Con las bajas temperaturas, es necesario revisar el estado de las llantas del carro, una de las comprobaciones más sencillas, pero más olvidadas al alistar al auto para salir a carretera.

El desgaste de las llantas no solo genera sanciones, también aumenta el riesgo de accidentes en carretera | Foto: 123RF

Aunque parezca un detalle menor, la cantidad de aire que hay dentro de las ruedas influye directamente en la seguridad, el consumo de combustible y el desgaste de las cubiertas. Una presión incorrecta puede traducirse en más gasto, menos agarre y, a largo plazo, un deterioro prematuro del neumático.

Las temperaturas bajas hacen que el aire del interior se contraiga y la presión caiga. De hecho, basta con una bajada de 10 °C para que la presión se reduzca alrededor de 0,07 bares. Por eso, tanto los fabricantes como los talleres especializados recomiendan revisar el inflado con más frecuencia durante los meses fríos. Pero ¿cuál es la presión ideal y cómo ajustarla para no consumir más combustible del necesario?

La presión recomendada para las llantas en bajas temperaturas: un aumento de 0,2 bares

Según el fabricante Michelin, los neumáticos pierden aire de forma natural con el paso del tiempo, por lo que conviene revisar la presión al menos una vez al mes. En épocas de bajas temperaturas, además, el aire frío agrava esa pérdida, reduciendo la presión interna y aumentando la resistencia a la rodadura, lo que a su vez incrementa el consumo de combustible.

Las bajas temperaturas requiere un revisión extra para verificar que los neumáticos estén en óptimas condiciones. | Foto: Getty Images

La compañía aconseja añadir unos 0,2 bares más sobre la presión que indica el fabricante del vehículo cuando la temperatura exterior es muy baja.

Este ajuste compensa el descenso provocado por el frío y garantiza que la rueda mantenga la forma y la adherencia correctas en carretera. Si la comprobación se hace dentro de un garaje templado (por ejemplo, a 18 °C) y en el exterior hay -2 °C, ese aumento de 0,2 bares evita que la presión real sea insuficiente al salir.

También es importante recordar que ni el exceso ni el defecto de aire son una buena idea. Circular con las ruedas poco infladas provoca que el neumático se deforme más, aumentando el contacto con el asfalto y la fricción, lo que se traduce en mayor consumo de combustible y desgaste irregular. Por el contrario, un inflado excesivo reduce la superficie de contacto y el agarre, haciendo el coche más inestable, especialmente sobre superficies mojadas o con hielo.

El frio puede afectar la presión des los neumáticos aumentando el consumo de combustible. | Foto: Getty Images

Cómo y cuando medir la presión de los neumáticos

La presión debe medirse con los neumáticos fríos, es decir, después de recorrer menos de tres kilómetros. Si se mide tras un trayecto largo, el aire interior se dilata por el calor y puede dar una lectura falsa más alta de lo real.

También es recomendable comprobar la presión antes de emprender un viaje largo o cuando el coche vaya muy cargado. En ese caso, conviene seguir la indicación de “presión máxima de carga” que suele aparecer en la etiqueta situada en el marco de la puerta del conductor o en el manual del vehículo. Usar siempre el mismo manómetro -por ejemplo, el de una gasolinera o taller de confianza- ayuda a mantener mediciones constantes y fiables.