Vivienda
En 2023 se proyecta que la venta anual de vivienda nueva caerá: ¿por qué?
La adquisición anual de inmuebles nuevos puede seguir cayendo por debajo de las 200.000 unidades.
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En Colombia, se estima que el sector de la construcción enfrentará grandes desafíos, con lo cual proyectan que la venta anual de vivienda nueva caerá por debajo de las 200.000 unidades este año.
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Así se dio a conocer el estudio de situación inmobiliaria realizado por BBVA Research en Colombia, en el que se estableció que dicha actividad representa el 13,5 % del PIB nacional y genera cerca de 1,7 millones de empleos.
Al respecto, Mauricio Hernández, economista de BBVA Research para Colombia, aseveró: “Los datos reflejan un comportamiento de desaceleración del sector inmobiliario, pues se viene dando una menor demanda por vivienda y una reducción incluso más profunda en la oferta”.
Agregó que esta dinámica “ha ayudado a equilibrar el mercado, pues evitó que las constructoras acumularan excesivos inventarios, algo que sí había sucedido en 2016, cuando el menor precio del petróleo redujo la compra de vivienda y se siguió construyendo a un nivel elevado”.
La venta
De igual forma, el sector no residencial también está sintiendo la desaceleración económica. Por ejemplo, la oferta de oficinas y locales comerciales venía reduciéndose a buen ritmo desde 2021, pero desde finales de 2022 se empezaron a ralentizar las ventas de este tipo de construcciones. Además, los tiempos de comercialización empezaron a aumentar.
De acuerdo con el experto, “es posible que la decisión de construir nuevos proyectos no residenciales no sea muy alta en 2023 y tendremos que esperar a 2024 y 2025 para que aumente de forma importante la nueva oferta de oficinas y locales comerciales”.
Punto aparte tienen las construcciones de bodegas, las cuales siguen teniendo buena demanda por la reactivación que ha tenido la industria manufacturera y el comercio exterior del país.
Según Hernández, este panorama evidencia la disminución de las ventas de vivienda, las cuales vienen cayendo progresivamente desde mayo de 2022, cuando llegaron a un punto máximo de 272.000 unidades anuales.
Actualmente, la comercialización de este tipo de bienes inmuebles se ubica en 241.000 unidades al año.
Estos son los desafíos
Por otra parte, la tasa de formalidad creció en 2022, incluso a niveles superiores prepandemia. Esto se convierte en una barrera contra el incremento excesivo de los desistimientos de compra de vivienda, si bien no se descarta que estos indicadores se deterioren en 2023.
Igualmente, los precios de las edificaciones residenciales crecieron menos que la inflación de 2022, conteniendo los temores de una sobrevaloración inmobiliaria que podría afectar de manera directa al sector.
Así mismo, los arriendos crecieron 3,7 % en 2022 y este año pueden acelerarse. Este indicador, cuando se reduce sustancialmente respecto al precio de la vivienda, se convierte en una alerta de burbuja inmobiliaria.
Además, continúa el informe, los subsidios del Gobierno se estabilizarán en número, pero probablemente tomen más relevancia las ayudas públicas hacia la vivienda en municipios y ruralidades más pobres.