CICLISMO
Giro de Italia 2021 | Bontempi, ganador de 16 etapas en la Corsa Rosa, ahora la recorre en moto
Excampeón de la maglia ciclamino y ganador de etapas en las “tres grandes”, Guido Bontempi ahora se dedica a la moto, trabajando con la organización del Giro.
La cara era conocida. Esa expresión adusta, pero a la vez tan lejana, como si los ojos la contradijeran. Faltaba algo para reconocerlo, el cabello. Ese cabello libertino, setentero, de otros tiempos. Al final, el hombre de la motocicleta, largo y flaco como una rama de eucalipto, confirmó su identidad: “Me llamo Guido Bontempi”, y todos quedaron asombrados.
Una gloria del ciclismo de los años ochenta y noventa del siglo pasado, que ganó cuatro etapas en la Vuelta a España, seis en el Tour de Francia ¡y 16!, ¡sí, 16 etapas en el Giro de Italia!, es el piloto de una de las motos de la organización de la “Corsa Rosa”, y tiene que llevar a uno de los fotógrafos de prensa para todos lados.
Semejante corredor, debutante en el Giro en 1981, cuando ganó Battaglin, su compañero de equipo en el Inoxpran; y ganador de la maglia ciclamino en 1986, tras vencer en cinco etapas.
Era una bala Bontempi, con su pelo al aire y su maglia abierta que dejaba ver, a veces, un collar delgadito con la imagen de la Madonna.
Tendencias
“Estoy trabajando con la organización del Giro porque no tenía trabajo. Quería probar algo nuevo y recuperar la ilusión, el amor por el ciclismo”, comenta Guido, cuarto en los Juegos Olímpicos de 1980, en el kilómetro contrarreloj.
Después de su retiro, en 1993, se dedicó a la dirección de equipos. Por varios años estuvo vinculado al Lampre, escuadra involucrada en varios líos de dopaje, y entonces lo dejó, se quedó sin trabajo y, en las motos, encontró una nueva inspiración.
“Al que le gusta la moto le gusta la bicicleta, y al que le gusta la bicicleta le gusta la velocidad. No son mundos diferentes”, expresa Bontempi, nacido en Gussago el 12 de enero de 1960.
Ahora está calvo, y por eso pasa desapercibido entre muchos de los aficionados, pero sus recuerdos están intactos. Corrió en los tiempos de Lucho y Fabio Parra, y por eso tiene un concepto muy claro del ciclismo colombiano.
“Es un ciclismo de mucha clase, muy aguerrido, y siempre fuerte en la montaña. Pero lo que siempre me impresionó de los colombianos es la humildad, la tranquilidad”, dice.
“Los colombianos de estos tiempos, como Bernal, corren de una forma moderna. Los de antes subían, pero luego, lo perdían todo en el llano, en las contrarreloj. Quintana es un poco así, a la antigua, pero Bernal y otros, son modernos, se preparan para todos los terrenos, hablan todos los idiomas y corren con inteligencia”, destaca.
Guido, en moto, llegará hasta Milán, aunque no tan rápido como cuando era ciclista, y estrella. Espera ver, en la capital lombarda, a Egan de rosa y levantando el ‘Senza Fine’.
“Me gusta, y me cae bien. Creo y espero que pueda ganar. Lo digo de corazón”.
El Giro da para todo, hasta para encontrarse a un “monstruo” del asfalto como Bontempi, en el humilde trabajo de “gregario” de un fotógrafo de prensa.