Luis Gabriel

Hubo un tiempo en que los españoles vibraban con Joan Manuel Serrat, los argentinos con Piero y los colombianos con Luis Gabriel. Así es mi pueblo se convirtió en un símbolo de miles que soñaban con hacer una revolución pacífica para construir un país más equilibrado, más tolerante y, sobre todo, más solidario. Eran tiempos de pelo largo, pantalón botacampana y de destape sexual. Luis Gabriel llenaba escenarios donde la protesta corría de boca en boca. Sin embargo los soñadores no pudieron cambiar el país pues la vida y el país los cambió a ellos. Hoy el artista barranquillero canta en recintos cerrados, ya pasó los 50 años y ahora tiene a Dios como compañero cotidiano. "El me ayuda a encontrar la calma, a construir mi futuro", dice Luis Gabriel, actualmente separado y padre de tres hijos, de 14, 12 y 8 años. Pero no ha cambiado de sueños: "Tengo la ilusión de que llegue un gobierno con sensibilidad social y que entre todos sembremos este país de amor".