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MINI UBER | Foto: MINI UBER

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Uber pierde batalla legal en Reino Unido. ¿Llegó el fin de la plataforma?

Con el reciente fallo en su contra, la aplicación digital deberá garantizar a sus conductores varios beneficios sociales. Se espera un efecto dominó en los otros países. ¿Uber deberán replantear su modelo de negocio?

18 de marzo de 2021

Una reciente decisión de los tribunales en el Reino Unido abre la puerta para que el mundo legisle en torno a los derechos de quienes prestan servicios a través de aplicaciones como Uber. Con el fallo de la Corte Suprema del país británico, los conductores de la plataforma contarán con un salario mínimo garantizado, vacaciones pagadas y plan de jubilación. La decisión ha dejado al aire múltiples debates acerca de su efectividad y la repercusión que puede traer en otros países demandantes, como Colombia. Este suceso da un giro de 180 grados en el modelo de las plataformas digitales en ese país. Las aplicaciones del sector empiezan a preocuparse por su futuro.

El debate, que lleva varios años en proceso, determinaba si los conductores de la plataforma podrían ser considerados como empleados, o no. Pues, para los jueces del tribunal británico sí son empleados, y sentencian que si la plataforma estadounidense quiere seguir activa en el Reino Unido, y mantener sus 3,5 millones de pasajeros, deberá empezar a brindarles las garantías laborales mencionadas.

La medida sin precedentes en el mundo se da luego de una batalla legal iniciada el 2016 sobre el estatus de los conductores. Esta victoria se suma a la lista de beneficios que ya se les había otorgado anteriormente, como el acceso gratuito al seguro médico y licencia de paternidad paga.

Este suceso puede ser muy grave para la compañía tecnológica. En Londres hay unos 45 mil conductores que, según la orden judicial, empezarán a recibir su salario mínimo mensual, que son unos 7 millones de pesos colombianos. En otras palabras, la compañía deberá desembolsar mensualmente unos 490 mil millones de pesos colombianos. Sin hablar de sus pérdidas por la pandemia que ascienden a cerca de 7.000 millones de dólares.

Con esas condiciones, el negocio puede estar a la deriva debido a que deja de ser rentable. Por ahora Uber lucha para que eso que tiene sentido el Reino Unido no lo sea e los países europeos y latinoamericanos.

Uber ya enfrenta procesos legales similares en múltiples países donde se debate si los conductores deben ser considerados empleados o autónomos. De hecho, en Colombia, su operación ya estuvo en aprietos por cuenta de una resolución firmada por el gobierno de Juan Manuel Santos hace casi cinco años. Esta norma exigía “cesar la facilitación y promoción de prestación de servicios de transporte no autorizados”, luego de que el gremio de taxistas impusiera la queja y una fuerte protesta.

Pero no duró mucho la norma. La plataforma intentó por medios judiciales ganar la demanda y que no fuera efectiva la ley, a tal punto que solicitó unas medidas cautelares para dejar sin piso jurídico la Resolución 04313. Por ahora todo depende de la palabra final de los magistrados, quienes tienen en su poder una serie de peticiones para que se prohíba el uso de la plataforma por su operación “ilegal”.

Por otra parte, algunos expertos consideran los efectos que puede conllevar la decisión de Reino Unido frente a Uber. Afirman que las ramificaciones de la plataforma podría afectar a la llamada ‘economía gig’, donde a los trabajadores se les paga únicamente tras cada servicio prestado, y que está en auge en los últimos años. Allí entran aplicaciones de sectores como el de los repartidores de Rappi.

La orden judicial, que empezó a regir esta semana, también vuelve a poner en la mira la precarización de las condiciones laborales en las nuevas dinámicas económicas del mundo. Los expertos mencionan que se puede esperar un efecto dominó donde otros países obliguen a todas las plataformas digitales, por la vía judicial, a que le garanticen a sus trabajadores unas condiciones dignas para laborar.

Por ahora, la app no tiene otra opción. Deberá garantizar los beneficios económicos exigidos a sus conductores, y tal vez opten por replantear el modelo de negocio con el que se creó.