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“¡Bendito sea Dios! ¡Qué maravilla! Lo felicito”: las palabras que Uribe le dijo a Santos luego de la Operación Jaque

El exministro de Defensa reconstruye, en su libro ‘Batalla por la Paz’, lo que ocurrió ese 2 de julio de 2008. SEMANA une su relato al discurso que el entonces presidente Uribe dio cuando anunció la liberación de los quince secuestrados. Hay versiones encontradas.

3 de julio de 2019

Las frases que utilizó Álvaro Uribe Vélez en el video que publicó este martes por los once años de la Operación Jaque, mostraron a un expresidente más preocupado por desmentir la participación de Santos en la operación, que por conmemorar uno de los logros más recordados de su gobierno. 

“Nada tuvo que ver el ministro. Estaba en el extranjero” y “primó el Estado, pero el beneficiario político (Santos) hizo que después primara el terrorismo”, fueron las afirmaciones que abrieron la puerta a un nuevo capítulo de discordia entre ambos exmandatarios por un tema del que nunca antes se había discutido. 

Por eso SEMANA se dio a la tarea de buscar qué dijo exactamente el expresidente Álvaro Uribe de Juan Manuel Santos el día que anunció al país los detalles de la hazaña militar. Así como de indagar en el libro de Santos para contrastar versiones. 

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El 2 de julio de 2008 el entonces presidente Uribe se dirigió a los colombianos para informar cómo se había planeado la Operación Jaque y desde el inicio dejó en claro a quién le atribuía el éxito alcanzado: “Compatriotas es un día de acción de gracias a nuestro Señor y a la Santísima Virgen que nos han ayudado tanto a los colombianos. Señor ministro de la Defensa nacional, señor Juan Manuel Santos, muchas felicitaciones y muchas gracias”.

Con ese agradecimiento dejaba en firme que Santos sí había participado en la acción —hasta el momento inédita— de arrebatarles quince secuestrados a las Farc sin disparar una sola arma. Posición que reforzaría más adelante, en ese mismo discurso, después de halagar a un extenso número de miembros del Estado que también colaboraron en la Operación como el general Fredy Padilla de León, comandante de las Fuerzas Militares; Mario Moreno Uribe, comandante del Ejército, y el general Jorge Ballesteros Rodríguez, comandante de la Fuerza Aérea colombiana, entre otros.

Uribe volvió a referirse a Santos al recrear lo dicho por el ministro —a las 2:58 p.m— en la rueda de prensa donde comunicó la noticia al mundo. “El señor ministro de la defensa al contarle hoy a la comunidad mundial y a nuestros compatriotas de este operativo, dijo cosas muy importantes. Permítanme retomar algunas: Este fue un operativo de perseverancia. Un operativo que ha probado la ilimitada inteligencia de los colombianos encarnada en la inteligencia del Ejército de la patria. Un operativo respetable desde todos los puntos de vista. Una epopeya militar y un homenaje a los derechos humanos”, expresó.

En otro fragmento de su intervención, el presidente mencionó que todo había sido “minuciosamente preparado” para evitar un enfrentamiento armado con las Farc que pusiera en riesgo la vida de los secuestrados. Y de nuevo, Uribe acudió a decir que la idea de reducir y no disparar contra los guerrilleros había salido del Ministerio de Defensa en cabeza de Santos. “Se había tomado la decisión de no disparar contra ellos. Interesaba el rescate de los secuestrados, como efectivamente se hizo. No se disparó contra los guerrilleros. Fueron reducidos los dos que abordaron el helicóptero, están presos. Reducidos como lo había preparado el Ministerio de Defensa, los mandos, quienes prepararon el operativo”.

Además, en su discurso, Uribe señaló que hubo equipos de reacción muy cerca al lugar del encuentro con la guerrilla que habrían sido activados en caso de que las Farc sospecharan que se trataba de un rescate y no de una misión humanitaria. Por lo que suena contradictorio que, once años después, el ahora exmandatario haya dicho en su video de Twitter que Juan Manuel Santos estaba dispuesto a dejar a que los secuestrados volvieran a la selva en caso de que las Farc descubrieran el plan.

La otra cara de la moneda

Santos no ha respondido a los señalamientos que le hizo Uribe en este corto video, pero su libro Batalla por la Paz cuenta la otra versión de la historia. En el capítulo de la Operación Jaque recuerda que, faltando una semana para efectuar el rescate, citó en su apartamento al entonces embajador de Estados Unidos, William Brownfield, para contarle lo que tenía planeado.

“El presidente Uribe se había comprometido con el presidente George W. Bush a tenerlo al tanto sobre cualquier operación que involucrara a los tres estadounidenses, y de esta forma cumplíamos con esa promesa. A la reunión asistieron también el general Freddy Padilla de León, y dos funcionarios de la embajada: el encargado de la CIA y un oficial experto en operaciones”, dice. 

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En unas páginas más adelante, Santos afirma que la participación extranjera se redujo a ese encuentro con los funcionarios de Estados Unidos y expresa: “Hay que resaltar que la Operación Jaque —en la que confluyeron la creatividad, el talento y el coraje de oficiales, suboficiales y agentes de la inteligencia del Ejército, bajo el liderazgo de sus máximos comandantes, los generales Montoya y Padilla de León, con mi decisión política como ministro y el respaldo del presidente Uribe— fue una operación orgullosamente colombiana”. 

Santos narra que desde su despacho recibía reportes en clave que le enviaban desde San José del Guaviare sobre la situación en terreno. Mientras su equipo convocaba a una rueda de prensa, sin decir el motivo, para que él le diera la cara al país, independientemente del resultado.

“Yo tenía claro, además, que, si la misión fracasaba, tendría que renunciar, asumiendo la responsabilidad política por la operación. Pero en ese momento, el capital político era lo de menos. Se trataba de rescatar a quince personas de una pesadilla de años y de quitar a la guerrilla su botín más preciado”, relata. 

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Algo en lo que Álvaro Uribe no está de acuerdo, pues en el video de ayer termina diciendo que él no apareció en la foto con Ingrid Betancourt, al bajar del helicóptero, porque su ausencia en la escena servía de trampolín para Santos. “Los altos mandos me invitaron a recibir a Ingrid, dije que lo hicieran ellos y que el ministro lo necesitaba para su futuro político".

Santos termina el capítulo de su libro reconstruyendo cómo le comunicó al jefe de Estado que la operación fue exitosa. Esta es la escena.

"Hacia la una y media de la tarde, el general Padilla me informó que el helicóptero había aterrizado en el lugar de encuentro. Se suponía que no debía estar en tierra más de diez minutos. Por eso, cuando pasaron más de veinte minutos, la angustia estaba en su máximo punto. Han sido los minutos más largos de mi vida. Finalmente, un poco antes de las dos, Padilla me llamó y me dijo: “¡Despegó!”. Y tres minutos después me informó: “¡Neutralizados!. Inmediatamente llamé a reportarle el éxito de la operación al presidente Uribe, quien me alcanzó a decir: “¡Bendito sea Dios! ¡Qué maravilla! Lo felicito..., pero no más, pues se cayó la comunicación”.