Estados Unidos

El giro más duro al programa H-1B: la nueva ofensiva federal que redefine la contratación de talento extranjero en EE. UU.

El Departamento de Trabajo lanzó “Project Firewall”, una estrategia que promete mayor vigilancia, sanciones y prioridad absoluta para trabajadores estadounidenses en sectores tecnológicos y especializados.

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Margarita Briceño Delgado

Margarita Briceño Delgado

Periodista en Semana

25 de noviembre de 2025, 4:52 p. m.
Conozca cuáles son las alternativas de visa de trabajo que existen en Estados Unidos
El programa H-1B volverá a someterse a auditorías estrictas mientras la administración promete frenar prácticas que, según afirma, afectan a los trabajadores estadounidenses. | Foto: Getty Images/iStockphoto

El gobierno federal endureció el control sobre el visado H-1B con una iniciativa que busca frenar abusos, revisar peticiones con mayor rigor y limitar la contratación de extranjeros cuando existan candidatos estadounidenses calificados, una medida que podría transformar la dinámica laboral en industrias de alta especialización.

La administración federal ha lanzado una ofensiva hacia las prácticas de contratación vinculadas al sistema H-1B con un claro mensaje:

“Los trabajadores estadounidenses primero”. Con la nueva iniciativa denominada Project Firewall, el Departamento de Trabajo se propone reforzar la supervisión sobre las peticiones H-1B, exigir el cumplimiento estricto de las normas laborales y combatir lo que considera una competencia desigual para los “trabajadores altamente calificados estadounidenses”.

Los riesgos del programa

Por un lado, el programa H-1B que permite a empleadores estadounidenses contratar temporalmente a trabajadores extranjeros para ocupaciones especializadas, llevaba tiempo bajo lupa.

Algunas voces aducen que se ha usado para desplazar o reducir las oportunidades de ciudadanos estadounidenses, particularmente en sectores tecnológicos.

Con Project Firewall, el DOL, en alianza con la Equal Employment Opportunity Commission (EEOC) y otras agencias, planea compartir datos, lanzar acciones de cumplimiento y hacer exigible la prioridad de los estadounidenses cualificados sobre los trabajadores extranjeros.

Con esto se evidencia que no se trata únicamente de una cuestión técnica del visado, sino de una línea política que conecta con el discurso de “primero Estados Unidos”.

Subraya que no se trata únicamente de una cuestión técnica del visado, sino de una línea política que conecta con el discurso de “primero Estados Unidos”.

Por otro lado, para los interesados en inmigración y regulaciones laborales, este movimiento tiene varias implicancias tangibles.

Primero, las empresas que emplean o solicitan trabajadores bajo H-1B deben prepararse para una mayor exposición regulatoria: registros más exigentes, potenciales auditorías, y un escrutinio mayor sobre si se está favoreciendo indebidamente a extranjeros.

Segundo, los trabajadores cualificados estadounidenses podrían encontrar nuevas defensas si consideran que están siendo desplazados o tratados de forma discriminatoria.

Tercero, los solicitantes H-1B podrían enfrentar procesos más lentos o condiciones más rigurosas, dado que la administración afirma que se revisarán y reforzarán las reglas de concesión del visado.

EE.UU.
Solicitantes de empleo en sectores tecnológicos podrían enfrentar mayores controles tras el lanzamiento de “Project Firewall”. | Foto: Getty Images

Un giro regulatorio en los visados de trabajo

En conclusión, este giro regulatorio refleja una estrategia robusta de la administración hacia el empleo de talento extranjero en EE.UU., con la ambición de restablecer lo que considera un equilibrio a favor de los trabajadores estadounidenses.

Para quienes están involucrados, ya sea como empleadores, solicitantes H-1B o nacionales altamente cualificados, resulta fundamental anticipar los cambios, revisar la conformidad de sus procesos de contratación, y considerar cómo podrían adaptarse a un entorno regulatorio más exigente.

En un clima en el cual la inmigración laboral se convierte en cuestión de seguridad económica y política, el mensaje es claro: las reglas de juego se redefinen.

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