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| Foto: AFP

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Las 7 claves de la estrategia ganadora de Trump

El magnate ganó gracias a una guerra comunicacional en la que mezcló con habilidad el odio, la desinformación y una cuidadosa puesta en escena.

9 de noviembre de 2016

Todas las encuestas lo daban como perdedor. Solo un periódico lo apoyó. Su partido le dio la espalda. Y, sin embargo, Donald Trump llegó a la presidencia de Estados Unidos gracias a cuestionables movidas que cambiaron radicalmente el escenario electoral.

1. Culpar a los inmigrantes. Desde el primer día de su campaña, Donald Trump señaló la inmigración mexicana como uno de los grandes demonios de la sociedad estadounidense. Ellos "traen drogas, crimen, son violadores”, dijo el día que lanzó su campaña. Desde entonces, en todos sus mítines insistió en que iba a construir un muro para tenerlos a raya. Como ocurrió con el brexit en Gran Bretaña, los convirtió en los culpables de todos los males.

2. Idealizar el pasado. El lema de campaña de Donald Trump (Make America Great Again, Hacer que Estados Unidos sea poderoso de nuevo) se conectó con una buena parte de los votantes, en particular con los blancos de las zonas industriales. Para ellos, el multiculturalismo y el liberalismo de los últimos años son una señal de decadencia con respecto a la época dorada de sus abuelos. Según una encuesta del Public Religion Research Institute, dos de tres electores de Trump preferían la cultura de los años cincuenta que la actual.

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3. Utilizar a los medios de comunicación. Aunque solo un periódico apoyó a Donald Trump y a que muchos diarios conservadores invitaron a votar por Hillary, lo cierto es que el magnate fue de lejos el candidato que mayor cubrimiento tuvo durante todas las elecciones. Y aunque muchas notas de prensa tenían un tono negativo, al acaparar la agenda informativa el magnate dejó sin espacio a sus contrincantes y convirtió la campaña en un concurso sobre su personalidad.

4. Satanizar al ‘establishment’. La campaña de Trump entendió desde un primer momento que el hastío con la clase política entre los votantes era mucho más amplio de lo que muchos se temían. En cada uno de sus discursos, fustigó a la clase política y concentró sus críticas contra Hillary Clinton en ese punto. Aunque la candidata demócrata buscó proyectar una imagen de renovación, el magnate logró que calara el mote de ‘Crooked Hillary’ (Hillary la torcida).

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5. Atacar la corrección política. Durante los 14 meses que duró la campaña, Trump utilizó el racismo y la misoginia para atacar a sus contrincantes. Aunque su mensaje de odio era evidente, sus electores vieron en él a un tipo que ‘habla sin pelos en la lengua’ y ‘dice lo que todo el mundo piensa’. Los exabruptos de Trump llegaron al punto que a principios de enero dijo: “Podría disparar a gente en la Quinta Avenida y no perdería votos”.

6. Promocionar su marca. Si bien Donald Trump no tiene ninguna experiencia como político, gracias a sus habilidades como hombre de negocios, el magnate supo crear en esta campaña un enorme entusiasmo entorno a su personalidad, sus frases, sus propiedades, su sentido del humor, sus ‘milagros’ como hombre de negocios. Pensaran lo que pensaran sus detractores, el magnate supo aparecer como un mesías para sus seguidores.

7. Ignorar las encuestas. Durante la mayor parte de la campaña, los sondeos le dieron una amplia ventaja a la candidata demócrata. Sin embargo, como lo demostraron el brexit y el plebiscito colombiano, los sondeos no han logrado a adaptarse al mundo de las redes sociales y los descaches se han convertido en la norma. Pocos minutos antes de que se cerraran los puestos de votación, The New York Times le daba a Hillary un 85 % de probabilidades de ganar. Entre las 8:00 y las 10:00 de la noche, con la suerte ya echada, se invirtió completamente ese pronóstico.