Los riñones son dos órganos en forma de frijol, que cumplen funciones clave para el organismo. Una de las más importantes es filtrar y mantener la sangre libre de productos de desecho provenientes de los alimentos que la persona consume.

De igual forma, estos órganos ayudan a regular la cantidad de agua y de electrolitos como el sodio y el potasio en la sangre, eliminándolos a través de la orina cuando estos se encuentran en exceso. Sin ese equilibrio, es posible que los nervios, los músculos y otros tejidos en el cuerpo no funcionen normalmente, aseguran los expertos.

“Los riñones sanos filtran alrededor de media taza de sangre por minuto, eliminando los desechos y el exceso de agua para producir orina”, precisa el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos.

Dada su importancia es recomendable tomar acciones tendientes a cuidar su salud. Una de las formas de hacerlo es tratando de prevenir enfermedades que los afectan tales como la diabetes y la presión arterial alta, para lograrlo se debe cuidar la alimentación y practicar actividad física de manera regular.

Los riñones se encargan de eliminar desechos del cuerpo. Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images.

Hábitos saludables

Según información del Hospital Universitario San Ignacio, en su página web, para proteger a estos órganos es determinante mantener estilos de vida saludables, especialmente con la alimentación, pues esta influye de manera significativa en el funcionamiento de los riñones y de las demás partes del cuerpo.

“La dieta renal se puede definir como un equilibrio alimenticio en el que se regula el consumo de sal, grasas, proteínas, lácteos y bebidas que afectan de manera negativa la salud de los riñones”, precisa. En este sentido, algunas de las recomendaciones que brinda esta institución hospitalaria son, por ejemplo, comer frutas y verduras a diario, hidratarse constantemente, procurar tener hábitos saludables del sueño y controlar los niveles de azúcar.

También es importante no automedicarse y prestar especial atención al estado de la orina. Si es turbia, con espuma, con sangre o si la persona orina muy seguido, la recomendación es consultar al médico.

Por otro lado, en una publicación del sitio web de la Fundación Cardioinfantil- La Cardio, la nefróloga Alejandra Patricia Molano Triviño, plantea otras recomendaciones como la práctica de actividad física, mantener una ingesta adecuada de líquidos saludables y no fumar.

Para la especialista mantener en el rango indicado los niveles de azúcar en la sangre es determinante, pues la diabetes es la principal causa de falla renal y diálisis en el mundo, por lo que es relevante evitar su desarrollo o si la persona ya la tiene, mantenerla controlada. Cuando un individuo no sufre de diabetes debe realizarse chequeos frecuentes de glicemia y de esta forma mantener controlada su glucosa.

En el caso de la hipertensión arterial, como normalmente no genera síntomas, es clave también establecer los controles y mediciones de la misma. “Los valores normales se ubican generalmente en menos de 120/80″, precisa Molano Triviño y explica que si son mayores es posible que la persona corra el riesgo de volverse hipertensa, por lo qe es importante acudir al médico.

En cuanto a la hidratación, la especialista asegura que una persona debe consumir al menos un litro de agua al día para mantenerse saludable, y esa cantidad se debe aumentar en casos de deshidratación, por ejemplo, cuando se presenta diarrea, vómito, fiebre o cuando hay sudoración excesiva debido a la práctica de deporte o por períodos muy largos bajo el sol.

Lo ideal es ingerir agua fresca en cambio de gaseosas, té u otros productos embotellados, pues estos contienen azúcar y preservantes que no son saludables.

Por último, para cuidar la salud de los riñones es importante evitar el consumo de tabaco. “El cigarrillo y el tabaco producen cáncer de vejiga y riñón, aceleran el envejecimiento de los órganos y las arterias y producen enfermedades pulmonares. Como los riñones están hechos de miles de arterias, el cigarrillo los afecta volviéndolos duros y rígidos lo que hace que la presión arterial aumente progresivamente dañando la función renal”, precisa la nefróloga.