Santa Marta es considerada uno de los destinos más fascinantes del Caribe colombiano, en el departamento de Magdalena. Su belleza natural, importancia histórica y playas paradisiacas, hacen de esta ciudad un lugar imperdible para los amantes de la cultura, la aventura y, por supuesto, la brisa, el sol y el mar.
Sin embargo, lo que pocos saben es que más allá de sus hermosas playas, hay varios tesoros naturales por descubrir, siendo uno de ellos Guachaca, un oasis de calma y escenario mágico que invitan a desconectarse, descansar y reconectar con la naturaleza.
Lo mejor de todo es que este paraíso oculto se encuentra a solo 1 hora de Santa Marta, apartado del bullicio del turismo masivo y del comercio informal que suele invadir algunas de sus playas más concurridas.
El encanto de Guachaca
Bajo el cálido clima que envuelve esta joya escondida del Caribe, las palmeras son el refugio ideal para quienes buscan refrescarse mientras se mecen al ritmo de las olas. La arena, que se transforma de blanca a dorada, invita a caminar descalzo por la orilla, donde cangrejos curiosos se asoman entre las rocas.
Dependiendo la temporada del año, de acuerdo con un artículo publicado por la revista Diners, también se pueden ver tortugas marinas que llegan a este lugar a desovar sus huevos bajo la luz de la luna, dándole un toque más auténtico a Guachaca.
Aunque su nombre aún pasa desapercibido para muchos, este refugio natural atrae cada día a más viajeros y aventureros que desean desconectarse del mundo y convivir con la esencia pura del entorno. Allí, el tiempo parece detenerse por el ambiente de calma que se percibe y que brinda al turista la oportunidad dejar que sus sentidos despierten ante el sonido del mar y la serenidad del paisaje.
Un rincón con una magia especial
En este paraíso costero del departamento del Magdalena, se han construido hostales y alojamientos sostenibles frente al mar, cuyos nombres reflejan la diversidad cultural de los visitantes y la fusión de sabores que ofrece en un entorno totalmente tranquilo.
En este paraíso, varias cabañas de madera han sido construidas con el ingenio y la destreza de artesanos locales, quienes han sabido integrar la tradición con la sostenibilidad, promoviendo el turismo y, al mismo tiempo, aportando al desarrollo económico de la zona.
¿Qué actividades hacer?
Gracias a su ambiente tranquilo, además de disfrutar del mar, los viajeros pueden encontrar en Guachaca un espacio perfecto para practicar yoga al atardecer, caminar descalzo por la orilla del mar o jugar partidos de deportes como ping-pong o voleibol improvisados, planes que se ajustan muy bien cuando el viaje es familiar o con amigos.