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Las revelaciones de los Paradise Papers incluyen información de personajes reconocidos a nivel mundial. Fotos: AFP

ESCÁNDALOS

Paradise Papers: huracán en el Caribe

El nuevo escándalo comprueba que una práctica hasta ahora usual en el mundo de los negocios hoy es cada vez más cuestionada. Pero no hay que meter a todos en el mismo costal.

11 de noviembre de 2017

Hasta hace poco, consti-tuir sociedades en jurisdicciones que ofrecían beneficios fiscales no era mal visto. De hecho, esta ha sido una práctica usual y aceptada en el mundo corporativo, que la usa por conveniencia administrativa y tributaria o para facilitar los negocios internacionales. Pero aunque muchos de los que acuden a estas figuras lo hacen de manera legal, no es menos cierto que otros las utilizan para esconder ganancias y evadir impuestos, a través de maniobras de contabilidad.

Por eso, el mundo cada vez tolera menos los paraísos fiscales y todo lo que se le parezca, y los gobiernos se cansaron de ver cómo muchos de sus ciudadanos pudientes y hasta sus más reputadas empresas ganan más en sus negocios, pero tributan menos.

Esto explica el revuelo que han causado en el mundo revelaciones periodísticas como los llamados Panama Papers (relacionado con el bufete de Mossack Fonseca) o los más recientes Paradise Papers, en los cuales se filtraron documentos de 19 jurisdicciones offshore (islas donde se pagan menos impuestos o los inversionistas extranjeros están exentos) como Bermudas, Malta, Barbados, las Caimán o las Islas Vírgenes Británicas.

Esta última investigación, también liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), por su sigla en inglés, vinculó a reconocidos personajes como la reina Isabel II de Inglaterra, el cantante y activista Bono, Madonna y grandes corporaciones como Apple, Nike o Uber. En Colombia mencionan más de 200 nombres (personas y empresas) como el presidente de la república, Juan Manuel Santos, y compañías, como Ecopetrol, EPM, ISA, Global Education y la Empresa de Energía de Bogotá.

Cabe anotar que la mayor parte de la información divulgada por ICIJ, que en Colombia revelaron la plataforma Connectas y el diario El Espectador, tiene que ver con documentos obtenidos por el diario alemán Süddeutsche Zeitung de dos firmas offshore: la de abogados Appleby, localizada en Bermudas, y Asiaciti Trust, con sede en Singapur.

Tras las revelaciones todos los mencionados presentaron sus explicaciones

Sobre Ecopetrol, la empresa más importante y grande del país, el informe periodístico señaló que Appleby la habría asesorado para invertir en destinos que tuvieran efectos tributarios menores que los de Colombia. La investigación dice que Ecopetrol constituyó reaseguradoras y sociedades en Bermudas, Suiza y Delaware (Estados Unidos) y que más de la mitad de su estructura empresarial depende de un conglomerado de firmas offshore en esos destinos. “En el caso de Ecopetrol, los documentos evidencian que es la empresa que más interviene en destinos ‘offshore’”, señala la investigación.

A muchos les suena absurdo que Ecopetrol aparezca en esta lista por sospechas de posible evasión. No hay que olvidar que se trata de una empresa principalmente estatal y que por la vía de impuestos es el mayor contribuyente al fisco nacional.

La petrolera explicó que para mantener la competitividad en el sector y por ser un grupo empresarial que opera en otros países se ve obligada a constituir filiales en el extranjero. Además, aseguró que no existe evasión de impuestos porque estos se pagan en el lugar de operación, es decir, en Colombia.

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EPM, por su parte, señaló que no hay irregularidades con su filial offshore y que esta le ha permitido tener mejores condiciones de aseguramiento y optimización en los costos de la transferencia de riesgos. Eso se refleja, por ejemplo, en el pago del seguro por el siniestro ocurrido en 2016 en la Central Hidroeléctrica Guatapé, que ascendió a más de 150 millones de dólares. La empresa antioqueña reconoce que desde 2008 tiene una filial en Bermudas llamada Maxseguros.

Reacción igual dio el Grupo Energía Bogotá (GEB) al señalar que constituyó su filial EEB Energy Re Ltd., en Bermuda, tras obtener las autorizaciones corporativas respectivas, a comienzos de 2013. Su objetivo es participar en la estrategia de colocación ante reaseguradores del mercado mundial para obtener coberturas en los ramos de daños materiales y sabotaje y terrorismo para las filiales del Grupo. Señala, además, que el GEB como casa matriz opera en cuatro países en los negocios de electricidad y gas, por lo que debe establecer coberturas para siniestros a través de pólizas en el mercado asegurador.

También ISA entregó sus explicaciones. Afirmó que en 2014 creó la sociedad Linear Systems Re Ltd. con el objetivo de obtener en el mercado reasegurador las mejores condiciones técnicas y económicas para asegurar sus activos y los de sus filiales y subsidiarias en los países donde trabaja.

Por su parte, Global Education Group Inc., dedicada a servicios de financiación educativa, es la firma por la cual se mencionó al presidente Santos, por haber sido en el pasado miembro de su junta directiva. Esa empresa creó en Barbados a Global Tuition & Education Insurance Corporation, lo que desde su origen ha sido de público conocimiento, para centralizar la operación de sus proyectos regionales y globales. Dicha compañía recibió en 1999, de la Superintendencia Financiera de ese país, la autorización de funcionamiento.

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El presidente Santos, a su turno, aclaró que hace tiempo lo invitaron a participar en la junta de Global y lo hizo como miembro por poco tiempo, hasta cuando asumió el Ministerio de Hacienda en el gobierno de Andrés Pastrana. “Desconozco por qué aparezco como miembro de la junta dos años después. Me imagino que se demoraron en registrar oficialmente los cambios… Nunca invertí un solo peso y nunca fui socio de esa compañía”.

Sobre el tema, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, señaló que “no es ilegal tener activos en el exterior, lo que es ilegal es no declararlos, no reportarlos”. En este sentido, anotó que la Dian investigará caso por caso de la lista de implicados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

Esto significa que quienes hicieron las cosas correctamente no tienen de qué preocuparse. Lo contrario sucede con quienes usan estos esquemas para evadir impuestos. SEMANA conoció que la Dian estudia el caso de 40 aseguradoras cautivas (ver recuadro), sobre las que tiene algunas sospechas de que pueden servir para sacar utilidades y no declararlas en el país.

Para todo el mundo es claro que ya no hay secretos y que cada vez es más fácil atrapar a quienes no cumplen sus obligaciones tributarias, sea por medio de la evasión o la elusión, las dos formas de hacerles el quite a los impuestos. Pero es muy importante no satanizar figuras jurídicas que usadas legalmente contribuyen a que las empresas puedan crecer y tener una mejor gestión. Lo importante es que el gobierno cada vez tiene más instrumentos para detectar a quienes cruzan la línea. n

Firmas ‘cautivas’

La investigación menciona las aseguradoras cautivas. ¿Qué son y por que salieron a la palestra?

El común de la gente desconoce la expresión ‘aseguradoras cautivas’, pero en el mundo empresarial es habitual e importante. Se trata de sociedades creadas por grupos empresariales en jurisdicciones offshore, con el propósito de asegurar con ellas sus riesgos. En otras palabras, es una especie de autoseguro. Por ese medio, un conglomerado en lugar de pagarle una prima a una compañía de seguros externa lo gira a su propia filial, constituida en el extranjero.

Un estudio de David Arango Gómez, especialista en derecho de seguros, explica que las cautivas han crecido por el alto costo o la falta de disponibilidad de determinados ramos de seguros en el mercado. Señala que estas sociedades se han vuelto muy importantes en el mundo corporativo, y lo demuestra el número de cautivas en el mercado y los domicilios disponibles para constituirlas, como Bermuda, Islas Caimán, Guyana o las Islas Vírgenes Británicas. Agrega que la mayoría de las legislaciones de países de baja tributación. permiten exonerar de impuestos las primas pagadas a la compañía cautiva.

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Ahora bien, las autoridades colombianas saben de su existencia, pero también reconocen que pueden ser una forma para sacar utilidades del país y bajar la carga tributaria. Un experto en tributación consultado por SEMANA señaló que en el pago de las primas se podría cruzar la línea de lo legal.

Por ejemplo, si una empresa o grupo paga un millón de dólares mensuales a una aseguradora –12 millones al año– y pasa el tiempo sin que haya un siniestro o este sea muy bajo, un buen día decide constituir una filial cautiva en una jurisdicción offshore para gestionar mejor sus recursos. Con esto, le cancela la prima a su propia empresa (si se quiere una especie de ahorro para cubrir un eventual siniestro). Hasta ahí todo es un buen negocio.

Pero también es posible abusar de la figura. En este caso, la empresa del ejemplo decide girar a su filial, por concepto de la prima, ya no un millón de dólares, sino dos millones al mes. El propósito es sacar utilidades para reducir la carga tributaria. Cabe anotar que la prima es un costo para las sociedades, por lo tanto es posible deducirla de los impuestos. Esto es precisamente lo que tiene que investigar la Dian, al comparar mercados y sectores para detectar si las primas que giran las empresas son reales o solo existen con el propósito de sacar recursos y hacerle conejo al fisco.