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La banda de Los Rolex operaba en restaurantes, parques y centros comerciales del norte de Bogotá y en el aeropuerto El Dorado. | Foto: Policía Metropolitana de Bogotá

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Comenzó el juicio a la temida banda de Los Rolex

En los juzgados de Paloquemao avanza la diligencia judicial en contra los integrantes de esta organización que sembró el terror en Bogotá.

18 de febrero de 2019

Los integrantes de uno de los grupos delincuenciales más temidos de los últimos años en Bogotá están cara a cara con la justicia desde la mañana de este lunes. En los juzgados de Paloquemao comenzó el juicio en contra varios de los principales miembros de la tristemente célebre banda conocida como Los Rolex.

En octubre de 2017 SEMANA reveló la existencia de esta banda y la forma como estaban sembrando el terror en varios sectores del norte de Bogotá.   

En contexto: Cayó la banda de los Rolex

La banda era un organizado grupo delincuentes que a punta de pistola y violencia asaltaba a sus víctimas para robarlos. Su especialidad eran costoso relojes Rolex de donde obtuvieron el alias con el que las autoridades los denominaron.

 En los primeros meses de 2018 los delincuentes protagonizaron cinematográficos atracos. Desde ese momento el grupo contra atracos y varios investigadores de la Sijín fueron desplegados por el comandante de la policía de Bogotá, general Hoover Penilla para dar con ellos. Durante varias semanas los sabuesos acudieron a sus fuentes y realizaron vigilancias con agentes encubiertos con el fin de dar con los delincuentes. Fue así como lograron establecer que para tratar de bajar su perfil y despistar a las autoridades tres de los integrantes de la banda decidieron establecerse en Medellín. Ciudad en donde también cometieron varios atracos. Sin embargo, gracias a los seguimientos el pasado seis de agosto la policía con la colaboración de la fiscalía los localizó y los arrestó. Las autoridades calculan que durante el tiempo que estuvieron en la calle pudieron cometer más de 100 atracos, con igual número de víctimas.

Así atacaban

La banda actuaba de forma violenta y coordinada. Su objetivo es uno solo: los costosos relojes. Su lugar de ‘operaciones‘estaba localizado es un sector específico del norte de Bogotá que iba  desde la calle 69 hasta la 93 entre carreras 5 y la Caracas. En estos lugares están algunos de los barrios y sitios más exclusivos y concurridos de la capital, como las conocidas zona G, T y el parque de la 93, entre otros.

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 Una de las víctimas de este grupo de delincuentes fue el ex arquero de la Selección Colombia, Faryd Mondragón. El pasado 20 de abril de 2018, a plena luz del día, el jugador estaba cerca a las inmediaciones del Centro Andino en un almacén de ropa. Un hombre con pistola en mano entró y tras apuntarle le exigió que le entregara el costoso reloj que el ex guardameta portaba. Tras despojarlo, el ladrón salió y abordó una moto que lo esperaba y escapó escoltado por otras dos motos en las que iban cuatro cómplices. Mondragón fue la víctima más visible de esta banda. Pero no fue el único.

 En mayo del año pasado al menos cuatro hombres más fueron víctimas de esta banda especializada en robar relojes de alto costo. A comienzo de ese mes en la carrera novena con calle 78, cerca al Gimnasio Moderno, un comerciante que caminaba por la acera fue cercado por dos motos en las que iban cuatro hombres. Dos de ellos descendieron y tras encañonarlo lo despojaron de su Rolex avaluado en 15.000 dólares. A pocas cuadras, un grupo de escoltas presenció la escena y se desató una balacera entre ellos y los asaltantes. Nadie resultó herido.

 Otra de los víctimas de esa banda fue un ejecutivo que viajaba en su camioneta con su conductor rumbo a su casa. Estaba siendo seguido por un carro y una moto. De un momento a otro los cerraron, los encañonaron y en menos de un minuto le robaron el reloj que costaba más de 10.000 dólares.

 No se trataba de una banda de atracadores cualquiera. Su modus operandi comenzaba por una especie de labor de inteligencia sobre sus víctimas. Los delincuentes acudían a los restaurantes, a las áreas comunes de los centros comerciales o sobre la vía pública. Allí analizaban qué tipo de reloj llevan las personas y de esa forma establecían su blanco. Una vez el ‘marcador‘, que es como se conocía a quien hacía esa labor, determina quién portaba ese reloj, le avisaba a sus secuaces quienes discretamente comenzaban a seguir al incauto. Lo perseguían hasta cuando veían el momento oportuno para lanzarse como una jauría y atacarlo.

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 Otro de los métodos usados consistía en que en algunas de esas zonas hay vendedores callejeros que ofrecían relojes en las esquinas. Ellos buscaban a una persona, le mostraban su mercancía y le pedían al incauto que les dejara ver qué tipo de reloj utiliza. Ingenuamente muchos cayeron en la trampa sin saber que esa es la primera fase de un atraco.

 Aunque varias de las víctimas usaban Rolex, esta no es la única marca de relojes que buscaba la banda. Otras similares y costosas estaban en las listas. Estas joyas que en promedio pueden rondar los 15.000 dólares eran vendidas por la banda en el centro de la ciudad y allí eran comercializados en establecimientos en donde fueron revendidos por entre 1 o 3 millones de pesos.

Hoy todos los integrantes de esa red están frente a un juez a la espera de una condena que podría superar los 10 años de prisión.