Foro Colombia Rural
El futuro de la papa depende de planificar
El sector papero enfrenta precios bajos, incertidumbre climática y decisiones sin planeación, una combinación que amenaza la rentabilidad y obliga a replantear la forma de producir.
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El kilo de papa cayó en marzo a 1.221 pesos pagados al productor, una disminución del 12% frente al mismo mes del año anterior. El dato, reportado por el Fondo Nacional de Fomento de la Papa (FNFP), refleja la presión que enfrenta este cultivo, sensible a factores como el clima, la disponibilidad de agua y las condiciones del suelo.

Para muchos productores, sostener la siembra se ha vuelto una decisión cada vez más incierta, marcada por costos elevados y una rentabilidad que no siempre acompaña el esfuerzo en el campo.
En este contexto, John Colmenares, productor del municipio de Villapinzón, Cundinamarca, insistió en la urgencia de replantear la forma en que se planifica cada ciclo de siembra. “Sostener un producto tiene variables. Hoy los agricultores, los paperos, en su gran mayoría, no hacen la tarea de estudiar”, afirmó al referirse a los cambios acelerados del clima y a la necesidad de apoyarse en pronósticos y análisis previos.
Según explicó, muchos agricultores terminan expuestos porque siembran sin evaluar con rigor el mercado, las condiciones climáticas o la disponibilidad de recursos. “El cambio climático nos está consumiendo; por eso debemos ser juiciosos con los pronósticos del clima para tener en cuenta estos escenarios”.
Colmenares destacó que la sostenibilidad del cultivo no depende únicamente de maquinaria o tecnología, sino de la disciplina de observar, comparar y anticipar. Señaló que numerosos cultivos fracasan porque se siembran sin contar con agua suficiente, sin sistemas de riego o sin claridad sobre el destino de la producción. “No se trata solo de obtener un crédito en el banco, es planificar hasta dónde quiero llegar”.
A su juicio, la tradición ya no basta para sostener la productividad y, en ocasiones, termina siendo un obstáculo cuando se siembra por impulso o costumbre y no por estrategia.
El productor presentó cifras que ilustran la compleja situación del sector. En algunos casos, el kilo de papa se está pagando entre 400 y 500 pesos, valores que no alcanzan a cubrir los costos básicos de producción. “Por cada 40 millones de pesos invertidos, el papero está recuperando 4 millones”. La distancia entre lo que se invierte y lo que retorna ha llevado a muchos a asumir pérdidas considerables y a replantear sus áreas de siembra.
“Esto nos pasó porque no calculamos a quién se le va a vender la cantidad de papa que se produce”. En medio de este panorama, Colmenares llamó la atención sobre un problema que considera crítico para el futuro de la actividad agrícola: la falta de relevo generacional. Advirtió que la mano de obra es cada vez más escasa y muchos jóvenes optan por alejarse del campo ante la falta de oportunidades claras.
“Hoy día, los jóvenes de 15, 20, 30 años no se quieren quedar en el campo”. Lo atribuye a la falta de estructura y política pública. Para él, sin ingresos estables, sin infraestructura y sin una proyección que ofrezca futuro, la producción agrícola queda en riesgo.
Estas reflexiones fueron expuestas durante el espacio ‘Transformar el agro, compromiso colectivo’, realizado en el Foro Colombia Rural 2025 en Bogotá. Allí, Colmenares reiteró que la papa continúa siendo un cultivo emblemático para el país, pero recalcó que su futuro dependerá de decisiones informadas y de una planificación rigurosa en cada etapa de la producción.
Colmenares cerró su intervención con una advertencia que, según dijo, resume la lógica con la que cualquier productor debería comenzar: “Si quiero sembrar para perder o para mostrar que tengo un cultivo, pues no tiene sentido. El sentido es trabajar para obtener utilidad”.
