Home

Nación

Artículo

| Foto: Guillermo Torres

PERFIL

Alejandro Martínez Caballero, el magistrado rebelde

Así era el jurista que aseguró que Colombia no podía ser “el país del Sagrado Corazón”. Falleció el martes en horas de la tarde.

20 de julio de 2016

Alejandro Martínez Caballero fue un magistrado que vivió mucho más adelante que su tiempo. Llegó a conformar la primera Corte Constitucional cuando ese organismo apenas era una expectativa y fue uno de los miembros que impulsaron el enorme poder transformador que esa institución tiene hoy. Por eso, la noticia de su muerte, el pasado martes en la tarde, dejó de luto a una generación de abogados.

Como magistrado, Martínez Caballero era un rebelde. Graduado de la Universidad del Rosario y formado por los más alternativos movimientos políticos, llegó a la Corte Constitucional con el deseo de romper esquemas. Sus sentencias ayudaron a imprimir el talante progresista que tuvo ese primer grupo de juristas.

Martínez fue uno de los primeros magistrados en desarrollar el concepto de la libertad individual. Según explica el constitucionalista Rodrigo Uprimny, quien fue su magistrado auxiliar, defendió muy fuertemente la autonomía de los ciudadanos y “la idea de que había órbitas donde el Estado no podía penetrar”. Sus sentencias sobre los derechos de la población LGTBI fueron pioneras. Por ejemplo, Martínez quien fue eliminó el homosexualismo como “falta disciplinaria” para los funcionarios. Sus dos sentencias sobre los hermafroditas, en las que se establecieron los límites a los tratamientos quirúrgicos que en ese momento se realizaban a las personas intersexuales, fueron consideradas hito, incluso a nivel internacional.

Sus fallos no estuvieron exentos de polémica. En 1994, por cuenta de una sentencia suya, Colombia dejó de ser el “país del Sagrado Corazón”. En 1902 se había consagrado así por cuenta del fervor que sus ciudadanos sentían hacía Jesucristo. Una ley de 1952 ratificó ese compromiso. Sin embargo, con el cambio a la Constitución de 1991, que establecía que el Estado era laico, un grupo de ciudadanos demandó esa norma.

Martínez se pronunció a su favor. Aseguró que la laicidad del Estado implicaba que “el país no puede ser consagrado, de manera oficial, a una determinada religión, incluso si esta es la mayoritaria del pueblo”. Días antes todas las iglesias hicieron sonar sus campanas a las 12 del día en símbolo de protesta por la decisión que podría venir. El tema era tan simbólico para el país, que incluso el presidente Cesar Gaviria acompañó esa ceremonia. Otras sentencias que se recuerdan de él fue la que adoptó en Colombia el concepto de bloque de constitucionalidad y la de la inviolabilidad del voto parlamentario durante el proceso 8.000.

La noticia de su muerte llenó de elogios las redes sociales. “Fue un magnífico magistrado en su tiempo. Mucha libertad la debemos a sus sentencias”, señaló el exmagistrado Néstor Osuna. “El magistrado Martínez Caballero fue un hombre liberal y defensor de las minorías. Junto con Carlos Gaviria llenó la Corte Constitucional de luz”, dijo el exdirector de Colombia Diversa, Mauricio Albarracín. “Murió el doctor Alejandro Martínez Caballero, nuestro compañero en la Corte por nueve inolvidables años. Un gran magistrado”, señaló su colega José Gregorio Hernández.

El decano de derecho de la Universidad del Rosario, Juan Carlos Forero, asegura que Martínez “reunía las condiciones que hacen falta hoy en los abogados: excelente ser humano y excelente abogado. Coherente y claro”. Uprimny agrega que era buen magistrado no sólo por sus sentencias, sino por su actitud y el interés de buscar siempre consensos más que de figurar individualmente.

Una dura enfermedad lo había hecho apartarse de la vida pública en los últimos meses. Sus exequias serán en los próximos días.