La Universidad Tecnológica de Pereira, la Corporación Universitaria Minuto de Dios, la Universidad Autónoma de Occidente y la Universidad de Ibagué han creado estos cursos online. Foto: INGIMAGE

CURSOS ONLINE

Las clases que no se quedan sin cupos

Los Cursos en Línea Masivos y Abiertos son una nueva estrategia para llevar la educación a un público más amplio. En Colombia ya hay cuatro universidades que ofrecen esta modalidad.

18 de noviembre de 2014

Las limitaciones que tiene un salón de clases hace mucho que dejaron de ser un problema. Cuando la educación a distancia empezó a integrar herramientas digitales que rompían con el tiempo y el espacio, los educadores más ambiciosos empezaron a buscar la manera para traer a sus clases ya no decenas, sino miles de alumnos. Así nacieron los Cursos en Línea Masivos y Abiertos (MOOCs, por sus siglas en inglés).

Las primeras experiencias se consolidaron en la Universidad de Stanford, donde Andrew Ng y Daphne Koller fundaron Coursera, la primera plataforma para crear MOOCs, en 2012. En la Universidad de Harvard, de la mano con el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), crearon EdX ese mismo año y hoy existe una amplia oferta de cursos diseñados en Latinoamérica en plataformas como Miríadax, creada por el Banco Santander y Telefónica a través de la red Universia.

“Los MOOC se basan en el autoaprendizaje y la construcción cooperativa de conocimiento a partir de la conexión de las experiencias y las pasiones de los participantes”, explica Carolina Rendón, diseñadora instruccional de la Unidad Virtual de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP). En esta institución crearon el curso Arte Latinoamericano con énfasis en Colombia, el primer MOOC desarrollado en Colombia.

Rendón aclara que las plataformas son la base sobre la que se apoyan una serie contenidos diseñados por equipos multidisciplinares dentro de las universidades. Los pedagogos deben pensar en temas de interés general, que no tengan muchos prerrequisitos y que reflejen el carácter de la institución. Luego deben servirse de las herramientas virtuales necesarias para enriquecer los contenidos sin perder de vista los conceptos.

En los primeros cursos creados en Stanford se inscribieron 160 mil personas, y aunque las universidades de Colombia todavía están lejos de lograr tal convocatoria, ya está empezando a cambiar la percepción sobre estos espacios de aprendizaje y cada vez hay más curiosidad por participar en un MOOC.

En el área virtual de la Corporación Universitaria Minuto de Dios (UniMinuto) crearon un MOOC sobre Paz y Noviolencia. Marisol Cipagauta, directora de diseño educativo de la UniMinuto Virtual, dice que para atraer tantas personas hay que ser creativo. “Los MOOC deben ser muy didácticos. Es como si uno estuviera viendo una novela y siempre quedara con ganas de ver el siguiente capítulo”. Ya han terminado dos ciclos de este curso y hasta el 17 de noviembre estarán abiertas las inscripciones para el tercero.

Cipagauta dice que aunque los MOOCs son gratuitos, eso no quiere decir que no generen beneficios para las universidades que los crean. “Como están diseñados por un equipo académico, ayudan a darle visibilidad a la universidad y puede haber una parte de mercadeo indirecto si se abren cursos que estén relacionados con otros programas académicos más grandes”. Además, dice Cipagauta, los MOOCs sirven para crear redes de conocimiento que si se saben aprovechar, pueden dar inicio a nuevos proyectos.

Además de UTP y la UniMinuto, la Universidad Autónoma de Occidente y la Universidad de Ibagué ya han creado MOOCs en la plataforma de Miríadax. La red Universia ha venido trabajando con los representantes de otras instituciones para que esta herramienta se empiece a usar en otras universidades del país.

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