Debate en Estados Unidos: la hora de los vices

El debate entre los candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos, la demócrata Kamala Harris y el republicano Mike Pence, en esta ocasión tendrá más relevancia que los de anteriores elecciones. Por varias razones. Y la principal de ellas, desde luego, es la edad de los aspirantes presidenciales de cada partido: Donald Trump y Joe Biden figuran entre los nominados a la Presidencia de mayor edad en la historia de Estados Unidos, con una ligera ventaja para el segundo, 77 frente a 74 del actual mandatario.

En épocas de coronavirus, además, la salud de los candidatos sube en el ranking de preocupaciones de los votantes. Más aún cuando la edad ha sido un asunto que en anteriores ocasiones ya ha demostrado que les importa a los electores. Y hace rato. En un debate presidencial en 1980, Ronald Reagan se anticipó a que lo cuestionaran por sus 66 años de edad y en un debate presidencial televisado, con su conocido humor, se anticipó a los posibles cuestionamientos de sus interrogadores: “la edad no va a ser algo importante en esta campaña -dijo-. No voy a cuestionar la juventud de mi oponente (Walter Mondale) ni su falta de experiencia”. Y fue, en ese entonces, el mandatario de más edad en ocupar la Casa Blanca, con 69 años.

Ahora, en la presente elección, no solo la edad de los dos candidatos es elevada, sino la epidemia del Coronavirus y el hecho de que el presidente Donald Trump haya sido afectado -y haya tenido que pasar tres incómodos días hospitalizados en días decisivos para la campaña- puso el tema de la salud de los aspirantes en el primer lugar del debate, cosa que el actual mandatario quiso evitar a toda costa. Paradójicamente, este hecho se convirtió en una ventaja para Biden, el mayor de los dos aspirantes y el de más elevada edad en toda la historia. Electoral. La preocupación por la salud afecta más a Trump que a Biden, por su estado de salud afectada por la epidemia del momento.

El hecho es que los aspirantes a la vicepresidencia que se enfrentarán en la noche de este miércoles en un debate en Salt Lake City, en principio atraerán más atención de la que es usual. Kamala Harris y Mike Pence, ella demócrata y él republicano, enfrentan un escenario distinto al de la gran mayoría de sus antecesores: la alta edad de sus compañeros en la candidatura, la preocupación de los electores frente a la epidemia y la posibilidad de que los dos debates pendientes entre Trump y Biden no se lleven a cabo por la enfermedad del presidente, podrían aumentar la importancia -y la curiosidad- hacia el encuentro de este miércoles. Habrá que ver.

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La atención también estará fijada en Kamala Harris. Conocida en el escenario del Congreso y de amplia trayectoria, no es sin embargo familiar para los televidentes de estados distintos a California, a pesar de su amplia trayectoria. Parte de la audiencia tratará de formarse un juicio sobre quien podría ser la primera vicepresidenta mujer de Estados Unidos. Para muchos en su país, y para la comunidad internacional, será una presentación en sociedad.

Mike Pence, el actual vicepresidente, como suele ocurrir con los compañeros de fórmula es la antítesis de Trump en muchos sentidos. Un complemento. Hombre de partido y de larga carrera política, ha seguido el libreto tradicional con disciplina. Ha sobresalido por su actitud amable, casi bondadosa -muy distinto a Trump- y por la lealtad a su jefe. Es probable que los dos rivales de este debate se vuelvan a encontrar dentro de cuatro años, pero no de segundos a bordo, sino encabezando la fórmula. Por lo menos intentarán estar en el juego.

La gran pregunta es si el encuentro Harris-Pence, que podrá ver a través de Semana.com, va a influir en el resultado de estas elecciones. Normalmente no ha sido así. Pero el factor edad, la pugnacidad en el ambiente político polarizado, y la curiosidad sobre quién es Kamala Harris podría cambiar la historia.