Durante una conversación con la revista Rolling Stone, el empresario explicó que el panorama mundial experimentaría un cambio profundo gracias a la expansión del conocimiento científico, la mejora en los sistemas de salud y el acceso más amplio a fuentes de energía asequibles.
Estos elementos, según Gates, acelerarían el desarrollo económico de los países más vulnerables, permitiendo que se redujera de manera sostenida la necesidad de ayuda externa en gran parte del mundo.
Al reflexionar sobre el panorama global, Bill Gates sostuvo que “incluso países costeros de África alcanzarán situaciones razonables en los próximos 20 años”. En sus declaraciones a la revista Rolling Stone, señaló que ya se evidenciaban transformaciones en distintas zonas de Asia, donde antiguas regiones frágiles estaban consolidando estructuras más sólidas y orientadas hacia la autosuficiencia.
El filántropo también hizo hincapié en el rol de “países como China e India aún tienen problemas, pero son autosuficientes”. Para Gates, el factor decisivo en este proceso era la innovación tecnológica, pues su capacidad para impulsar la educación y abrir nuevas oportunidades de empleo generaba un círculo virtuoso con efectos multiplicadores en el desarrollo social.
Asimismo, el cofundador de Microsoft destacó la importancia de la cooperación internacional en materia de salud, que a través de programas de vacunación y el control de enfermedades transmisibles estaba marcando una diferencia significativa.
A su juicio, el hecho de que cada vez sean menos los países necesitados de ayuda permitiría concentrar los recursos de manera más estratégica, logrando una mayor eficacia en la asistencia global.