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Estados Unidos vuelve a poner en jaque la lucha climática: monitoreo climático podría quedar ‘a oscuras’ sin sus satélites

Si uno o más satélites de la NASA o de la NOAA no pueden ser lanzados, es una garantía de una brecha de varios años o incluso de décadas en las capacidades de observación de la Tierra.

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19 de noviembre de 2025, 12:22 p. m.
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Los recortes presupuestarios impactan el cambio climático. | Foto: Getty Images

Los recortes presupuestarios de Estados Unidos en observación satelital podrían generar puntos ciegos en el monitoreo del clima en los próximos años, advirtió a AFP el subdirector de un organismo clave vinculado a la ONU.

Peter Thorne es especialista en clima de la Universidad de Maynooth, en Irlanda, y subdirector del Sistema Mundial de Observación del Clima (GCOS), un programa con sede en Ginebra que cuenta con el apoyo de la ONU.

El GCOS es clave para el análisis y la interpretación de los datos sobre la atmósfera y la meteorología terrestre y marina.

“En los 30 años que llevo en este campo, siempre hemos visto mejoras graduales en nuestra capacidad de hacer diagnósticos sobre el sistema terrestre”, explicó. “Esta es posiblemente la primera vez que nos enfrentamos a un retroceso de nuestras capacidades de monitoreo de la Tierra, justo cuando más lo necesitamos”, alertó.

El asunto tuvo un espacio en la COP30 de Brasil, donde una comisión técnica destacó “la importancia vital” de estos datos.

¿Cuál es la situación actual?

No hay ninguna duda de que el sistema mundial de observación enfrenta tensiones considerables. Esta es una advertencia para el resto del mundo. Hemos aprovechado la generosidad estadounidense para financiar gran parte de este sistema de observación de la Tierra.

Estados Unidos también aportó una contribución desmesurada a la coordinación mundial. Esto no es algo sexy, pero permite que las cosas funcionen. El Sistema Mundial de Observación del Clima cerrará sus puertas a finales de 2027 si no hay un financiamiento adicional.

Ya hay entre 13 y 16% globos de sonda menos en Estados Unidos como resultado de la reducción de efectivos para lanzarlos.

Esto tiene un impacto negativo, no necesariamente en las previsiones para América, pero para Europa e incluso Asia.

El pronóstico a cinco o a diez días no depende solamente de lo que uno lance en su patio, sino de lo que se lance en el jardín de donde viene tu meteorología. Las previsiones para América dependen críticamente del lanzamiento de globos en Japón o en Singapur.

Este es el motivo por el que necesitamos un sistema coordinado de observación y de cooperación global.

¿Cuáles son las preocupaciones para el futuro?

Incluso si la mitad de las propuestas de presupuesto del presidente se concretan, estamos ante un gran, gran problema.

Si uno observa la propuesta, básicamente suprime las capacidades a futuro de la NASA y reduce significativamente los satélites de la NOAA (la agencia de observación para los océanos y la atmósfera).

Muchas de las misiones de la NASA no tienen un equivalente en la ESA (la Agencia Espacial Europea), la JAXA japonesa, el programa satelital de India o el de China. Estas observaciones se perderán para siempre, son conocimientos que nunca vamos a recuperar.

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"Vamos a quedarnos a oscuras a la hora de ver cosas sobre la Tierra, posiblemente. Otras son nuevas misiones que nos hubieran permitido ver la Tierra mejor". | Foto: Getty Images

Estados Unidos también aporta una gran contribución al monitoreo del océano. Esto representa cerca del 50% del programa de boyas Argo, que diagnostica a dónde va el 90% del calor en el sistema de la Tierra.

También tiene la red de boyas fijas en el Pacífico, que son cruciales para el seguimiento y las previsiones del Niño. Esto también es clave para las previsiones estacionales en Estados Unidos para el invierno, pero para gran parte de las regiones tropicales durante el año, y para África, lo que es determinante para las decisiones de la producción agrícola. Estas corren el riesgo de ser más deficientes.

¿Qué otros países pueden intervenir?

Si uno o más satélites de la NASA o de la NOAA no pueden ser lanzados, es una garantía de una brecha de varios años o incluso de décadas en las capacidades de observación de la Tierra. Vamos a quedarnos a oscuras a la hora de ver cosas sobre la Tierra, posiblemente. Otras son nuevas misiones que nos hubieran permitido ver la Tierra mejor.

Si la ESA dice mañana, lancémonos y reemplacemos a los satélites de la NASA, estaríamos hablando de 10 o de 15 años.

No puedo decir qué va a pasar, pero es importante que observemos el sistema de la Tierra, porque es nuestro sistema de soporte vital. Tenemos que entenderlo.

*Reportaje de AFP.