"Cultivemos en las niñas conciencia de amar con pasión lo que son", escribe Paula Rincón. | Foto: iStock

OPINIÓN

La rebeldía como camino para alcanzar la equidad de género

Esta es la propuesta de Paula Rincón, organizadora de TEDxBogotá-Mujeres, quien asegura que las niñas y mujeres ya no deben ser esclavas del deber ser.

26 de noviembre de 2018

Hace poco, en medio de una conversación de esas que surgen en un espacio familiar y de amigos, saltó a la mesa una afirmación que desencadenó toda una discusión: “Las mujeres estamos de moda”. Desde luego apuntaba a los difíciles debates que surgen gracias a un grupo de mujeres ‘rebeldes’ que llevan mucho tiempo exigiendo equidad, paridad, pluralidad y todo aquello a lo que todas deberíamos tener derecho.

El tema rápidamente tomó fuerza, y después de varios ires y venires llegamos a mi discusión preferida: la rebeldía, especialmente en las niñas, que no es nada diferente a algo que debería ser natural, espontáneo y cotidiano.

Más que un debate, esta era una conversación sobre los retos que las mujeres están planteando y asumiendo, como por ejemplo tener acceso en etapas tempranas a una adecuada formación para el conocimiento de su sexualidad que les permita tomar decisiones informadas y conscientes sobre su cuerpo, o en otros escenarios, ser estimuladas para prepararse y participar activa y equitativamente en todos los planos profesionales y sociales de un mundo en permanente cambio.

Sin embargo, es claro que seguimos parados en la formación del ‘deber ser’ y no en el ‘poder - por derecho – ser’. Esto se ratifica con frases coloquiales en el día a día. Los reto a cazar en una conversación cualquiera expresiones como estas: “Hoy una mujer debe ser mamá”, “se debe vestir, se debe comportar …” y la lista es infinita.

Si seguimos por la senda de la discusión del ‘deber ser’ no vamos a llegar a ningún lado. El camino es entender que somos individuos y que este factor nos otorga el derecho absoluto de querer ser y de hacer lo que se nos antoje.

¿Qué tal si le apostamos a tener un mundo en donde no es obligación tener un hijo si la mujer no quiere, en donde las leyes no van en contra de ellas sino a favor de la libertad, o a un paraíso en el que la forma de vestir, de caminar, de comer o incluso hasta de mirar no te haga sujeto u objeto sexual o algo que puede ser propiedad de otra persona?

Un nuevo mundo donde la rebeldía deje de ser catalogada como una actuación diferente y se pueda hablar con claridad sobre lo que realmente somos. Las que hoy son luchas cotidianas como el empoderamiento, el amor y respeto por el cuerpo, la paridad social y profesional, dejarán de serlo.

Cultivemos en las niñas conciencia de amar con pasión lo que son, que puedan aferrarse y luchar por eso que sueñan ser. Apostémosle a un mundo en donde entendamos que no se trata de niñas o de niños, sino de personas maravillosas con un potencial increíble para cambiarlo todo.