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Sala de check-in del Aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz. | Foto: Archivo Particular

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Aeropuerto de Barranquilla movilizó 9.382 pasajeros en la semana de reactivación

Después de los cinco meses de cierre, el Aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz reactivará las rutas internacionales con un vuelo a Miami.

9 de septiembre de 2020

Un sencillo viaje en avión, como casi todas los actos que necesitan interacción social, cambió por la pandemia. La forma de hacerlo, la ropa que se lleva puesta, el tiempo invertido en la preparación, las conductas durante la realización, el equipaje que se carga, los procedimientos de embarque y desembarque. Todo ahora parece estar determinado por la prevención del contagio de la covid-19.

Según un video pedagógico publicado esta semana por la Aeronáutica Civil, sin embargo, la probabilidad de contagiarse de covid-19 en un avión es baja, exactamente de 0,00013, es decir una de cada 7.700 personas.

Esa poca posibilidad de enfermarse parecería ser una de las razones para que muchas personas volvieran a subirse a los aviones tranquilamente, a través de terminales aéreas como es el Aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz, que espera reactivar sus vuelos internacionales el 24 de septiembre, con la ruta hacia Miami (Estados Unidos).  

La autoridad aérea nacional también señaló que los buses de transporte público siguen siendo un espacio propicio para contraer enfermedades respiratorias y que en la baja probabilidad de contagiarse en el avión es determinante la ventilación y circulación del aire. 

En la primera semana de reactivación gradual de las operaciones domésticas, a través del Cortissoz, terminal aérea ubicada en el municipio de Soledad y que presta sus servicios a Barranquilla, se movilizaron 9.382 pasajeros. 

En esta primera fase de las operaciones se realizaron vuelos comerciales con destino a Bogotá, Bucaramanga, Rionegro y Medellín, siendo este un nuevo destino de vuelo desde el Ernesto Cortissoz directo al aeropuerto Olaya Herrera de la ciudad de Medellín y operado por la aerolínea Satena  

A partir de esta semana comenzará a operar la ruta Barranquilla-Montería-Barranquilla y a partir del 14 de septiembre se espera empiece a operar la ruta Barranquilla-Cali-Barranquilla. Por supuesto, el uso de tapabocas es obligatorio para los viajeros y muchos de ellos también llevan máscaras protectoras, trajes antifluido y guantes. 

Marcel Di Muzio, director comercial del Cortissoz, indicó que luego del cese de operaciones durante 5 meses, están confiados en la recuperación paulatina  de la industria aeronáutica teniendo en cuenta que el sector ha sido uno de los sectores de mayor afectación. 

“Agradezco que ya podemos viajar, pues la conectividad es indispensable para que la economía se reactive y así salgamos de la crisis generada por esta pandemia”, aseguró Nelson Amaya, uno de los pasajeros que viajó con destino a Bogotá.

Eduardo Martínez, un pasajero que llegó de Medellín a Barranquilla, dijo que nunca antes estuvo en vuelo tan silencioso ni había visto un desembarque tan ordenado. "Parece que es la única forma de que la gente no se levante de la silla antes de que el avión se detena", contó a modo de chiste. 

El director del Cortissoz destacó el cumplimiento de todos los protocolos de bioseguridad establecidos en la resolución 1054 del Ministerio de Salud y Protección Social, y un excelente comportamiento de los pasajeros. 

Todo aquel que quiera viajar por esta terminal aeroportuaria, concesionada al Grupo Aeroportuario del Caribe, tendrá que seguir al pie de la letra las recomendaciones entregadas para garantizar un viaje seguro y confiable. Por ejemplo, solo se permite el ingreso a los pasajeros que van a viajar, solo se acepta un acompañante en caso de menores de edad o personas con discapacidad; hay que llegar arribar con máximo 2 horas antes de su vuelo; es indispensable llevar el pasabordo diligenciado; usar tapabocas para el acceso a la terminal y durante el tránsito y todas las etapas del vuelo; no se permite equipaje de mano, solo en bodega; y se puede llevar un elemento de uso personal, siempre y cuando quepa debajo de la silla enfrente de la silla donde se ubique el pasajero.