Cundinamarca tiene todos los climas y gran diversidad de planes. En esta edición especial, SEMANA registra su riqueza. | Foto: Jorge Serrato

EDITORIAL

Los municipios menos conocidos de Cundinamarca ahora tienen la palabra

Los cundinamarqueses son los protagonistas de esta revista de crónicas. Un viaje de letras que retrata un departamento que progresa de la mano de su gente. Una mirada distinta a la región a través de grandes plumas que se dejaron sorprender por la autenticidad de estas tierras.

Mariana Suárez Rueda*
27 de agosto de 2018

Comarca del cóndor. Eso traduce la palabra Cundinamarca. Dos vocablos quechuas (‘kuntur’ y ‘marca’) unidos le dan vida al nombre de un departamento que avanza. El año pasado fue el tercero más seguro del país, es el que más kilómetros de vías por concesión ha construido y para 2016 se había posicionado como la quinta economía de Colombia (5,3 por ciento es su participación en el PIB). Pero más allá de sus muy buenos indicadores, esta es una región que progresa con su gente.

Y no solo son cundinamarqueses. Hasta aquí han llegado suizos atraídos por condiciones climáticas únicas que permiten fabricar salchichas y carnes curadas que nada tienen que envidiarles a las alemanas; también víctimas de la guerra colombiana que encontraron en el café y el banano una razón para perdonar. Todos ellos son los protagonistas de esta edición especial en la que por primera vez Regionales SEMANA cuenta una región en crónicas, a través de la pluma de un grupo de reconocidos líderes de opinión –periodistas, escritores, artistas– que sin libreto ni presiones caminaron por algunos de los municipios, se detuvieron para conversar con sus habitantes y tomarle el pulso al departamento.

El resultado: una revista que deja al descubierto pueblos que se resisten a perder sus costumbres como Tibacuy, poblaciones que lograron renacer después de la tragedia –Útica hoy se reinventa a través del turismo–, tradiciones tan colombianas como la de peregrinar hasta la Virgen de la Salud de Bojacá para bendecir el carro e historias de mujeres valientes en La Palma, Cucunubá y Viotá. Cundinamarca sorprendió a nuestros columnistas invitados y lo hizo porque sin abandonar sus costumbres, sin olvidar su historia ni desaprovechar una tierra fértil y biodiversa supo abrirle las puertas al desarrollo.

La telemedicina es una realidad que pudo palpar la editora de Salud de Noticias Caracol, la doctora Fernanda; el mejor profesor de Colombia comprobó los resultados de la inversión en educación y hasta dio una clase en Guaduas durante su recorrido; el chef Nicolás de Zubiría evaluó, como lo hace en televisión con los concursantes de Master Chef, platos típicos cundinamarqueses preparados por cocineros locales; Andrés Cepeda compuso un texto que devela las emociones que despierta Cundinamarca y Humberto Dorado, uno de los mejores actores del país, viajó hasta Tibirita para conocer a otro maestro: Carlos Reyes, el pintor que le cambió la cara a la iglesia del municipio.

A lo largo de estas 108 páginas los cundinamarqueses hablaron orgullosos de la transformación de su territorio. Aquí existe, sin duda, un eficiente gobernante. Aquí comienza el viaje por esta región de reservas naturales, de pueblos encantadores y municipios industriales. De mazorca, plátano y el infaltable ajiaco. ¡Bienvenidos! 

*Editora general de Regionales SEMANA