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El ser humano solo puede tener cinco amigos muy cercanos

La gente gasta 3.5 horas al dia en sus redes sociales y a la edad de 20 cambia 30 por ciento de sus amigos en un año. Estas y otros detalles hacen parte de las reglas secretas que controlan la amistad.

15 de marzo de 2021

Cuando apareció Facebook y la gente aparecía con más de 500 amigos en su cuenta, el psicólogo Robin Dunbar tomó nota. Eso no podía ser posible pues iba en contra de todo lo que había investigado sobre el tema en su carrera como psicólogo de la universidad de Oxford. En sus investigaciones sobre la amistad, Dunbar había llegado a la conclusión de que por el tamaño del cerebro el ser humano no puede manejar más de 150 relaciones al momento. Por eso en su reciente libro Friends: Understanding the Power of Our Most Important Relationships, decidió contar todo lo que sabe sobre el tema. Dice que cada ser humano tiene una huella social que lo lleva a sentirse más atraído a entablar amistad con ciertas personas que con otras. Estas características hacen que algunos amigos duren toda la vida y otros caigan en el grupo de reemplazables.

Estos son los cinco hallazgos más interesantes del experto sobre la amistad.

Estructura de amistadSegún Robin Dunbar, estos círculos representan los tipos de amigos. Con la covid se afectó el contacto con todos.
Estructura de amistad. Según Robin Dunbar, estos círculos representan los tipos de amigos. Con la covid se afectó el contacto con todos.

1. ¿Un millón de amigos?: aunque es un título lindo para una canción, no hay la menor posibilidad de que un ser humano logre manejar un número de amistades superior a este. Según Dunbar los humanos son un especie social, pero el manejo de las amistades requiere de mucha energía y sobre todo, de tiempo, que en los humanos es limitado. Además, como sucede con otros primates, el tamaño de las redes sociales depende de la talla de su cerebro. Según la del cerebro humano, dice Dunbar, “solo podemos relacionarnos de una manera significativa con otros 150 personas”. No importa que tan social sea la persona, ese es el límite. Además de eso, mientras más amigos tenga una persona más dificultad hay de que todos ellos sean íntimos o cercanos. Por eso el dice que del alma solo hay cinco. “Yo los llamo ‘hombros en los cuales llorar’: son los únicos que dejan de hacer lo que sea por darle un abrazo o le ofrecerán de manera incondicional dónde estar cuando usted este en el peor momento”.

2. Cada cual tiene una huella personal que lo condiciona a tener ciertos amigos: Esa huella determina la forma como crea y desecha amistades. Según investigaciones recientes el grupo de 150 amigos tiene muchas capas y cada una contiene otro número definido de amistades: los que están en la parte más afuera del círculo son los llamados conocidos, gente a la cual uno le sabe el nombre y con la que puede conversar pero que no hace parte del circulo más cercano. Ni siquiera del grupo de simpatía, es decir, aquellos que gozan de nuestro cariño pero que tampoco hacen parte del círculo más intimo. De esos son solo 15 y se caracterizan porque, como su nombre lo indica son de nuestra total simpatía, pero no tan cercanos como los cinco del centro. Están los buenos amigos, que para Diunbar no pasan de 50 personas y en ese se ubican aquellas personas, colegas, profesores que son conocidos y cercanos pero no son un hombro en quien llorar. El tipo de amigos que la persona hace está asociado a la frecuencia del contacto, a los niveles de cercanía emocional entre cada uno y a la confianza que podría haber para pedirles ayuda en determinado momento. “Todas sus amistades hablan de alguna manera de quien es usted”, dice Dunbar. La edad afecta el número de amigos, así como la personalidad. Una persona introvertida prefiere más lazos débiles que fuertes. Los extrovertidos no dedican más tiempo a las amistades solo prefieren distribuir su tiempo entre un mayor número de personas.

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3. Todos los amigos importan, hasta los llamados conocidos: familia y amigos son las dos grandes esferas que rigen la vida social de cada persona, pero curiosamente la gente le da prelación a los amigos más que a la familia. Aún así, lo primero que la gente hace es darles un puesto a los familiares entre esas 150 miembros de la red. Por eso la gente que viene de una familia numerosa tiende a tener menos amigos que no tienen ningún vinculo familiar con ellos. El circulo siguiente Lo interesante de los hallazgos de Dunbar es que cualquiera de estos círculos son importantes para las personas y se extrañan tanto los más cercanos como los que están en el círculo exterior. Incluso muchos han encontrado que los lazos más débiles, con un taxista, o con el empleado de una tienda, que son encuentros pasajeros pero cruciales para la autoestima y el bienestar. Todos ellos impactan en nuestras posibilidades de sobrevivir, de prevenir ataques y derrames y de vivir más. Por eso nos salvan. Entre más frecuencia tenga de verse con los amigos, mejor será esta prevención. Aún más, los investigadores Nicholas Christakis y James Fowler encontraron que su riesgo de ser feliz, deprimido u obeso en el futuro está asociado a esas mismas variables en sus mejores amigos. Por eso la gente feliz anda con gente feliz y la triste con gente infeliz.

4. La regla de los 30 minutos: Las interacciones de la gente con sus amigos no tienen que ser cara a cara, aunque durante la mayor parte de la evolución humana, la gente vivió en la misma aldea que sus amigos y familiares. Sin embargo, hoy los círculos sociales están mucho más dispersos geográficamente. En este tipo de redes sociales esparcidas en un espacio físico, Dunbar menciona un efecto muy fuerte llamado la regla de los 30 minutos. Esta regla dicta cuánto tiempo está dispuesto a viajar usted para ir a ver a alguien. No importa mucho si es a pie, en bicicleta o en coche: lo que cuenta es el significado psicológico del tiempo que lleva en dicha movilización. Lo más sorprendente es que, según revelan sus investigaciones, también es más probable que la gente llame o envie mensajes de texto a nuestros amigos si viven cerca. Un estudio encontró que la frecuencia del contacto telefónico entre amigos disminuye gradualmente a medida que viven más separados, con una caída brusca a los 160 kilómetros.

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Varón adolescente sonriente charlando con amigos en las redes sociales sentado frente portátil | Foto: Getty Images/iStockphoto

5. 3.5 horas al día es el tiempo que pasamos con los amigos: según estudios de Dunbar, la gente dedica en promedio 20 por ciento de su tiempo a la amistad. Eso signifca que a diario la gente pasa 3.5 horas al día con otras personas ya sea hablando, comiendo o sentado en un contexto social. “Es así en varias culturas y tipo de economía”, dice Dunbar, Aunque parece mucho tiempo, significa que si tienen 150 personas en su listado cada una recibe apenas 1 minuto y 45 segundos cada dia. Pero la gente no distribuye el tiempo entre ellos en forma equitativa. Cerca de 40 por ciento del tiempo social (17.5 minutos) de una persona se va en los cinco mejores amigos de su circulo intimo. Otro 20 por ciento (4.5) se le da al siguiente grupo, el que Dunbar llama de simpatía. Los 135 que restan son los que están en los dos círculos externos y a ellos se les gasta apenas 37 segundos del día. Lo importante es saber que para mantener una amistad hay que aceitarla. Eso se hace dedicandoles tiempo.