Mike Pence: el exgobernador cristiano y conservador que busca de nuevo la vicepresidencia

“Un cristiano, conservador y republicano, en ese orden”, así se describe Mike Pence, el vicepresidente de Estados Unidos que disputa ahora su segundo periodo al lado de Donald Trump. En este año, el presidente encomendó a Pence encabezar la respuesta federal a la pandemia de covid-19, la tarea más importante hasta el momento que ha realizado en su cargo actual.

Durante este periodo, ha realizado múltiples reuniones para atender la emergencia y supervisó la entrega de equipos de protección y ventiladores a los estados más afectados en marzo. Sin embargo, su liderazgo en la crisis también ha sido controversial debido a declaraciones que han desestimado la gravedad de la pandemia y el virus, a tono con el discurso del mandatario.

Pence –en su periodo como vicepresidente– también fue encargado de la política espacial de Estados Unidos encabezando el Consejo Nacional del Espacio, un rol mucho más discreto que el que ostentó en los últimos meses con la pandemia. El republicano de 61 años, aunque de maneras más sutiles y menos estridentes que las de Trump, ha sido un fiel escudero del mandatario.

En el único debate de los candidatos a la Vicepresidencia en el que se enfrentó a Kamala Harris, Pence se preocupó por defender la respuesta de Trump a la covid-19; al igual que el mandatario, culpó a China por el avance del virus, pronosticó una vacuna en una fecha cercana y defendió la economía como el principal logro de la administración.

Pence creció en una familia católica con cinco hermanos en Columbus, Indiana, y tiene ascendencia irlandesa por línea de su abuelo inmigrante. En los inicios de su carrera política estuvo vinculado al Partido Demócrata como coordinador de sus juventudes en Bartholomew County en Indiana en 1975. También ha expresado que creció admirando al demócrata John F. Kennedy y a Martin Luther King Jr. y dijo que votó por el demócrata Jimmy Carter en su reelección fallida en 1980.

Como abogado de formación y exlocutor de radio, Pence conoce bien los misterios de Washington y se ganó el aprecio de los republicanos tras haber sido miembro de las Cámara de Representantes de 2001 a 2013 y presidente de la Conferencia Republicana de 2009 a 2011, una posición importante dentro de la agrupación política.

De igual manera, ejerció como gobernador de Indiana por el mismo partido de 2013 a 2017. Durante este periodo, se distinguió como un defensor de los valores familiares tradicionales: antiaborto, antimatrimonio igualitario y enemigo de la instalación de refugiados sirios en su estado.

A tono con estas posturas, Pence firmó leyes que dificultaron el aborto en el estado. Una de ellas fue especialmente controversial, pues prohibía parcialmente que las mujeres realizaran este procedimiento después de que al feto le diagnosticaran anomalías genéticas. La polémica llegó a los tribunales y en 2018 una corte federal tumbó la legislación por ir en contra de la Constitución.

También durante su periodo como gobernador firmó la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa, una legislación criticada por la comunidad LGTBI. Según argumentaban sus contradictores, esta permitía que los negocios discriminaran a las personas por su orientación sexual. La ley despertó malestar social en todo el país y, en medio de estas críticas, Pence firmó una enmienda que prohibía dicha discriminación.

En 2017, ya en su rol como vicepresidente, asistió al evento más grande antiaborto del país, “Marcha por la Vida”, convirtiéndose en el primer político en su puesto en hacerlo. Desde entonces asiste regularmente al encuentro.

Frente a otros asuntos, Pence ha abogado por la defensa de la industria de los combustibles fósiles tales como los sectores de extracción de gas, crudo, carbón y aquellos que recurren al fracking. El vicepresidente afirma que son industrias que empujan la economía y crean empleos. Por otro lado, apoyó que Trump retirara al país del Acuerdo de París contra el cambio climático al que ha llamado “un mal acuerdo desde el momento que fue firmado” en la administración de Barack Obama.

Con respecto al uso de armas, Pence defiende el derecho de los estadounidenses a poseer y portar armas, consignado en la Segunda Enmienda de la Constitución. El año pasado intervino en la reunión anual de la Asociación Nacional del Rifle y afirmó que “bajo este presidente y vicepresidente, nadie les quitará sus armas”.

Pence se convirtió en el segundo al mando de Estados Unidos después de que, en julio de 2016, en medio de la carrera electoral, Donald Trump lo visitó en su casa en Indianápolis y le pidió que se convirtiera en su fórmula vicepresidencial.

Sin embargo, muchos afirman que no eran particularmente cercanos antes de dichas elecciones. Y durante un tiempo en los corrillos de Washington corrieron rumores sobre el supuesto deseo de Trump de cambiar de compañero de fórmula este año, con el fin de dar impulso a su campaña. Pero el presidente recompensó la lealtad de Pence y sus estrechos vínculos con los cristianos blancos de edad avanzada, que desempeñaron un papel clave en su victoria cuatro años atrás.