Claudia Varela, columnista

Opinión

No estudies por estudiar

Estudiar es una inversión, es una forma de ver puntos de vista diferentes y crecer.

Claudia Varela
19 de octubre de 2025

Cada vez disfruto más ser coach. Además de mi vida corporativa, es un espacio que siento me hace crecer y me acerca cada vez más a la gente. Siento que muchas veces toco corazones y terminamos con una sonrisa gratificante.

Por eso quise escribir hoy inspirada en conversaciones que he tenido con pupilos y alumnos. Imagina que estás en una sesión de coaching y te pregunto: ¿Qué estás haciendo hoy para que tu yo profesional del futuro te dé las gracias?. Pues les confieso que lo pregunto y la gama de respuestas es bien amplia.

Sin embargo, la respuesta suele estar, en una palabra: formación. Necesitamos tener más nivel de conocimientos en múltiples áreas que cambian a una velocidad exponencial. El tema es que no es cualquier formación. Hoy más que nunca, estudiar con propósito y estrategia es clave para crecer profesionalmente en un mundo muy competido.

Según el Foro Económico Mundial, para 2030 se crearán 170 millones de nuevos empleos, pero también se desplazarán 92 millones. Esto significa que el 40 % de las habilidades requeridas en los empleos actuales cambiarán en los próximos cinco años.

Lo que me preocupa a veces es que los profesionales están terminando un curso, para meterse en otro. Muchas veces ni siquiera tienen claro para qué estudiar, pero sienten que si no están haciéndolo pierden puntos en su carrera contra el tiempo. No se trata, entonces, solo de elegir una carrera “de moda”, sino de alinear tus estudios con las habilidades que el mercado realmente está demandando.

Carreras como ingeniería de software, inteligencia artificial, big data y ciberseguridad están en auge. Pero no basta con saber programar, se valora la capacidad de aplicar la tecnología para resolver problemas reales. Se trata también de conocer bien la gente, los comportamientos, cómo se mueve el mundo.

El liderazgo, la influencia social, la resiliencia y el pensamiento analítico son las habilidades más valoradas por los empleadores en 2025. Estudiar disciplinas como psicología organizacional, coaching ejecutivo, comunicación estratégica o incluso educación emocional puede marcar la diferencia.

De otro lado, las tendencias educativas apuntan a un aprendizaje más flexible, digital y centrado en el estudiante. La inteligencia artificial y la realidad virtual están transformando la forma de enseñar y aprender. A veces siento un poco de nostalgia y me preocupa hasta donde sufriremos de pereza mental, porque ya todo se resuelve más fácil con IA (pero eso me da para otra columna).

Si ya tienes una carrera, un camino profesional recorrido, es bueno parar en estos meses de cierre de año, para pensar si lo que necesitas es mejorar tu conocimiento técnico o cambiar de vía y aprender otras cosas.

Aquí es donde entra el concepto de upskilling y reskilling. Esto implica que no necesitas cambiar de profesión, pero sí actualizarte. Esto se puede lograr con certificaciones cortas, maestrías especializadas, cursos en línea que te permitan aprender a tu ritmo. En donde puedas manejar tu tiempo y los desplazamientos que en ciudades grandes es fatal.

En definitiva, trabaja en un plan de acción y estás a tiempo para empezar el del 2026. Inicia con un diagnóstico que te permita ver qué habilidades tienes hoy, cuáles necesitas desarrollar y, por supuesto, qué te gusta y qué no te gusta. Recuerda que el trabajo puede tenerte ocupado el 50 % de tu tiempo, así que no hagas nada que no disfrutes, por favor.

De otro lado investiga el mercado, qué busca tu industria, si quieres un cambio en qué área te gustaría trabajar, no veas solo tu algoritmo, busca cosas que te saquen de la burbuja en tu propio análisis. Posteriormente, diseña tu ruta de aprendizaje, tu plan personal con tiempos, objetivos y resultados esperados. Recuerda que no todo es por educación formal. Puedes incluir coaching, libros, cursos cortos, podcasts interesantes, experiencias.

Tu crecimiento profesional no depende solo de tu talento, tampoco depende solo de tu jefe o del área de Recursos Humanos de tu organización sino de tu capacidad de aprender, desaprender y volver a aprender.

Estudiar es una inversión, es una forma de ver puntos de vista diferentes y crecer. Actúa con intención: No estudies por estudiar. Estudia para transformar tu carrera y tu vida.

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