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Moisés Wasserman, científico y miembro de la Misión de Sabios. | Foto: FOTO: GABRIELA ALVARADO

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“No habrá cambios importantes en el mundo después de la covid-19”

Moisés Wasserman, científico y miembro de la Misión de Sabios, explica cómo esta pandemia puede ofrecer una oportunidad de oro para desarrollar el conocimiento científico en Colombia.

28 de marzo de 2020

SEMANA: ¿Cómo ha manejado el gobierno la pandemia causada por el covid-19?

Moisés Wasserman: Hay que reconocer que el gobierno no ha sido indiferente a la crisis y la ha abordado responsablemente con estrategias provenientes de la epidemiología en lo que respecta a salud pública, y de la economía para disminuir el impacto social. Hay varias estrategias posibles. Seguramente algunos hubieran preferido otras. La verdad es que hay poco conocimiento específico sobre esta pandemia y los gobiernos debieron decidirse por alguna de las estrategias. Creo que el gobierno colombiano ha escogido la misma que la mayoría de los países, incluso de aquellos que después de un gran impacto decidieron cambiar la inicial. Todos esperamos que dé los resultados deseados.

SEMANA: La discusión mundial radica en que si se da prioridad la salud y luego la economía o viceversa ¿Qué opina de esta disyuntiva?

M.W.: Creo que es un error presentarlo como una disyuntiva excluyente. No hay duda que tiene que abordarse la salud, se trata de una enfermedad que puede potencialmente extenderse a la mayoría de la población. Pero el componente económico no es menor. La economía no es una cosa que solo le interesa a los grandes empresarios y banqueros. Una economía sana nos permitirá conseguir alimentos, medicamentos, y mantendrá funcionando el sistema que se ocupa de la salud. Así que creo que hay que abordar los dos aspectos al tiempo. Quienes desechan lo económico como “materialista”, no se dan cuenta que para alimentar el espíritu y para mantenerlo vivo, se necesitan alimentos, medicinas, y servicios.

SEMANA: ¿El país cuenta con una infraestructura y ecosistema científico para llevar a cabo investigaciones de alta calidad o alto impacto?

M.W.: Sí. Aunque nuestra comunidad científica no es muy grande, sí tenemos gente muy preparada y laboratorios trabajando en diversos ámbitos que podrían apoyar importantemente el esfuerzo para controlar la epidemia. Por ejemplo, para producción de insumos tecnológicos. Hay una gran demanda en todo el mundo y estarán escasos. No hay ninguna razón para que nosotros no podamos sacar pruebas diagnósticas de diversos tipos, diseñar y producir equipos de soporte, definir parámetros epidemiológicos fundamentales para conocer el comportamiento de la epidemia entre nosotros, generar instrumentos de comunicación efectivos, en fin, son muchos los campos en los que tenemos potencial científico para aportar.

SEMANA: Esta es la primera prueba de fuego del MinCiencia ¿Cómo ve el papel de este ministerio frente a esta crisis?

M.W.: Espero que esté a la altura. Hasta ahora estuvo un poco ausente pero acaba de abrir una convocatoria para usar el presupuesto que tenía el programa de salud en aportes a la solución de este problema y con un mecanismo de aprobación muchísimo más expedito que el usual. Tal vez debía ser incluso más agresivo detectando algunos temas en los que el aporte de la ciencia puede ser decisivo y apoyándolos directamente y con urgencia. La situación especial requiere medidas especiales.

SEMANA: ¿Qué le sugiere al gobierno en términos de ciencia, tecnología e innovación?

M. W.: Si alguna lección sacarán los países de esta pandemia es que el potencial de respuesta está directamente relacionado con el potencial científico de las naciones. El gobierno hará bien en repensar presupuestos e invertir más. El ministerio abre una convocatoria, pero es con los recursos que existían desde el año pasado, 26.000 millones del FIS (Fondo de Investigación en Salud). No son recursos frescos. Eso es taparse con una manta corta. Además, esa suma es muy pequeña para lo que cuestan algunas actividades científicas. Por ejemplo, si tuviéramos (que no tenemos) un candidato a vacuna o a fármaco, jamás podríamos hacer las pruebas necesarias con esa suma.

SEMANA: ¿Qué lecciones le deja esta pandemia al país en términos científicos?

M. W.: Creo que va a dejar muchas enseñanzas a los epidemiólogos, muchas a los sociólogos y a los economistas, a los psicólogos y a los comunicadores. A los científicos de las áreas biológicas y biotecnológicas les afianzará la necesidad de consolidar sus grupos y sus líneas de investigación. El mundo además conocerá un poco mejor al virus Corona, del cual ya conoce algunos tipos.

SEMANA: Otro fenómeno que ha aumentado de manera exponencial con el covid-19 es la desinformación y las llamadas fake news ¿Cómo enfrentar este fenómeno?

M.W.: El problema de las fake news es terrible y no creo que nadie tenga receta. Hay gente que dice que es una pandemia peor que la Covid-19. La solución a más largo término es educación. La gente tiene que ser crítica con lo que lee, revisar fuentes, ser fundamentalmente escéptica, sobre todo y ante todo con aquello que tiene ganas de creer. Si alguien dice que el gobierno está repartiendo cheques de $7.000.000 en la Plaza de Bolívar, pues, aunque uno quiera mucho que le den uno de esos cheques, debe ser lo suficientemente sensato para pensar que no es posible. Educar a la gente para que no difunde falsedades que la favorecen me parece más difícil aún. A veces pienso que eso sería un poco luchar contra la naturaleza humana.

SEMANA: Filósofos, intelectuales dicen que el mundo va a dejar de ser el mismo después de esta pandemia. ¿Qué opina de esta afirmación?

M. W.: Sé que mi opinión va en contra de la gran mayoría, pero no creo que esa predicción se vaya a dar. Algunas cosas cambiarán, por ejemplo, la atención que los gobiernos le prestan a sus sistemas de salud, la infraestructura de comunicaciones, algunos manejos económicos y otras. Pero no creo que seis meses o un año después de que pase queden secuelas de carácter psicológico y muy poquitas de carácter político. Los procesos que se estaban dando van a continuar. Algunos países se irán hacia populismos de izquierda, otros de derecha, y otros regresarán a regímenes más democráticos y sensatos. Tal vez cambien los resultados de algunas elecciones cercanas, pero ese cambio se podría haber dado también sin pandemia. Me parece que las pandemias que han cambiado cosas importantes en el mundo (desde la antigüedad) lo han hecho porque estaban muy relacionadas con una gran guerra y afectaron sus resultados. Este no es el caso, y en esos casos me parece difícil saber si el cambio lo produjo la pandemia o la guerra. Yo me inclino por lo último.