Boyacá les ofrece a los viajeros una experiencia única y diferente, en medio de un ambiente tranquilo en el que la naturaleza, las costumbres y las tradiciones son protagonistas.

Es un destino lleno de historia, cultura y bellos paisajes que atrae a quienes buscan una experiencia auténtica y tranquila, que permita desconectarse del día a día para sumergirse en medio de la vegetación y las actividades rurales, apreciando páramos, valles, lagunas, ríos y cascadas que embellecen este territorio.

Además, allí los visitantes pueden saborear platos típicos como la arepa boyacense, el mute, el cocido de esta región y la famosa almojábana, mientras disfrutan de un ambiente perfecto para una escapada de fin de semana o de varios días de vacaciones.

Este territorio alberga 123 municipios y uno que no es tan sonado pero que tiene sus encantos para quienes disfrutan del contacto con la naturaleza y la tranquilidad es Tutazá, que en lengua chibcha significa ‘hijo del sol’.

Monumento Piedra de Bolívar en Tutazá, Boyacá. | Foto: Sistema de Información Turística de Boyacá (Situr)/API.

A este municipio boyacense se le conoce como “El rincón de los tiestos”, debido a que sus habitantes tienen una herencia ancestral de transformar el barro en arte.

El sistema de Información Turística de Boyacá (Situr) indica que el contraste que produce el ocre de las vasijas elaboradas por los artesanos con el verde de las montañas, son una mezcla perfecta de la que pueden deleitarse los viajeros que llegan a este bello y tranquilo poblado.

En este territorio, los sectores que mueven la economía son la agricultura y la ganadería. El clima frío y las condiciones físicas del terreno son indicadas para el cultivo de papa, maíz, frijol, cebada, trigo, haba y arveja.

Este destino boyacense, ubicado en la provincia de Tundama, a solo dos horas de Tunja, tiene varios atractivos que vale la pena conocer. De acuerdo con Situr cuenta con páramos y varias lagunas, que lo hacen especial para quienes disfrutan de las actividades al aire libre: ecoturismo, senderismo y avistamiento de especies de flora y fauna.

De igual forma, el turista puede recorrer las calles y jardines que se encuentran alrededor del parque principal, donde está la iglesia de la Virgen de Nuestra Señora del Rosario y un monumento que rememora la petición que Bolívar hiciera a la “virgen morena”, como también se le conoce localmente, según indica Situr.

Monumento Caballo de Simón Bolívar, en Tutazá, Boyacá. | Foto: Sistema de Información Turística de Boyacá (Situr)/API.

Las delicias gastronómicas pasan por el cocido de habas y mazamorra chiquita, además de la reconocida chica de maíz, indica información de la Secretaría de Educación de Boyacá.

Un poco de historia

Durante el siglo XVI, los pobladores del territorio donde hoy se encuentra Tutazá fueron adoctrinados por los agustinos, quienes hicieron construir un santuario para la adoración de la Virgen del Rosario.

Para 1777 los indígenas prácticamente habían desaparecido, así que el territorio fue añadido a Betéitiva, luego a Corrales y después a Belén. Posteriormente, en 1849, Tutazá fue elevado a distrito parroquial, dentro del cantón de Santa Rosa de Viterbo, y tres años después fue erigido como parroquia. Durante la cruzada libertadora, este poblado aportó varios soldados, entre ellos, el héroe Pío Morantes, quien perdió la vida en la batalla de Boyacá.