Home

Cultura

Artículo

ARTE

La Colombia en acuarelas pintada por las manos del chino Song Xinru

El artista llegó en 1984 al país y se embarcó en un viaje por la diversidad de paisajes que lo llevó a pintar cada una de sus esquinas.

12 de septiembre de 2017

En las acuarelas del artista chino Song Xinru habita el movimiento y la vida. Pero se trata de una vida colorida que impresiona por la diversidad que hay en cada una de las piezas. Predomina un color (o dos) en cada paisaje, y ese dominante refleja las emociones del artista que se condensan en cada uno de los diversos lugares que se encontró en sus viajes por Colombia.

Una fijación interesante por las aves, y su enorme pluralidad, se refleja en varios momentos. El artista deja ver su fascinación por la selva colombiana insondable. La acuarela aporta un efecto acuoso que cala perfecto con la humedad del ecosistema en el que se desenvuelven las aves.

También hay personas, como arhuacos en un paisaje lleno de color arena en donde el blanco resalta entre las casas; o pesqueros en sus canoas, navegando algún río de Bolívar o alguna laguna en Boyacá. Dos hombres sentados sobre la acera de Versalles en Valle del Cauca o un turista diminuto ante la inmensidad que Song le da a las casas coloniales de Cartagena.

Song estudió arte en la Academia de Arte y Diseño de Beijing. Su padre fue fotógrafo, de ahí nació también un amor hacia la imagen. Fue profesor de la Universidad Nacional de Colombia y su obra ha recorrido el mundo.

Semana: ¿Cómo fue su paso por prisión durante la revolución cultural de su país?

Song Xinru: Muy dolorosa y de algo sobre lo cual no suelo hablar. Sucedió cuando estaba bastante joven y dando mis primeros pasos en el campo del arte. Me opuse a la destrucción sistemática que se estaba dando al destruir las esculturas en piedra representativas de otras épocas milenarias de la civilización china y me uní a un movimiento que se manifestaba en contra de ello. Fueron varias las entradas y salidas de la cárcel pues yo era muy rebelde y no dejaba de manifestar mi descontento. Allí comencé a pensar que si no podía detener ese fenómeno debería buscar mi destino en otra parte fuera de mi país.

Semana: ¿Influyó esa revolución en su trabajo?

S.X.: Influyó en el sentido de que no lo podía realizar ni exponer por no seguir las rigurosas y limitantes normas y temáticas del arte oficial, muy político en todo sentido y exigente en materia de mensajes que debería contener. Para sobrevivir tuve que hacer otras actividades. Pero el estilo artístico que estaba comenzando a formar no se modificó en ningún sentido.

Semana: ¿Cómo mezcla el arte oriental con el occidental?

S.X.: El resultado de mi estilo es inconsciente. Algo tiene de la tradición oriental en la técnica básica que la aprendí allá con una larga tradición en las tintas y la acuarela, y algo he recibido de occidente, claro está, y particularmente de Colombia, donde me he sentido más libre para expresarme y donde el color del trópico me ha llevado a expresiones más fuertes que muy seguramente no habría logrado si no hubiera salido de China.

Semana: ¿Qué anécdota recuerda con mucho cariño de sus viajes por Colombia?

S.X.: No hay una anécdota en sí, pero sí una sensación: la felicidad que sentí en Leticia al acercarme a la rivera del Rio Amazonas, y más aun la que me llegó al embarcarme hacia Puerto Nariño. Estaba realizando un gran sueño que tuve desde joven y que también fue causa importante de mi viaje a este continente.

Semana: ¿Alguna anécdota dolorosa o triste?

S.X.: En Colombia no he tenido sino satisfacciones y felicidad. Su gente es maravillosa y sus paisajes extraordinarios.

Semana: ¿Qué significa el rio Amazonas para usted?

S.X.: Inspiración y motivo para muchos cuadros que he pintado en los últimos 30 años de mi vida.

Semana: ¿Lo que vemos en sus acuarelas son momentos puntuales o son la fusión de varias imágenes guardadas en su cabeza?

S.X.: Lo que aprendemos en el arte oriental es a mirar a fondo y a retener la imagen para poderla reproducir más tarde. A lo que veo y me gusta le hago normalmente un esquema como algunos que se reproducen en el libro Colombia en Acuarelas. Algunas veces también le hago un esquema rápido en acuarela para grabarme su color. Pero en general pinto en mi estudio lo que observé y allí, por supuesto, aparecen probablemente elementos de otras miradas diferentes que se acoplan armónicamente al conjunto de la obra.