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El 'sí' se impone en el referendo turco que otorga poderes especiales al presidente Erdogan

En una votación cerrada la reforma constitucional que buscaba ampliar los poderes del mandatario fue aprobada por el pueblo turco.

16 de abril de 2017

El "sí" se impuso en el referéndum realizado el domingo en Turquía y el cual preguntaba si se aprobaban o rechazaban las reformas constitucionales que concentrarían el poder en manos del presidente, informó la agencia noticiosa oficial.

Con la victoria del "sí", las 18 modificaciones constitucionales transformarán el sistema de gobierno de Turquía de parlamentario a presidencial, se abolirá el cargo de primer ministro y se concederán amplios poderes ejecutivos al presidente, Recep Tayyip Erdogan.

Erdogan, que convocó la consulta e hizo campaña por el "sí", y sus seguidores apuntan que el sistema presidencial "al estilo turco" que se propuso asegurará la estabilidad del país y conducirá a un largo periodo de prosperidad. Sin embargo, quienes se oponían temen que el cambio va a desencadenar en un gobierno autocrático y que asegura que Erdogan, que ha sido acusado de reprimir derechos y libertades, pueda gobernar hasta 2029 con un sistema con pocos contrapesos y equilibrios.

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Previo a la votación, el presidente había describido al referendo como una oportunidad de "cambio y transformación". "Tenemos que tomar una decisión que está más allá de lo común", señalaba Erdogan.

Pero por otro lado, Kemal Kilicdaroglu, líder del principal grupo de la oposición y uno de los activistas más destacados en favor del "no", el referendo significaba la oportunidad de votar sobre el destino de Turquía.

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Los centros de votación en el este del país cerraron sus puertas a las 4 de la tarde (1300 GMT), mientras que en el oeste, con más población, cerraron una hora más tarde. Más de 55 millones de los cerca de 80 millones de habitantes que tiene Turquía están registrados para votar.

En Estambul, varias personas hacían fila antes de la apertura de uno de los centros.

Los cambios concederían al presidente potestad para nombrar ministros, altos cargos del gobierno y a la mitad de los miembros del máximo órgano judicial del país, además de para promulgar decretos y declarar estados de emergencia. Se fija un límite de dos mandatos de cinco años para los presidentes y se les permite seguir al frente de su partido político. Las modificaciones entrarían en vigor en las próximas elecciones generales, previstas para 2019.

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Erdogan, de 63 años, llegó al poder en 2003 como primer ministro, cargo que ocupó hasta 2014, cuando se convirtió en el primer presidente turco elegido de forma directa. Lleva años intentando ampliar el poder del presidente.

La votación llega en un momento con varios frentes abiertos para Ankara. Erdogan sobrevivió a un intento de golpe de Estado el pasado julio, que atribuyó a su ex aliado reconvertido en enemigo Fetula Gulen, un clérigo islamista que vive en Estados Unidos. El estado de excepción impuesto tras el fallido alzamiento sigue en vigor. Las autoridades lanzaron una amplia ofensiva contra los seguidores de Gulen y otros opositores al gobierno, calificándolos de terroristas.

Unas 100.000 personas, entre las que hay jueces, maestros, académicos, médicos, periodistas y miembros del ejército y la policía, han perdido sus empleos y más de 40.000 fueron arrestadas. Cientos de medios de comunicación y ONGs fueron clausurados.

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Turquía sufrió también por una renovada violencia entre insurgentes kurdos y fuerzas de seguridad en el volátil suroeste del país, además de una serie de atentados, algunos reivindicados por el grupo extremista Estado Islámico, que opera al otro lado de la frontera con Siria.

La guerra en Siria propició la llegada de unos tres millones de refugiados al país. Ankara envió tropas a Siria para ayudar a opositores a limpiar la frontera de la amenaza extremista.

Por otra parte, la relación de Turquía con Europa es cada vez más tensa, especialmente después de que Erdogan calificó a Alemania y Holanda de nazis por impedir que ministros turcos hiciesen campaña por el "sí" entre expatriados.