A diferencia del periodo anterior, este Comité Ejecutivo está compuesto por cuatro mujeres. Foto: Guillermo Torres / SEMANA. | Foto: Guillermo Torres

DOCENTES

Después del paro estudiantil, ahora viene el de Fecode

290 mil profesores iniciarán cese de actividades el próximo jueves 18 de octubre. La organización sindical, que cambió recientemente de presidente y de comité directivo. Esta será una oportunidad para definir su relación con el nuevo gobierno y para mostrar su preocupación por la calidad de la educación.

12 de octubre de 2018

La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) es una fuerza relevante en el panorama educativo de Colombia, no solo por su capacidad de convocatoria, sino porque afirma que en los últimos años ha puesto por encima de sus propias reivindicaciones la defensa de la educación pública. Esta lucha ha sido una bandera que atrae a diferentes sectores de opinión y que Fecode ha aprovechado para presionar y llegar a mesas de negociación. Así, una vez más, la federación ha decidido cesar actividades.

El nuevo presidente del sindicato, Nelson Alarcón, lo anunció el pasado 10 de octubre durante la marcha nacional por las crisis de las universidades públicas.

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Mientras los estudiantes de los 32 claustros oficiales se declararon en paro, los 290.000 (de un total de 350.000 que hay en Colombia) afiliados a Fecode preparan su propio paro para defender las peticiones que llevan negociando con el Gobierno Nacional desde hace años.

Los maestros salen a paro en un momento en que la organización pasa por cambios importantes: a la par de la reciente elección de Alarcón -quien lleva menos de 10 días en el cargo-, la federación también está estrenando Comité Ejecutivo. Bajo estas coyunturas, Fecode pondrá a prueba su unión y la capacidad de repensar la lucha por la educación de calidad, dos de sus ejes transversales que, en ojos ajenos, presentan más de una contradicción. Además, esta protesta puede ser clave para definir cuál va a ser su relación con el nuevo gobierno.

290.000 de 350.000 docentes que tiene Colombia hacen parte de Fecode y marchan para defender su trabajo. Foto: Guillermo Torres/ SEMANA.

Así las cosas, la organización eligió el próximo 18 de octubre como la fecha para dar inicio al paro nacional del magisterio. La razón del cese de actividades radica en que, según la organización, el Gobierno Nacional continuó incumpliendo el Acta de Acuerdos firmados el pasado 16 de junio de 2017. Según el mismo Alarcón, esta es su forma de manifestar y de exigirle al gobierno que archive el proyecto de ley 057 de 2018 porque “va en detrimento de las garantías de educadores y estudiantes de la educación pública”.

Ahora bien, al momento de que la federación presentó en 2014 sus peticiones al Gobierno Nacional, la lista de puntos se centró en factores como la nivelación salarial y la promoción en el escalafón de los profesores.

En una entrevista con Semana Educación, Alarcón afirmó que en Fecode no hay debilidades y que a la hora de recibir el cargo, encontró la federación “muy fortalecida, incluso en medio de las diferentes posiciones sindicales” que en ella confluyen.

Al interior de Fecode se habla de unidad y de una búsqueda común por la reivindicación de oportunidades y derechos. Sin embargo, la división del magisterio en dos estatutos docentes que están en marcha al mismo tiempo (el del Decreto 2277 de 1979 y el 1278 de 2002) deja entrever que no todos hablan el mismo idioma. 

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Mientras que los maestros del 1278 están supeditados a la Evaluación de Carácter Diagnóstico Formativo (ECDF) para ascender en el escalafón, los del 2277 no presentan ninguna. Por otra parte, los profesores del 2277 tienen congelado su ascenso cuando llegan a la categoría 14, en la que perciben 3.641.927 pesos de sueldo, según la tabla salarial de 2018, mientras que un docente del estatuto 1278 de la categoría 3D, la más alta, gana 7.103.444 pesos. Sin embargo, estos últimos han visto cómo el gobierno ha dado largas a la realización de la ECDF durante el último año, congelando la posibilidad de ascenso.

Sobre esto Alarcón expresó que contrario a lo que puede parecer, la lucha por acortar las distancias salariales y evaluativas entre profesores de ambos estatutos “nos ha dado mayor fortaleza porque nos ha hecho trabajar por un nuevo estatuto que sea único para todos los docentes”.

Por ello, pese a las vueltas que dio el gobierno en torno a las decisiones necesarias sobre cómo se evaluarán los maestros, Alarcón también aseguró que Fecode en este momento mantiene diálogos abiertos y una relación fluida con el gobierno del presidente Iván Duque y con la ministra de Educación María Victoria Angulo para avanzar en los diferentes temas que hoy están sobre la mesa.

Aunque el gremio aprovechó la marcha por la crisis de las universidades públicas para anunciar oficialmente su determinación de entrar a paro, su presidente aseguró que las discusiones con el Ministerio deben continuar.

Otra grieta que los afiliados identifican es la falta de representatividad de los más jóvenes y de las mujeres. Los de menos edad no se sienten una parte activa de la federación. Hasta ahora ninguno de ellos ha participado del Comité Ejecutivo (a excepción de su presidente, todos son mayores de 50 años), aun cuando el 52,37% (171.045) de los docentes en ejercicio hace parte del estatuto 1278, según cifras del Ministerio de Educación. De igual manera, la representación de las mujeres no estaba, hasta hace poco, garantizada en el Comité. Si bien el recién electo Comité Ejecutivo, compuesto por quince personas, cuenta con cuatro mujeres (algo significativo si consideramos que en el periodo anterior ninguna mujer hacía parte de él) la representación es aún insuficiente. El 64,91% (212.010) de los profesores del sector público son mujeres.

Otras fisuras

La toma de decisiones en Fecode congela los procesos de negociación. El Comité Ejecutivo, que está compuesto por 15 miembros que se eligen cada cuatro años, se reúne mensualmente con la Junta Nacional, la cual está conformada por el presidente y los delegados de todos los sindicatos afiliados. En esta reunión se establecen los pasos a seguir y, posteriormente, los presidentes de los sindicatos llevan la información a las asambleas regionales en las que participan delegados municipales.

Durante los paros, la Junta Nacional se moviliza a Bogotá y discute las propuestas del gobierno. Se trata de encuentros a los que asisten casi 100 personas. La capacidad de convocatoria de Fecode depende de este sistema, pero al tener en cuenta tantos actores se genera dificultad en los consensos. Cuando no los hay, se recurre a una votación de mayoría simple.

Pablo Jaramillo, exviceministro de Educación Preescolar, Básica y Media, director de la Alianza Educativa y representante de la cartera educativa, afirmó durante el paro de maestros de 2017: “Negociar con Fecode es muy difícil porque ellos tienen que unificar su liderazgo. Tienen que validar las propuestas en varios comités, y eso hace muy lento el proceso. Por otro lado, el hecho de que el equipo negociador del gobierno rote en cada paro dificulta trazar una línea de diálogos anteriores, mientras que los representantes de Fecode son los mismos”.

Otra discusión que ha dividido a la federación en los últimos años ha sido, por ejemplo, el respaldo al ‘Sí’ en el plebiscito por la paz. Aunque públicamente Fecode optó por el apoyo a la propuesta del gobierno Santos, muchos al interior no se sentían identificados con esta decisión.

Así mismo, en la pasada época de elecciones el magisterio no pudo tomar una postura unificada frente a un candidato presidencial. Aunque Gustavo Petro (para ese entonces) mantuvo diversas reuniones con miembros de Fecode y de los sindicatos regionales, los votos de los maestros se repartieron entre el exalcalde de Bogotá, Sergio Fajardo y Humberto de la Calle. Aunque Alarcón sostuvo que el sindicato hoy en día se encuentra ciento por ciento unido, la división de los votos presidenciales es uno de los casos que ejemplifica que el problema de la unidad no es nuevo.

Alejandro Álvarez Gallego, profesor de la Universidad Pedagógica Nacional, explicó que “la historia de Fecode está muy influenciada por la historia política del país, y en particular por los movimientos de izquierda. En los años ochenta, algunos sectores muy radicales hicieron presencia y dividieron el sindicato al interior. En los setenta se dividían en marxismo-leninismo versus la línea cubana o prochina. Esto no permitía tomar decisiones conjuntas que impactaran positivamente”.

Los pendientes

En las últimas negociaciones con el gobierno, la reivindicación gremial ha dejado de lado el tema de la formación continuada de maestros. En los años ochenta y noventa, Fecode asumió una postura académica, convocó a varios intelectuales para discutir sobre pedagogía, hizo estudios e investigaciones sobre el currículo, el contenido y las evaluaciones, e investigó sobre la organización de la escuela y la formación de maestros. Como resultado, concibió una instancia conocida como el Centro de Estudios e Investigaciones Docentes (Ceid). Además, creó la revista Educación y Cultura, que todavía se mantiene. No obstante, la participación de la federación en debates de política educativa y temas pedagógicos ha sido intermitente.

“Fecode ha expresado sus puntos de vista de formación docente inicial, posgradual y continuada de manera muy tímida. Sí tiene posturas, pero le falta ser más contundente, profundizar en el tema, acompañar a las facultades de Educación, a las Escuelas Normales, a los Comité Territoriales de Capacitación. Podrían coordinar con ellos para proponer ideas fundamentadas, pero no lo hacen”, asegura Álvarez.

Este pendiente es quizá lo que pone a la federación, con mayor facilidad, en el ojo del huracán, pues para muchos sus luchas se han concentrado en la reivindicación de sus derechos salariales, dejando de lado temas fundamentales como la formación docente, clave para garantizar una educación de calidad.

Según Adriana Delpiano, exministra de Educación de Chile y quien lideró la reforma educativa en su país, los maestros en Latinoamérica han tenido un discurso más reivindicativo que mejora de la educación, hecho que ha determinado la calidad. En Chile, el gremio de docentes está agrupado en el Colegio de Profesores de Chile. El gobierno de Bachelet llegó al consenso con ellos, quienes tuvieron que apostar por una posición más técnica y menos beligerante.

Para Miguel Ángel Pardo Romero, actual miembro del Comité Ejecutivo, los desafíos de la federación son “luchar por la dignificación de la profesión y la salud. En los últimos años, los recortes del gobierno han forzado la sobrecarga laboral, lo que se traduce en que las enfermedades profesionales se han disparado, sobre todo las psicosociales. Finalmente, el reto más importante es establecer un diálogo con el gobierno para decretar un nuevo estatuto que unifique el 2277 y el 1278”.

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Este artículo hace parte de la edición 37 de la revista Semana Educación, pero fue actualizado para publicarse en este portal. Si quiere informarse sobre lo que pasa en educación en el país y en el exterior, suscríbase ya llamando a los teléfonos (1) 607 3010 en Bogotá o en la línea gratuita 018000-911100.

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