Jhonatan Pardo, peluquero del director técnico de la Selección Colombia. | Foto: Diana Rey

ENTRETENIMIENTO

El peluquero de Pékerman

En un local cercano al Parque El Virrey, en Bogotá, se encuentra Jhonatan Pardo, el hombre fiel y discreto que desde el 2012 le corta el pelo a José Néstor. Esto cuenta de él.

9 de junio de 2018

*Por Juan Francisco García y Martín Lleras

"Hola Jhonatan”, dice mientras lo imita con el acento típico que usamos los colombianos para remedar a los argentinos, “te habla José Néstor Pékerman, me han dicho que cortás bien el pelo, ¿vos no me podrías atender?”. Aunque ya le habían advertido que ‘él’ lo iba a llamar, y a pesar de la seguridad que le dan sus 15 años de experiencia en este negocio, a Jhonatan Pardo le temblaron las manos cuando supo con quién estaba hablando.

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Primero visitó su peluquería ubicada cerca del parque El Virrey de Bogotá, Pablo Garabello, un gaucho que no le contó que era entrenador de fútbol. Mintió, le dijo que era profesor y quiso saber su opinión sobre el director técnico de la selección. “A mí ese tipo no me gusta”, respondió el peluquero, “en Colombia tenemos muy buenos entrenadores”. Garabello sonrió.

En la televisión, en una aparición fugaz del ‘profesor’ en un partido de la tricolor, Jhonatan supo que había hablado mal de Pékerman con uno de sus hombres de confianza. Por fortuna las palabras de Pardo no molestaron a los argentinos. De hecho, a su peluquería fueron llegando todos los miembros del cuerpo técnico. Después de Garabello vino Urtasún, luego el Pato Camps y entonces llamó José Néstor. Por último llegaron Lorenzo y el ilustre Pascual Lezcano.

“Cada uno es libre de opinar lo que quiera”, le dijo Pékerman en tono jocoso el día que se conocieron, y desde entonces no ha faltado nunca a su ‘motilada’ bimensual. Tiene requerimientos sencillos: privacidad, buena conversación y una infusión de yerba mate que él mismo insiste en servirle a Jhonny, como le dice. No es vanidoso. Nunca se ha quejado del corte. Solo lo vieron molesto cuando una señora, sin consultarle, y justo en el momento en que tenía el cabello hecho un mamarracho, se tomó una selfie con él.

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Aunque no habla con los medios, sí lo hace con su peluquero. No hace muchos chistes, pero recuerda las anécdotas que le dejó el fútbol y, en broma, dice que les tiene prohibido a sus asistentes ser hinchas de un equipo distinto a Argentinos Juniors. Acaba con el fútbol, sigue con política, y luego habla de tenis, cuenta sobre los libros que está leyendo y hasta recomienda alguna película. Puede pasar también –porque ha sucedido– que durante la peluqueada reciba una llamada de James o de Yerry Mina, quien lo consultó minutos antes de firmar con el Barcelona.

Las sesiones pueden durar hasta dos horas, porque además de la charla, su corte no es tan sencillo como parece. Durante seis años ha compartido más de 50 horas de vigilia en la esfera más cercana del entrenador de Colombia. Así se forjó un vínculo de amistad. Jhonatan ha visto a Pékerman en la intimidad y lo conoce lo suficiente como para decir que lo vio más ansioso que nunca en el Hotel Hilton de Barranquilla, antes del partido que perdió Colombia 0-1 con Argentina. “Les tengo que ganar, les tengo que ganar”, repetía compulsivamente mientras le echaban tijera. Tras la derrota hubo silencio y tensión. Era un partido importante. Tal vez era un intento inconsciente por demostrar que es de acá, por contarle al mundo que, a pesar de su acento marcado y su debilidad por Riquelme, él es colombiano. “Colombia es todo para él”, cuenta Pardo y dice que de ninguna manera ha descartado quedarse aquí el día que acabe su trabajo como seleccionador.

“No se nota, pero en todos estos años se ha puesto más canoso y ha perdido mucho pelo”. Jhonatan, que ha ido varias veces a la oficina del profe, tapizada de televisores y artefactos tecnológicos que él desconocía, que ha viajado con el equipo y que conoce la intimidad del cuerpo técnico, sabe que el cambio de color del pelo de Pékerman no es solo un resultado de la edad. Aunque en la peluquería se muestra distendido, siempre está sometido a una presión brutal y para sobrellevarla se obliga a controlarlo todo. Hasta su corte. Por eso, si se tiene en cuenta que a los hombres de perfiles delgados el pelo corto los hace ver demasiado flacos, para Rusia ya están trabajando en un cambio de look. La idea es volver a un estilo más melenudo, de onda retro, peinarlo hacia un lado y tirarlo todo para atrás.

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Jhonatan no sabe si el discreto cartel de ‘peluquero de Pékerman’ en la puerta de su local le ha traído más clientes. Habría podido explotar más esa circunstancia, aceptar las ofertas para salir en televisión y hacerle más publicidad a su peluquería, pero no le interesa. Prefiere reírse con ternura cuando su hijo Max le cuenta frustrado que sus compañeritos del colegio no le creen que su papá tiene un amigo que se llama igual que el técnico de la Selección Colombia.

*Periodistas de Hablaelbalón.com